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El consumo de alcohol también afectaría ciertos procesos de aprendizaje

Así lo concluye una investigación pionera que abordó cómo el alcohol socava mecanismos de aprendizaje claves para los seres humanos.

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25 de diciembre de 2024 - 10:37 p. m.
A nivel mundial, dice la entidad, se estima que 400 millones de personas de la población de 15 años o más, vivían con trastornos por consumo de alcohol (TCA).
A nivel mundial, dice la entidad, se estima que 400 millones de personas de la población de 15 años o más, vivían con trastornos por consumo de alcohol (TCA).
Foto: Getty Images
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De las 2,6 millones de muertes que hubo en 2019 y que fueron consecuencia del consumo de alcohol, 1,6 se debieron a enfermedades no transmisibles, 700.000 a traumatismos y 300.000 a enfermedades transmisibles, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

A nivel mundial, dice la entidad, se estima que 400 millones de personas de la población de 15 años o más, vivían con trastornos por consumo de alcohol (TCA). Mientras que 209 millones, vivían con dependencia al alcohol.

El TCA, a su vez, es una de las principales causas de enfermedades graves como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, enfermedades o lesiones en el hígado y accidentes cerebrovasculares. Sin embargo, poco se ha investigado sobre los impactos que tiene este trastorno en las funciones cerebrales críticas para el aprendizaje y la memoria.

Por esta razón, un grupo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad A&M en Texas (Estados Unidos), se propusieron estudiar las alteraciones y afectaciones que el consumo crónico de alcohol, puede generar en la flexibilidad cognitiva.

Utilizando herramientas avanzadas como la optogenética, que utiliza luz para controlar células, los investigadores se centraron en la estimulación de las interneuronas colinérgicas (CIN, por sus siglas en inglés), neuronas especializadas que liberan acetilcolina, un neurotransmisor clave.

En modelos animales expuestos crónicamente al alcohol, los científicos encontraron que se producía un patrón de disparo alterado en estas neuronas, frente a modelos que no estaban expuestos al consumo de alcohol crónico.

Normalmente, dicen los investigadores, los CIN se disparan siguiendo un patrón de ‘ráfaga-pausa’, la cual es esencial para el aprendizaje de nuevos comportamientos y la adaptación al cambio. Pero en los modelos que estaban expuestos al alcohol, había una alteración significativa: las pausas eran más cortas y débiles. Esto, concluyeron los científicos en el estudio que publicaron recientemente en la revista académica Science Advances, puede afectar los procesos de aprendizaje críticos como el aprendizaje inverso.

En palabras de Zhenbo Huang, líder de la investigación, “el aprendizaje inverso es la piedra angular de la flexibilidad cognitiva. Permite a los individuos desaprender comportamientos cuando cambian las reglas o las circunstancias, un proceso que depende en gran medida de la señalización de la acetilcolina”.

De acuerdo con los científicos, esta investigación pionera, revela cómo el alcohol socava estos mecanismos, pero también se convierten en alternativas para tratar las alteraciones cognitivas asociadas al alcoholismo. “Este estudio destaca sus funciones únicas y sienta las bases para explorar cómo mecanismos similares podrían influir en afecciones más allá de la adicción, como el envejecimiento y las enfermedades neurodegenerativas”, concluyeron los autores del estudio.

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