El efecto placebo alivia la fatiga de pacientes con cáncer (aún sabiendo que es placebo)

Un estudio de 21 días en pacientes oncológicos con fatiga demostró que el uso de placebos mejoró en un 39% su calidad de vida.

Redacción VIVIR
20 de marzo de 2018 - 08:59 p. m.
El estudio fue liderado por el Centro de Comprensión del Cáncer de la Universidad de Alabama. / Pixabay.
El estudio fue liderado por el Centro de Comprensión del Cáncer de la Universidad de Alabama. / Pixabay.

Casi 14 millones de sobrevivientes de cáncer reportaron haberse sentido cansados, fatigados, desganados, y aunque su enfermedad pudo ser controlada, el efecto colateral del desgaste de las quimioterapias (y la naturaleza invasora del cáncer) que les causaron esa sensación de fatiga paralizante, no. En la jerga médica eso se llama “Fatiga relacionada con cáncer (CFR por sus siglas en inglés) y puede continuar por años después de que el cáncer se haya ido, afectando la calidad de vida de los pacientes.

Recientemente, cinco estudios no engañosos de placebo abierto (OLP) (es decir, donde se les dijo a los participantes que recibían píldoras de placebo) demostraron una mejoría significativa para los pacientes con síndrome de intestino irritable (SII), ataques de migraña aguda episódica, dolor lumbar crónico rinitis y depresión alérgica. Con base en estos resultados, el equipo de investigación de tres neurocientíficos de la Universidad de Harvard, evaluó los efectos del placebo en los pacientes con cáncer.

Un estudio de 21 días demostró que la fatiga puede ser aliviada por el efecto placebo, a pesar de que los pacientes sepan que lo que recibieron no tiene el componente químico que les aliviaría la fatiga.

Durante ese periodo de tiempo, se les dio a 74 pacientes sobrevivientes de cáncer un placebo abierto (es decir que el paciente sabe que recibe placebo) y un tratamiento habitual para aliviar la fatiga después del cáncer. Luego, durante otros 21 días, los que recibieron placebo lo reemplazaron con el tratamiento real, y viceversa.

Los pacientes que tomaron placebo reportaron una mejora del 29% en la gravedad de la fatiga moderada y un 39% en la gravedad de la fatiga aguda, mientras que quienes recibieron el tratamiento y eligieron probar el placebo reportaron una mejora entre el 23 y el 35%, demostrando que el placebo puede reducir la gravedad de los síntomas de fatiga y la alteración de la calidad de vida de los sobrevivientes de cáncer en similar medida que los tratamientos reales.

“Sin embargo, se considera que no es ético utilizar placebos en la práctica clínica porque se cree que la obtención de respuestas positivas requiere engaño u ocultamiento. Además, parece intuitivo que si los participantes saben que están tomando placebos, no produciría beneficios”, dice el estudio, publicado en la revista Nature.

Al final del estudio, el grupo que tomó placebo informó mejoras similares a las del grupo que recibió el tratamiento, lo que sugiere que el placebo puede ser un tratamiento efectivo para tratar el CRF. Esto es importante sobre todo porque los tratamientos farmacológicos actuales para el CRF son medianamente efectivos o no son significativamente mejores que los del placebo y, en general, tienen considerables efectos secundarios.

“El 76% del grupo que recibió placebos está por encima del promedio del grupo que recibió tratamiento y hay un 69% de posibilidades de que una persona escogida al azar del grupo de tratamiento tenga un puntaje de cambio más alto que una persona elegida al azar del grupo que recibió tratamiento. Además, no se informaron eventos adversos o efectos secundarios", dice el estudio.

 

Por Redacción VIVIR

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