En Colombia alcanzamos el ritmo requerido de vacunación. ¿Cómo mantenerlo?
El ritmo de vacunación contra el COVID-19 en Colombia ha mejorado mucho en las últimas semanas. ¿Podremos continuar así? Algunas ideas para no bajar la guardia.
Nelson Mariño M.Sc. - @NMarinoDL
Luis Jorge Hernandez - @ljhernandezf
En este momento de la pandemia se hace necesario combinar medidas farmacológicas (Vacunación masiva) con no farmacológicas que son las de tapabocas, distancia física, buena ventilación, no aglomeraciones y un eficiente PRASS (Pruebas, Rastreo, Aislamiento Selectivo y Sostenible). (Lea ¿Desconfianza tras el enredo de la dos dosis de Pfizer? Le ayudamos a recuperarla)
Es clave que las estrategias de vacunación funcionen bien no solo para disminuir lo más rápido posible el número de personas susceptibles sino para disminuir la oportunidad de que surjan nuevas variantes del virus como ya ha venido ocurriendo, algunas de estas más transmisibles y con mayor capacidad infecciosa.
El mes de junio de 2021 alcanzó el más alto nivel de vacunación, superando 8 millones de aplicaciones y la última semana superó los 2.2M, nivel requerido para cumplir las metas del Plan Nacional de Vacunación (PNV). ¿Se hubiese podido alcanzar previamente? ¿Qué debemos hacer para mantener este ritmo?
Disponibilidad de inventario de dosis
Este ha sido la principal restricción en toda la cadena logística de la vacunación. La incertidumbre y escasez del suministro ha obligado a establecer una priorización entre las personas a vacunar, que ha sido compleja en términos de identificación del ciudadano, sus diferentes condiciones y comorbilidades o la calificación de grupo de riesgo. Con un suministro restringido, si bien es necesario priorizar, es igualmente importante tener una cadena logística veloz, más aún en el contexto de urgencia en el que nos encontramos. Esto es, llevar al brazo del candidato la vacuna lo antes posible, que allí es donde salvan vidas.
Si bien el suministro ha sido restringido, a julio 7 se habían recibido 26.3 millones de dosis; sin embargo, solo se habían aplicado 19.3 millones, es decir a esa fecha se tenían más de 7 millones de dosis dispersas en las neveras de los miles de puntos de vacunación y centros de acopio.
Esta acumulación de inventario no ha sido un fenómeno puntual, de hecho, ha venido sucediendo desde marzo y en particular desde finales de abril, superando desde mayo 5 millones de dosis en neveras (ver gráfica adjunta, línea amarilla).
Diferentes causas, pueden contribuir a que la tasa de vacunación no estuviese acorde a la disponibilidad. El hecho es, que no es por falta de dosis, argumento más frecuentemente indicado.
Con el inventario disponible se hubiese podido adelantar un nivel de vacunación más alto que el alcanzado. La ilustración adjunta proyecta un estimado del nivel de vacunación (línea verde vs línea naranja) que se hubiese podido alcanzar, con el mismo volumen recibido, pero incrementando el ritmo de vacunación desde el mes de abril.
Si así se hubiese hecho, se habrían podido alcanzar unos 4.5 millones de aplicaciones adicionales. ¿Qué tanto el largo pico de mayo y junio se hubiese podido mitigar? ¿Cuántas vidas podrían haberse salvado?
Si bien este es un análisis general del país, a nivel de los territorios se observa un comportamiento similar para la mayoría. Por ejemplo, en Bogotá la región más importante, refleja acumulación de inventario desde fin de marzo, superando las 500 mil dosis a partir de mayo.
Esta es una situación más crítica y cuestionable si se tiene en cuenta que en Bogotá hay todas las facilidades logísticas, pero además la mayor cantidad y concentración de ciudadanos. Unas 500.000 personas más podrían ya tener al menos una dosis, si el sistema fuera ágil y estuviese enfocado en vacunar lo antes posible, al mayor número de ciudadanos.
A nivel de cada región administrativa en las que se definió la asignación se observa un comportamiento heterogéneo donde se destacan Cundinamarca y Boyacá, quienes son los únicos que mantienen inventario por debajo de una semana (ver gráfica 4). Es preocupante que tan solo 5 de las 37 regiones, mantienen nivel promedio de inventario por debajo de 12 días, lo que evidencia que el cuello de botella del sistema, está siendo la vacunación y no las vacunas, lo cual es incomprensible, en un contexto de escasez de vacunas y con la urgencia del momento.
Muy crítica la situación de regiones como La Guajira, Cauca, Buenaventura, Putumayo y Guainía que han tenido un ritmo aplicación muy por debajo de lo esperado, acumulando vacunas en un nivel que inclusive puede implicar su pérdida por vencimiento.
Acciones por adelantar, para mantener un ritmo superior a 300.000 dosis por día
Administrativas: esta ha sido un de las barreras que ha dificultado una labor más veloz. Incluye completar información de MiVacuna; cumplir la asignación de la población específica de cada resolución (a pesar que el Ministerio había indicado se podría levantar, recientemente con las vacunas de Janssen lo vuelve a señalar ), el agendamiento, la postulación y en particular hacerlo sin barreras de EPS o tipo de afiliación a la seguridad social en salud. Restricciones que hacen lento el sistema.
Los centros de vacunación deben vacunar sin restricción de afiliación, con un criterio simple de aceptación, que sea la edad o el carnet de vacunación (1a dosis) o de la institución priorizada (e.g. Bomberos, institución educativa), sin tener que completar bases de datos, ni postulaciones.
En aquellos municipios autorizados a fusionar etapas, adelantarlo rápidamente, sin restricción, simplemente convocando a través de líderes, autoridades y figuras locales, para que los ciudadanos acudan masiva pero ordenadamente a una “fiesta por la vida”. Claro complementando con centros de vacunación productivos y sin trabas administrativas. No se requieren muchos lugares de vacunación, uno por municipio, en la plaza o coliseo, pero que tenga adecuadamente dispuestos los recursos, completando la mínima información o registro, ordenando por un simple criterio como edad o dígito de su documento de identidad.
Logísticos: la definición de lugar y número de centros de vacunación deben atender la necesidad del municipio o región y no estar bajo la restricción de las IPS o EPS. Cada alcalde y su dirección territorial de salud debe definir el lugar y tamaño o la campaña específica. Se debe contar con los recursos y vacunadores requeridos, que suministran instituciones locales y EPS bajo un acuerdo solidario publico privado multipartita. Dispersar las dosis en muchos puntos de baja capacidad, contribuye al desbalance de capacidad e inventario, por no mencionar el riesgo de generar desperdicios, hecho que se debe minimizar. Además, no han sido determinantes en lograr mayor tasa de vacunación. Pocos lugares y eficientes es mejor que muchos dispersos e ineficientes.
Esta dispersión en muchos puntos y su baja efectividad, vacunando con restricciones de EPS, se evidencia en Bogotá, por mencionar algunos de los tantos casos. Son frecuentes las imágenes e historias de esperas de 6 a 8 horas y lugares sin vacunas, mientras que otros puntos, están con baja o nula espera y acumulando las escasas dosis. Inicialmente la alcaldesa mencionó 300 lugares disponibles y a la fecha todavía se mantienen 105, aun a pesar del alto número, el inventario se ha acumulado. En Bogotá no se requieren más de 8-10 lugares, eso sí estratégicamente ubicados, en zonas de mayor población (e.g. Suba, Ciudad Bolivar), muy productivos, eficientes, en espacios amplios y ventilados, condiciones que no cumplen muchos de los consultorios e IPS que se destinaron para tal.
Operacionales: los centros de vacunación deben enfocarse en hacer ágil el procedimiento de vacunación y redefinir su proceso apoyados en ingeniería logística. Ofrecer una promesa de tiempo de atención (e.g. 95% antes de 1 hora), liberarse de registros largos, con el mínimo de información y un consentimiento informado y carnet de vacunación digital. Disponer de los recursos adecuados (compartidos entre EPS / IPS / alcaldías), en horarios amplios de 16-18 horas y no de oficina. Combinar agendamiento simple por franjas horarias y sin agendamiento con filas preferenciales, hecho que es común en lugares de atención masiva.
La vacunación ha avanzado con algunos tropiezos, pero ahora que se requiere mantener el ritmo alcanzado, con mayor razón, necesitamos simplificar y liberarnos de trabas enfocándonos en el ciudadano, sin protagonismo individual y para servicio de todos.
Como ya se mencionó se requiere:
- Eliminar la postulación y simplificar el agendamiento.
- Ningún trámite en papel, incluyendo el consentimiento informado.
- Establecer mecanismos anti aglomeraciones en los puntos de vacunación.
- Validar por parte de Minsalud los aplicativos en los cuales diversos entes territoriales ya vienen utilizando para el registro de población vacunada.
- Combinar estrategias de puntos de vacunación masiva, campañas de vacunación extra murales y vacunación regular en los servicios de salud.
- Combinar estrategias para ofertar PAI tradicional cuyas coberturas vienen en descenso con la vacunación anticovid 19.
* Nelson Mariño, es ingeniero industrial y magíster de ingeniería industrial de la Universidad de los Andes. Cofundador de Decisiones Logísticas – compañía especializada en consultoría en la red logística.
** Luis Jorge Hernandez - Médico salubrista y profesor asociado – Facultad Medicina Universidad de los Andes.
En este momento de la pandemia se hace necesario combinar medidas farmacológicas (Vacunación masiva) con no farmacológicas que son las de tapabocas, distancia física, buena ventilación, no aglomeraciones y un eficiente PRASS (Pruebas, Rastreo, Aislamiento Selectivo y Sostenible). (Lea ¿Desconfianza tras el enredo de la dos dosis de Pfizer? Le ayudamos a recuperarla)
Es clave que las estrategias de vacunación funcionen bien no solo para disminuir lo más rápido posible el número de personas susceptibles sino para disminuir la oportunidad de que surjan nuevas variantes del virus como ya ha venido ocurriendo, algunas de estas más transmisibles y con mayor capacidad infecciosa.
El mes de junio de 2021 alcanzó el más alto nivel de vacunación, superando 8 millones de aplicaciones y la última semana superó los 2.2M, nivel requerido para cumplir las metas del Plan Nacional de Vacunación (PNV). ¿Se hubiese podido alcanzar previamente? ¿Qué debemos hacer para mantener este ritmo?
Disponibilidad de inventario de dosis
Este ha sido la principal restricción en toda la cadena logística de la vacunación. La incertidumbre y escasez del suministro ha obligado a establecer una priorización entre las personas a vacunar, que ha sido compleja en términos de identificación del ciudadano, sus diferentes condiciones y comorbilidades o la calificación de grupo de riesgo. Con un suministro restringido, si bien es necesario priorizar, es igualmente importante tener una cadena logística veloz, más aún en el contexto de urgencia en el que nos encontramos. Esto es, llevar al brazo del candidato la vacuna lo antes posible, que allí es donde salvan vidas.
Si bien el suministro ha sido restringido, a julio 7 se habían recibido 26.3 millones de dosis; sin embargo, solo se habían aplicado 19.3 millones, es decir a esa fecha se tenían más de 7 millones de dosis dispersas en las neveras de los miles de puntos de vacunación y centros de acopio.
Esta acumulación de inventario no ha sido un fenómeno puntual, de hecho, ha venido sucediendo desde marzo y en particular desde finales de abril, superando desde mayo 5 millones de dosis en neveras (ver gráfica adjunta, línea amarilla).
Diferentes causas, pueden contribuir a que la tasa de vacunación no estuviese acorde a la disponibilidad. El hecho es, que no es por falta de dosis, argumento más frecuentemente indicado.
Con el inventario disponible se hubiese podido adelantar un nivel de vacunación más alto que el alcanzado. La ilustración adjunta proyecta un estimado del nivel de vacunación (línea verde vs línea naranja) que se hubiese podido alcanzar, con el mismo volumen recibido, pero incrementando el ritmo de vacunación desde el mes de abril.
Si así se hubiese hecho, se habrían podido alcanzar unos 4.5 millones de aplicaciones adicionales. ¿Qué tanto el largo pico de mayo y junio se hubiese podido mitigar? ¿Cuántas vidas podrían haberse salvado?
Si bien este es un análisis general del país, a nivel de los territorios se observa un comportamiento similar para la mayoría. Por ejemplo, en Bogotá la región más importante, refleja acumulación de inventario desde fin de marzo, superando las 500 mil dosis a partir de mayo.
Esta es una situación más crítica y cuestionable si se tiene en cuenta que en Bogotá hay todas las facilidades logísticas, pero además la mayor cantidad y concentración de ciudadanos. Unas 500.000 personas más podrían ya tener al menos una dosis, si el sistema fuera ágil y estuviese enfocado en vacunar lo antes posible, al mayor número de ciudadanos.
A nivel de cada región administrativa en las que se definió la asignación se observa un comportamiento heterogéneo donde se destacan Cundinamarca y Boyacá, quienes son los únicos que mantienen inventario por debajo de una semana (ver gráfica 4). Es preocupante que tan solo 5 de las 37 regiones, mantienen nivel promedio de inventario por debajo de 12 días, lo que evidencia que el cuello de botella del sistema, está siendo la vacunación y no las vacunas, lo cual es incomprensible, en un contexto de escasez de vacunas y con la urgencia del momento.
Muy crítica la situación de regiones como La Guajira, Cauca, Buenaventura, Putumayo y Guainía que han tenido un ritmo aplicación muy por debajo de lo esperado, acumulando vacunas en un nivel que inclusive puede implicar su pérdida por vencimiento.
Acciones por adelantar, para mantener un ritmo superior a 300.000 dosis por día
Administrativas: esta ha sido un de las barreras que ha dificultado una labor más veloz. Incluye completar información de MiVacuna; cumplir la asignación de la población específica de cada resolución (a pesar que el Ministerio había indicado se podría levantar, recientemente con las vacunas de Janssen lo vuelve a señalar ), el agendamiento, la postulación y en particular hacerlo sin barreras de EPS o tipo de afiliación a la seguridad social en salud. Restricciones que hacen lento el sistema.
Los centros de vacunación deben vacunar sin restricción de afiliación, con un criterio simple de aceptación, que sea la edad o el carnet de vacunación (1a dosis) o de la institución priorizada (e.g. Bomberos, institución educativa), sin tener que completar bases de datos, ni postulaciones.
En aquellos municipios autorizados a fusionar etapas, adelantarlo rápidamente, sin restricción, simplemente convocando a través de líderes, autoridades y figuras locales, para que los ciudadanos acudan masiva pero ordenadamente a una “fiesta por la vida”. Claro complementando con centros de vacunación productivos y sin trabas administrativas. No se requieren muchos lugares de vacunación, uno por municipio, en la plaza o coliseo, pero que tenga adecuadamente dispuestos los recursos, completando la mínima información o registro, ordenando por un simple criterio como edad o dígito de su documento de identidad.
Logísticos: la definición de lugar y número de centros de vacunación deben atender la necesidad del municipio o región y no estar bajo la restricción de las IPS o EPS. Cada alcalde y su dirección territorial de salud debe definir el lugar y tamaño o la campaña específica. Se debe contar con los recursos y vacunadores requeridos, que suministran instituciones locales y EPS bajo un acuerdo solidario publico privado multipartita. Dispersar las dosis en muchos puntos de baja capacidad, contribuye al desbalance de capacidad e inventario, por no mencionar el riesgo de generar desperdicios, hecho que se debe minimizar. Además, no han sido determinantes en lograr mayor tasa de vacunación. Pocos lugares y eficientes es mejor que muchos dispersos e ineficientes.
Esta dispersión en muchos puntos y su baja efectividad, vacunando con restricciones de EPS, se evidencia en Bogotá, por mencionar algunos de los tantos casos. Son frecuentes las imágenes e historias de esperas de 6 a 8 horas y lugares sin vacunas, mientras que otros puntos, están con baja o nula espera y acumulando las escasas dosis. Inicialmente la alcaldesa mencionó 300 lugares disponibles y a la fecha todavía se mantienen 105, aun a pesar del alto número, el inventario se ha acumulado. En Bogotá no se requieren más de 8-10 lugares, eso sí estratégicamente ubicados, en zonas de mayor población (e.g. Suba, Ciudad Bolivar), muy productivos, eficientes, en espacios amplios y ventilados, condiciones que no cumplen muchos de los consultorios e IPS que se destinaron para tal.
Operacionales: los centros de vacunación deben enfocarse en hacer ágil el procedimiento de vacunación y redefinir su proceso apoyados en ingeniería logística. Ofrecer una promesa de tiempo de atención (e.g. 95% antes de 1 hora), liberarse de registros largos, con el mínimo de información y un consentimiento informado y carnet de vacunación digital. Disponer de los recursos adecuados (compartidos entre EPS / IPS / alcaldías), en horarios amplios de 16-18 horas y no de oficina. Combinar agendamiento simple por franjas horarias y sin agendamiento con filas preferenciales, hecho que es común en lugares de atención masiva.
La vacunación ha avanzado con algunos tropiezos, pero ahora que se requiere mantener el ritmo alcanzado, con mayor razón, necesitamos simplificar y liberarnos de trabas enfocándonos en el ciudadano, sin protagonismo individual y para servicio de todos.
Como ya se mencionó se requiere:
- Eliminar la postulación y simplificar el agendamiento.
- Ningún trámite en papel, incluyendo el consentimiento informado.
- Establecer mecanismos anti aglomeraciones en los puntos de vacunación.
- Validar por parte de Minsalud los aplicativos en los cuales diversos entes territoriales ya vienen utilizando para el registro de población vacunada.
- Combinar estrategias de puntos de vacunación masiva, campañas de vacunación extra murales y vacunación regular en los servicios de salud.
- Combinar estrategias para ofertar PAI tradicional cuyas coberturas vienen en descenso con la vacunación anticovid 19.
* Nelson Mariño, es ingeniero industrial y magíster de ingeniería industrial de la Universidad de los Andes. Cofundador de Decisiones Logísticas – compañía especializada en consultoría en la red logística.
** Luis Jorge Hernandez - Médico salubrista y profesor asociado – Facultad Medicina Universidad de los Andes.