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La advertencia la habían hecho ya los médicos colombianos hace un par de meses: parece que la práctica excesiva de cesáreas en el mundo y en Colombia se está saliendo de control. Aunque según las recomendaciones de la Organización Mundial para la Salud (OMS), sólo entre 10% y 15% de los nacimientos debería resolverse con ayuda de este método, hay países como Colombia donde casi la mitad de los partos (el 46% para 2013) se dan por cesárea y no de forma natural.
Ayer la OMS volvió a prender las alarmas y por primera vez recomendó claramente que el recurso a la cesárea debe limitarse sólo a situaciones donde sea estrictamente necesaria: “En muchos países en desarrollo y desarrollados hay una epidemia de cesáreas, aun en los casos en los que no son médicamente necesarias”, indicó la doctora Marleen Temmerman, directora del departamento de Salud Reproductiva e Investigaciones Conexas de la OMS.
Los expertos han encontrado que en muchos casos esta “epidemia” se explica principalmente por el deseo de los médicos de simplificarse la vida: las cesáreas pueden programarse, recordó la doctora Temmerman.
El caso de Colombia resulta alarmante para gremios médicos como la Federación Nacional de Obstetricia y Ginecología (Fecolsog). Mientras en 1998 la tasa de cesáreas del país llegaba a 24,9%, hoy uno de cada dos niños nace por cesárea, y en algunas regiones, como en departamentos del Caribe, este porcentaje se dispara a 75% (ver gráfico).
En junio de 2014 Fecolsog publicó el artículo científico Racionalización del uso de la cesárea en Colombia, en el cual advertía que departamentos como Atlántico y San Andrés presentaban niveles muy preocupantes de 75% y 72%, respectivamente. En Bogotá, la tasa de cesárea está alrededor de 42%.
Según este gremio médico, la cesárea es un procedimiento para resolver el nacimiento en situaciones especiales debidas a las condiciones maternas y fetales, pero su práctica excesiva genera más riesgos que beneficios.
Los especialistas explican que las mujeres que se someten a cesáreas podrían presentar en futuros partos hemorragias, infecciones severas, complicaciones embólicas, anormalidades en la implantación de la placenta y hasta la muerte, además de una recuperación más lenta y dolorosa.
En cuanto a los recién nacidos por cesárea, se ha comprobado que se incrementa el riesgo de que presenten dificultades respiratorias y de hospitalización, especialmente cuando la madre no ha tenido trabajo de parto.
Según la federación, el aumento de la práctica de la cesárea responde a varios factores: “Las madres creen que el procedimiento es más seguro. Les preocupa sufrir de incontinencia urinaria o desgarros vaginales. Les temen a los dolores de parto o a que el bebé nazca enfermo”.
Los expertos aseguran también que los médicos tienden a subvalorar los riesgos del procedimiento y el sistema de salud no ofrece acceso a métodos de alivio del dolor durante el parto para todas las mujeres. Todo esto contribuye a que la práctica de la cesárea sea más frecuente de lo que realmente sería necesario.
La Federación Nacional de Obstetricia y Ginecología insistió en que el parto vaginal es el método normal del nacimiento, ya que ofrece múltiples beneficios para la madre y el recién nacido, como menor riesgo de complicaciones, menor probabilidad de muerte materna, sangrado posparto, infecciones maternas severas, menos dolor y reinicio más rápido de las actividades normales, además de que aumenta el apego entre la madre y el recién nacido y mejora la lactancia materna.