"Hay que empoderar a los médicos generales"

Nunca les gustó la Ley 100 a las clínicas y hospitales del país. Desde el primer día hasta hoy, cuando comienza a debatirse en plenaria del Senado una profunda reforma al sistema de salud, el gremio se ha quejado de todas las formas posibles. Juan Carlos Giraldo, director general de la Asociación de Clínicas y Hospitales, dice en esta entrevista que el Gobierno debe tomar decisiones radicales y no tratar de dejar medianamente “satisfechos o insatisfechos” a todos los actores.

¿Cómo ve el ambiente político para esta reforma?

Lo que hemos visto hasta el momento es que hay buen ambiente y ánimo para impulsar la reforma. Está en la primera página de la agenda de los congresistas. No es un tema de un ministro. Es un tema que debe liderar el presidente Santos.

Pero por estos días el agro y otros temas están ganando más atención.

Tenemos fe en que este proceso que ya está avanzado no esté contaminado por la coyuntura política. Si no se hace la reforma los problemas van a estallar en el sector de la salud. Es la reforma social que más se necesita. En Colombia ha hecho carrera la idea de que si no se hace paro, no se escucha. Creemos que no se debe llegar a ese extremo. Nosotros no hacemos paro. Pero eso no significa que las cosas estén bien.

¿Qué es lo que no puede faltar en esa reforma?

La respuesta no se puede fragmentar. Es un problema integral de financiación, de organización, de competencias de actores. Esto hizo crisis por muchos motivos. El sistema no es eficaz para responder a las demandas de la población. No se hizo prevención. Las tutelas, los recobros, las quejas se vienen multiplicando. No hay confianza entre los actores. Eso ya no se resuelve con ajuste pequeño.

¿Le gusta la propuesta que está en el Congreso?

A lo que va hasta el momento le faltan definiciones drásticas. El Gobierno trata de encontrar soluciones salomónicas, es decir, que tratan de dejar medianamente insatisfechos a todos. Aquí tienen que decidir. Para nosotros no hay reforma si se mantiene la integración vertical. Debe ser cero. Hasta el momento la han llenado de excepciones para las cajas de compensación y las entidades mixtas y públicas.

El ministro ha dicho que a cambio de cero integración vertical, las gestoras de salud podrían organizar la red de servicios

No es una cuestión de negociación. En cuanto a la conformación de la red, no estamos de acuerdo en que lo hagan los gestores.

Cada uno debe poder asociarse para ofrecer servicios al sistema. Cuando se le da ese poder al gestor es muy posible que quieran escoger el más barato independientemente de la calidad.

El gobierno ha dicho que si no le dan poder al gestor nadie controlaría el gasto.

Nosotros pensamos que hay que tomar la decisión sobre cuál es el papel del gestor. El Gobierno quiere una mezcla entre asegurador y administrador. A nosotros nos parece que es inconveniente. Debe ser sólo un administrador. La eficiencia no puede estar en cabeza de un solo agente. La eficiencia es un resultado de variables como protocolos de atención, la existencia de pagos por desempeño, auditorías, la existencia de referentes tarifarios y organismos de vigilancia y control temibles.

Ese sistema que describe suena a un sueño imposible.

Estamos hablando de un nuevo sistema. La gran dificultad que veo en los funcionarios es que no se desatan de las estructuras que hay hoy y llevaron al colapso del sistema. No puede haber reforma si usted permite que el gestor haga ahorros o logre excedentes por cuenta de la no prestación de servicios.

¿Cómo solucionar la crisis de especialistas?

Creo que hay diagnósticos claros. Creemos que el sector educación, las sociedades científicas y los hospitales debemos tener esa conversación con el Gobierno para que se formen los especialistas que faltan. Todos coinciden en que el sector educación es el que más trabas pone para la apertura de más cupos.

¿Cree que una entidad como Salud Mía puede manejar 500 millones de facturas?

No le tengo miedo a eso. Le tengo miedo a lo que hay hoy. Nos atemoriza con un gran seguro social cuando lo que tenemos son 40 o 50 seguros sociales regados por todo el país. Para eso están inventados los sistemas de información. Si hay sistema de información, tecnología y auditoria, yo creo que no tiene problema.

¿Y los riesgos de politiquería en una superentidad como Salud Mía?

Son riesgos que subyacen al funcionamiento de todo el Estado. Pero se podría aprender mucho de instituciones como el Banco de la República.

¿No le parece que estamos cambiando el manejo de la plata y la administración, pero no estamos haciendo una reforma para la salud?

La verdadera revolución está en la atención primaria, en la base. Eso implica muchas cosas. Potenciar un cambio para que no sea tan asistencial, sino más preventivo. ¿Eso cómo se hace? No es hacer más camas hospitalarias. Lo que hay que hacer es reorganizar la base del sistema. Repotenciar el papel del médico general o médico familiar. Un médico empoderado para hacer más cosas y hospitales de primer nivel que resuelva más casos. Y con unas redes extramurales que van a donde está la población para llevar tratamientos y hacer medicina preventiva.
 

Nunca les gustó la Ley 100 a las clínicas y hospitales del país. Desde el primer día hasta hoy, cuando comienza a debatirse en plenaria del Senado una profunda reforma al sistema de salud, el gremio se ha quejado de todas las formas posibles. Juan Carlos Giraldo, director general de la Asociación de Clínicas y Hospitales, dice en esta entrevista que el Gobierno debe tomar decisiones radicales y no tratar de dejar medianamente “satisfechos o insatisfechos” a todos los actores.

¿Cómo ve el ambiente político para esta reforma?

Lo que hemos visto hasta el momento es que hay buen ambiente y ánimo para impulsar la reforma. Está en la primera página de la agenda de los congresistas. No es un tema de un ministro. Es un tema que debe liderar el presidente Santos.

Pero por estos días el agro y otros temas están ganando más atención.

Tenemos fe en que este proceso que ya está avanzado no esté contaminado por la coyuntura política. Si no se hace la reforma los problemas van a estallar en el sector de la salud. Es la reforma social que más se necesita. En Colombia ha hecho carrera la idea de que si no se hace paro, no se escucha. Creemos que no se debe llegar a ese extremo. Nosotros no hacemos paro. Pero eso no significa que las cosas estén bien.

¿Qué es lo que no puede faltar en esa reforma?

La respuesta no se puede fragmentar. Es un problema integral de financiación, de organización, de competencias de actores. Esto hizo crisis por muchos motivos. El sistema no es eficaz para responder a las demandas de la población. No se hizo prevención. Las tutelas, los recobros, las quejas se vienen multiplicando. No hay confianza entre los actores. Eso ya no se resuelve con ajuste pequeño.

¿Le gusta la propuesta que está en el Congreso?

A lo que va hasta el momento le faltan definiciones drásticas. El Gobierno trata de encontrar soluciones salomónicas, es decir, que tratan de dejar medianamente insatisfechos a todos. Aquí tienen que decidir. Para nosotros no hay reforma si se mantiene la integración vertical. Debe ser cero. Hasta el momento la han llenado de excepciones para las cajas de compensación y las entidades mixtas y públicas.

El ministro ha dicho que a cambio de cero integración vertical, las gestoras de salud podrían organizar la red de servicios

No es una cuestión de negociación. En cuanto a la conformación de la red, no estamos de acuerdo en que lo hagan los gestores.

Cada uno debe poder asociarse para ofrecer servicios al sistema. Cuando se le da ese poder al gestor es muy posible que quieran escoger el más barato independientemente de la calidad.

El gobierno ha dicho que si no le dan poder al gestor nadie controlaría el gasto.

Nosotros pensamos que hay que tomar la decisión sobre cuál es el papel del gestor. El Gobierno quiere una mezcla entre asegurador y administrador. A nosotros nos parece que es inconveniente. Debe ser sólo un administrador. La eficiencia no puede estar en cabeza de un solo agente. La eficiencia es un resultado de variables como protocolos de atención, la existencia de pagos por desempeño, auditorías, la existencia de referentes tarifarios y organismos de vigilancia y control temibles.

Ese sistema que describe suena a un sueño imposible.

Estamos hablando de un nuevo sistema. La gran dificultad que veo en los funcionarios es que no se desatan de las estructuras que hay hoy y llevaron al colapso del sistema. No puede haber reforma si usted permite que el gestor haga ahorros o logre excedentes por cuenta de la no prestación de servicios.

¿Cómo solucionar la crisis de especialistas?

Creo que hay diagnósticos claros. Creemos que el sector educación, las sociedades científicas y los hospitales debemos tener esa conversación con el Gobierno para que se formen los especialistas que faltan. Todos coinciden en que el sector educación es el que más trabas pone para la apertura de más cupos.

¿Cree que una entidad como Salud Mía puede manejar 500 millones de facturas?

No le tengo miedo a eso. Le tengo miedo a lo que hay hoy. Nos atemoriza con un gran seguro social cuando lo que tenemos son 40 o 50 seguros sociales regados por todo el país. Para eso están inventados los sistemas de información. Si hay sistema de información, tecnología y auditoria, yo creo que no tiene problema.

¿Y los riesgos de politiquería en una superentidad como Salud Mía?

Son riesgos que subyacen al funcionamiento de todo el Estado. Pero se podría aprender mucho de instituciones como el Banco de la República.

¿No le parece que estamos cambiando el manejo de la plata y la administración, pero no estamos haciendo una reforma para la salud?

La verdadera revolución está en la atención primaria, en la base. Eso implica muchas cosas. Potenciar un cambio para que no sea tan asistencial, sino más preventivo. ¿Eso cómo se hace? No es hacer más camas hospitalarias. Lo que hay que hacer es reorganizar la base del sistema. Repotenciar el papel del médico general o médico familiar. Un médico empoderado para hacer más cosas y hospitales de primer nivel que resuelva más casos. Y con unas redes extramurales que van a donde está la población para llevar tratamientos y hacer medicina preventiva.