La mujer que lleva el fisicoculturismo en las venas

Sandra Martínez es la campeona nacional de fisicoculturismo en la modalidad ‘body fitness’. / Oscar Pérez

Antes de que aclare el día y con sus dos hijos aún dormidos, en una casa en La Calera, Sandra ya se encuentra de pie. Son las 4:30 de la madrugada de un día cualquiera —todos los días tiene la misma rutina— y esta mujer de 46 años, que se siente de veinte, ya tiene el desayuno de sus hijos y el suyo preparado. Está lista para empezar su jornada.

“Yo tengo dos vidas. Una cuando estoy en preparación para algún campeonato y la otra, cuando estoy fuera de las tarimas. La primera requiere alrededor de veinte semanas. Es decir que arranco mi día con una hora de cardio, mientras que a las 6:00 a.m. empieza mi faceta como mamá, levanto a mis hijos, los alisto para el colegio, les doy su desayuno, que es totalmente diferente al mío, y los llevo a estudiar”, afirma con cara de satisfacción Sandra Martínez, campeona nacional de fisicoculturismo, en la modalidad body fitness.

En ese transcurso, de seis a siete de la mañana y antes de salir de casa, ya tiene toda su comida lista para el día. “Así tenga que trabajar, hacer vueltas o simplemente ir al gimnasio, cargo con mi propio alimento: cinco claras de huevos, mezcladas con un huevo completo y espinaca picada. En ocasiones le agrego avena y pescado blanco, ya que la proteína animal no me funciona durante mi preparación”.

Son seis alimentos los que consume en total durante su proceso de entrenamiento: huevos, avena, arroz, pescado y entre las verduras permitidas están: espinacas, espárragos, brócoli y rábano. Luego de llevar a sus hijos al colegio llega al gimnasio, su rutina de musculación no puede faltar, continúa con las pesas, las mismas que le han ayudado a formar su cuerpo y a obtener podios, medallas y reconocimiento mundial.

“En seguida hago un poco más de cardio y consumo mi segunda comida. Si tengo cirugías o consultas pendientes, voy al consultorio en la tarde, de tal forma que esté en mi casa nuevamente para recibir a mis hijos”. Sandra empezó en el mundo del deporte cuando estaba en el colegio, tenía 17 años y hacía parte del equipo de voleibol y natación. Luego ingresó a un gimnasio por temas laborales, para poder sostener su carrera de medicina.

“Me llamó mucho la atención este deporte y empecé a dedicarle más tiempo a los entrenamientos. Casualmente me encontré durante mi carrera a un entrenador que evidenció que tenía muy buenas características en mi cuerpo y la genética para poder entrenar de una forma adecuada y llegar al mundo de las competencias; ese fue el enganche con el cual yo me involucré en este tema”, explica Martínez.

La medallista y campeona nacional empezó a competir cinco años después de entrar a este mundo. Como ella asegura, es un deporte que requiere de coraje, sacrificio y dedicación, “es un mundo donde todos los días se suma algo nuevo. No se puede pretender tener resultados a un corto plazo”. Duró diez años compitiendo hasta el 2018, tiempo en el que se caracterizó por sus excelentes resultados.

“Mis mayores logros fueron a nivel local junto con la Federación Colombiana de Fisicoculturismo. He sido campeona nacional en la modalidad body fitness durante diez años. Internacionalmente comencé a competir en los suramericanos, el primero fue el de Perú, en 2009 y desde ahí anualmente he competido en todos, consiguiendo siempre podio para Colombia. Hace dos y tres años logré clasificar a los campeonatos mundiales de El Salvador y República Dominicana”, asegura Martínez.

Una nueva meta le surgió en los últimos tres años: montarse en el ranking mundial, lo que hizo que toda su estructura corporal tuviera un poco más de exigencia. El tema de la alimentación y los entrenamientos fueron diferentes en el 2018. “Y finalmente logramos que Colombia quedara en el tercer puesto del ranking mundial, en la categoría body fitness”.

Según la Federación Colombiana de Fisicoculturismo, todas las categorías de este deporte tienen un puntaje en el ranking mundial. ¿Qué es lo que se necesita? Durante todo un año participar en campeonatos locales, selectivos e internacionales, subir a tarimas y generar un reconocimiento. Esos puntos obtenidos durante las competencias se van acumulando, “entonces Colombia logró, con Sandra Martínez, quedar en el tercer lugar”, expresa Carlos Cifuentes, presidente de la Federación Colombiana de Fisicoculturismo y juez internacional de este deporte.

Pero la vida de Sandra no solo ha girado alrededor del tema deportivo. La deportista y mamá también es cirujana estética. “Desde muy temprana edad me dedico a la medicina. Hice una especialización en cirugía plástica, estética, maxilofacial, en la Universidad Militar. Llevo veinte años desarrollando de forma paralela mis dos pasiones: la medicina y el fisicoculturismo. Es decir, soy tres personas con mi faceta de mamá”.

Y a pesar de demostrar que es una mujer que ha podido romper con las barreras y los estereotipos sociales, las críticas por su cuerpo y el deporte que practica no se han hecho esperar. “Los insultos, irónicamente, son muchas veces del mismo sexo, que del sexo opuesto, más que todo en el gimnasio. Se la pasan diciendo: ‘Uy no, pero esa vieja ya está pasada de músculos, ya está demasiado flaca, se ve cómo un hombre, ¿quién sabe qué es lo que se chuza o qué es lo que se toma para verse así?’ De todo escucha uno”.

Algunos las catalogan como menos mujeres por tener músculos, senos pequeños y hombros anchos, pero Sandra lo tiene claro: “Yo voy al gimnasio a hacer lo que quiero, para lograr los objetivos que quiero conseguir en ese tiempo; no voy al gimnasio a gustarle a ningún hombre ni a ninguna mujer, porque yo tengo claros mis objetivos. Para mí es más importante mi familia. Tengo dos hijos maravillosos y ellos son los que más me empujan a que yo me monte a todas las tarimas, a que haga ejercicio y compita para ser cada vez mejor.

Entonces lo que digan los demás, la verdad, deja de importar. Nosotras somos tan mujeres como cualquier otra, solo que con metas y formas de vida diferentes. Somos personas capaces de hacer muchas cosas al tiempo y esta es una característica de las mujeres. Lo que necesitamos es estar muy enfocadas, tener mucho control mental y ser responsables. Esto es para mí, es lo que me encanta y así vivo feliz y tranquila”.

Con los años son más las mujeres que han decidido vincularse al fisicoculturismo, a pesar de las críticas. Según Carlos Cifuentes, son dos los factores que han llevado a la mujer a vincularse a este mundo: “Primero, la mujer, como todo ser humano, quiere cada día verse mejor y eso implica una práctica en el deporte, luego, cuando empiezan a cambiar su estructura física, tienen el deseo de participar a nivel competitivo.

Y segundo: a partir de las instituciones del deporte, en este caso la Federación, se están promoviendo programas de inclusión de género, de la mujer, es por eso por lo que hoy estamos presentando unos niveles de participación mucho más grandes”. La Federación Colombiana de Fisicoculturismo tiene inscritos por año a 1.720 atletas, de los cuales el 38 % son mujeres.

No se trata solo de levantar pesas, trotar todas las mañanas y sentir que se está en forma, es un estilo de vida en donde se controlan los hábitos alimenticios, se pierden horas de sueño, se sacrifica tiempo con la familia y, sobre todo, se lucha contra la crítica social; todo esto con tal de conseguir el objetivo final: un cuerpo perfecto.