¿Cambiarle el nombre a la “obesidad” podría ayudar a su prevención y tratamiento? Investigadores de la Universidad College Cork de Irlanda piensan que sí. En un reciente estudio, muestran que un cambio podría modificar la manera en que esa enfermedad es concebida (Lea también: Gordofobia, obesidad y salud: es hora de dar un debate sin prejuicios).
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Margaret Steele, investigadora posdoctoral en la Escuela de Salud Pública de la UCC y Francis Finucane, consultor endocrinólogo y profesor en la Universidad de Galway, exploraron las múltiples interpretaciones sobre el término y señalaron que, usualmente, se le ha empleado en doble vía: para referirse a la enfermedad de la obesidad, o al rango del índice de masa corporal (IMC). Esto, según los expertos, podría causar confusión.
Por eso, ambos sugieren que es hora de reconsiderarlo, pues la realidad de la obesidad es mucho más compleja y tiene que ver con factores genéticos, fisiológicos, ambientales, conductuales y de desarrollo.
Además, los investigadores afirman que los nuevos medicamentos para el control del apetito están generando una alta demanda en todo el mundo, pero los pacientes con obesidad podrían no ser tomados en cuenta en la misma medida que quienes tienen diabetes (No se pierda: Algo no está bien con la “droga de Hollywood” para bajar de peso que llegó a Colombia).
Por ejemplo, Finucane hizo parte de la construcción de la nueva guía del Consejo Médico Irlandés que advierte a los médicos contra el uso del medicamento Ozempic para la obesidad. El doctor dijo que esta droga era moralmente problemática.
Finucane también se refirió a la inyección de semaglutida, un tratamiento aprobado para la obesidad y la diabetes. “Existe una idea profundamente estigmatizante de que las personas con obesidad buscan una salida fácil, y que estos medicamentos brindan una alternativa de bajo esfuerzo a una dieta y estilo de vida saludables. Pero para las personas que viven con la enfermedad de la obesidad, estos medicamentos no hacen que el cambio de comportamiento sea fácil, sino que lo hacen posible”, dijo el doctor.
Los investigadores señalan que esto es muy diferente de las celebridades que usan la semaglutida para adelgazar “a la moda”.
Por la misma línea, Steele dijo que por eso se debe aclarar qué se entiende por obesidad. “Muchas de las personas que vemos en TikTok o Instagram informando sobre sus viajes con semaglutida no tienen la enfermedad de la obesidad. Cuando hablamos de tratar y prevenir la obesidad, nuestro enfoque debe estar en los entornos alimentarios saludables y el tratamiento adecuado para las personas que viven con enfermedades metabólicas crónicas”.