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Este viernes, desde Ginebra, en Suiza, la alta funcionaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Kalipso Chalkidou, advirtió sobre la emergencia de financiación de la salud a la que se enfrenta el mundo. De acuerdo con la experta, “a medida que los países más ricos realizan profundos recortes en el gasto, tanto la ayuda internacional como los sistemas sanitarios nacionales se enfrentan a graves perturbaciones”.
En particular, Chalkidou se refirió a las recientes decisiones de congelar o reducir la ayuda sanitaria por parte de Estados Unidos y algunos gobiernos de Europa. Según sus proyecciones, la inversión global en salud se podría reducir hasta un 40 % durante 2025, lo cual es equivalente a una reducción de USD $10.000 millones en comparación con los casi USD $25.000 millones de 2023. De ese modo, la financiación para este año sería la más baja de la última década.
“Esta escasez está creando una emergencia en materia de salud en muchos países en desarrollo, especialmente en el África subsahariana, que dependen de la ayuda externa para financiar sus sistemas de salud”, alerta la Organización de las Naciones Unidas.
En muchos países, como Malaui, Mozambique y Zimbabue, los programas de asistencia en salud impulsados por Estados Unidos eran la principal fuente de ayuda externa, llegando a representar alrededor del 25 % al 30 % de su gasto sanitario actual. Ahora, varios de estos países se enfrentan a una deuda en aumento, que representa incluso más que lo que se destina a la salud, lo cual dificulta la reasignación de recursos.
La doctora Chalkidou subrayó una encuesta de la OMS en la que se evidencia que los países están interrumpiendo los servicios de salud de una manera que no se veía desde el pico de la pandemia por COVID-19. Es por ello que la agencia ha instado a las naciones a que reduzcan su dependencia de la ayuda exterior, y que aumenten sus ingresos a través de una mejoría en la fiscalidad, incluyendo impuestos sanitarios a productos como el tabaco y el alcohol.
También resaltó la importancia de colaborar con los bancos multilaterales con el fin de obtener préstamos a bajo interés para inversiones sanitarias rentables. La OMS espera que durante la próxima Conferencia Internacionales sobre la Financiación para el Desarrollo, en Sevilla (España), los líderes mundiales aborden esta crisis presupuestaria de la salud y, “con suerte, asuman nuevos compromisos”.
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