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La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha instado a que, “con carácter de urgencia”, se destinen recursos para proteger y mantener los servicios de atención y apoyo a las personas afectadas por la tuberculosis en todas las regiones y países. La tuberculosis es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, que afecta principalmente a los pulmones, aunque también puede comprometer otros órganos. A pesar de ser prevenible y tratable, sigue siendo una de las principales causas de muerte por enfermedad infecciosa en el mundo, especialmente en comunidades con acceso limitado a servicios de salud.
Desde el año 2000, las estrategias de prevención, detección y tratamiento han salvado la vida de 79 millones de personas. Sin embargo, dice la OMS, estos avances están en peligro debido a recortes drásticos en la financiación de la salud global, lo que puede dificultar el acceso a servicios esenciales. Uno de los problemas que más inquieta a los expertos es el aumento de la farmacorresistencia, lo que significa que las bacterias que causan la tuberculosis están volviéndose resistentes a los medicamentos, haciendo que el tratamiento sea más difícil.
En este contexto, la OMS lanza la campaña del Día Mundial de la Tuberculosis 2025 bajo el lema ¡Sí! Podemos poner fin a la tuberculosis: comprometerse, invertir, cumplir. La iniciativa busca movilizar recursos y compromisos de los líderes mundiales para garantizar la continuidad en la lucha contra la enfermedad. El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advierte que los recortes financieros amenazan los avances logrados en los últimos 20 años y que es fundamental cumplir con los compromisos adquiridos en la Asamblea de la ONU.
La situación es particularmente difícil en 27 países. Según la OMS, la escasez de personal de salud ha debilitado la prestación de servicios, mientras que las interrupciones en el diagnóstico han retrasado la detección y el inicio del tratamiento, aumentando el riesgo de propagación. Además, el colapso de los sistemas de datos y vigilancia ha comprometido el seguimiento de casos, lo que dificulta la gestión de la enfermedad a nivel nacional e internacional.
En nueve países, las dificultades para adquirir medicamentos y las fallas en la cadena de suministro han puesto en peligro la continuidad de los tratamientos, afectando directamente la recuperación de los pacientes.
Este problema se agrava con los recortes presupuestarios previstos para 2025, que profundizarán aún más la brecha financiera en la lucha contra la tuberculosis. En 2023, solo se logró cubrir el 26 % de los 22 000 millones de dólares necesarios anualmente para la prevención y atención de la enfermedad, dejando un déficit enorme que compromete las estrategias de control. La falta de inversión también ha golpeado el avance científico. En 2022, la investigación sobre la tuberculosis recibió solo una quinta parte de los 5000 millones de dólares requeridos, lo que ha frenado el desarrollo de nuevas herramientas de diagnóstico y vacunas.
En lo corrido de este año, en Colombia la tuberculosis presenta un comportamiento que ha inquietado a algunos científicos. Santander, Antioquia, Boyacá, Putumayo, Sucre y Tolima han registrado incrementos. En estos lugares hay 1.312 casos. En el país, en total, se han registrado 3.641 (hasta el 1 de marzo), según el boletín epidemiológico más reciente del Instituto Nacional de Salud (INS). El país pasó de tener 24,09 casos por 100.000 habitantes a 36,78 casos por 100.000 habitantes en 2024. Paralelamente, el número de casos de tuberculosis de todas las formas también se ha incrementado: en el 2019 se presentaron 12.754 y en el 2024, 20.832, con una tendencia al incremento en el periodo analizado.
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