El virus de la influenza aviar H5N1 sigue generando inquietud en el mundo por su evolución. Desde que surgió en China, en 1996, este virus se ha diversificado en lo que los científicos llaman “clados”, es decir, en diferentes linajes o grupos genéticos del virus que presentan variaciones en su estructura.
Uno de ellos es el clado H5N1 2.3.4.4b. Desde la primera detección en los Países Bajos en octubre de 2020, se han notificado brotes de este clado en varios países europeos, África, Asia y América, con un ingrediente adicional y preocupante: su propagación geográfica y la gama de especies de animales que infecta supera con creces las de los clados H5N1 anteriores. Se han reportado infecciones por el clado 2.3.4.4b del H5N1 en más de 90 especies de aves silvestres y domésticas y más de 21 especies de mamíferos, incluidos bovinos, zorros, zorrillos, leones marinos, visones, delfines, perros mapaches, gatos y focas.
La pregunta que todos se hacen es, ¿significa eso que este clado de H5N1 que, en teoría, solo debería infectar a las aves, se está adaptando para infectar a otros animales? Una investigación publicada el lunes pasado analiza que tan posible es esto con un animal muy cercano y querido por los humanos: el gato.
Desde marzo de 2024, se han documentado 21 casos de infección por H5N1 clado 2.3.4.4b en gatos en los Estados Unidos. Esto no es del todo nuevo: el primer caso documentado de infección natural por H5N1 en gatos fue en 2004 en Tailandia, donde catorce gatos murieron en un hogar. Sin embargo, determinar si el virus actual se está adaptando en los gatos es clave, porque podría darnos pistas de qué tan cerca está el virus de adaptarse para infectar y transmitirse entre humanos, que es lo que temen los científicos.
Para entender esto, hay que explicar que los virus de la influenza, como el H5N1, tienen una proteína en su superficie llamada hemaglutinina (HA), que les permite unirse a los receptores de las células del cuerpo del huésped (el organismo infectado). Estos receptores son como “puertas” en las células que el virus utiliza.
Los virus de la influenza humana prefieren un tipo de receptor específico, mientras que los virus aviares, como el H5N1, prefieren otro tipo de receptor, que se encuentra principalmente en las aves. Para que un virus de la influenza aviar, como el H5N1, sea capaz de pasar de un humano a otro, debe evolucionar y cambiar la forma en que se une a los receptores en las células humanas. ¿Cómo entran en esta ecuación los gatos? Algunos estudios han mostrado que el H5N1 encontrado en animales como los gatos también puede unirse a estos receptores humanos, sin embargo, se desconoce todavía mucho de esa infección en los gatos.
En el nuevo estudio, los investigadores buscan comprender mejor cómo el virus afecta a los gatos, especialmente en su sistema nervioso. Para ello, realizaron un análisis de los daños en los tejidos y examinaron la presencia del virus en diferentes órganos. El objetivo fue investigar cómo y por qué este virus tiene una afinidad particular por infectar el cerebro y otros tejidos del sistema nervioso central de los gatos, lo que podría ayudar a entender mejor los riesgos para los humanos.
Gatos, una preocupación real
En una zona residencial rural de Dakota del Sur, en Estados Unidos, se encontraron muertos diez gatos de entre 6 meses y 4 años que vivían al aire libre a comienzos de 2024. La mayoría de estos animales eran domésticos y se los consideraba mascotas de la familia, escriben los autores del estudio. Dos gatos que murieron, uno de seis meses y otro de un año y medio, fueron llevados y sometidos a una necropsia en el Laboratorio de Diagnóstico Veterinario de Dakota del Norte, Estados Unidos, en abril de 2024.
Los gatos mostraban signos de pérdida de apetito, letargo (fatiga extrema) y problemas neurológicos, lo que llevó a su muerte. Para investigar la causa de la enfermedad, se tomaron muestras de diferentes órganos de los gatos, incluyendo el pulmón, riñón, corazón, cerebro, hígado, bazo, entre otros. Estos órganos se fijaron en una solución especial llamada formalina para preservarlos y luego se procesaron para analizar los tejidos bajo un microscopio, utilizando diversas técnicas. Además, se extrajeron muestras de los pulmones y el cerebro para realizar pruebas genéticas y comparar los resultados con tejidos de gatos sanos.
Los resultados revelaron presencia del virus en el cerebro y los pulmones. Posteriormente, los investigadores analizaron la secuencia genética del virus H5N1 de estos gatos en comparación con muestras de otros animales, como aves o ganado, en América del Norte y el Sur.
Ese análisis reveló varias mutaciones clave en la secuencia de H5N1 de gatos “que pueden sugerir una adaptación a los gatos”, escriben los científicos en su estudio. Los investigadores encontraron, entre otras, dos mutaciones en la hemaglutinina (HA) del virus que podrían indicar que el H5N1 se está adaptando a los gatos. Se trata de la misma proteína que también es clave en las infecciones a los humanos.
La primera mutación de HA en los gatos estudiados, conocida científicamente como T143A, cambia un aminoácido llamado treonina por alanina en la posición 143 de la hemaglutinina. Este cambio podría afectar un área clave del virus que le ayuda a infectar mejor y a evadir los anticuerpos, lo que podría hacer que el virus sea más peligroso, creen los científicos. Aunque no se entiende completamente cómo afecta esta mutación en los gatos, es una señal de que podría estar ayudando al virus a adaptarse a ellos.
La segunda mutación, N71S, cambia un aminoácido llamado asparagina por serina en la posición 71. Este cambio también podría alterar la forma de la hemaglutinina, lo que podría facilitar que el virus se una mejor a las células del gato o que se haga más resistente a los anticuerpos. Esta mutación N71S no se había informado previamente en H5N1 y también podría estar ayudando al virus a infectar a los gatos de manera más eficaz. “La exposición continua, la circulación viral y la adaptación del virus H5N1 en los gatos plantean importantes preocupaciones en cuanto a la transmisión y la salud pública”, concluyen los investigadores. “Los gatos, animales de compañía comunes que interactúan frecuentemente con los seres humanos y otras especies, podrían servir como puente para la transmisión entre especies de los virus H5N1″.
Esto último es importante porque, de ser una realidad, crearía múltiples vías de exposición a los seres humanos. Hasta ahora, el H5N1 no se propaga entre las personas, pero algunos estudios han sugerido que solo una o dos mutaciones clave podrían permitir que el virus dé ese salto.
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