Así como algunos hombres trans tienen partos, otros eligen abortar. El informe “Acceso al aborto seguro: para hombres trans y personas no binarias. Un estudio exploratorio en Colombia” es el primer acercamiento a la realidad ignorada de la decisión de abortar por parte de hombres trans y personas no binarias con capacidad de gestar. Fue realizado por la Alianza Trans Abortera de Colombia (ATC) –una organización social que lucha por el aborto legal, seguro y acompañado en personas trans masculinas y no binarias– y la Asociación Profamilia. En esta primera investigación exploratoria buscaron identificar qué necesidades y expectativas hay dentro de esta población frente a los servicios de aborto en Colombia.
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En la Sentencia C-355 de 2006 de la Corte Constitucional, donde se despenaliza el aborto bajo tres causales en Colombia, están incluidos los hombres trans y las personas no binarias. Sin embargo, el acceso al derecho al aborto para estas personas no está garantizado y, más preocupante aún, no hay datos que permitan dar cuenta del estado de cosas.
Por ejemplo, solo hasta 2018, la transexualidad se encontraba con un trastorno mental en la Clasificación Internacional de Enfermedades, y las personas gestantes que no se identifican con el género asignado al nacer tienen necesidades específicas como los cuidados prenatales, la salud menstrual, y la solución a embarazos no deseados.
Según una encuesta de experiencias trans y servicios de salud que realizó el Ministerio del Interior en 2018, el 57 % de personas trans y no binarias decidieron no usar estos servicios por temor a que su género afecte la atención prestada. “A ello se suman otros elementos que dificultan el acceso de las personas trans y no binarias a los servicios de salud sexual y salud reproductiva, como la falta de aseguramiento en salud, los trámites que deben hacer en todos los niveles del sistema de salud, e incluso la negación directa de los servicios por parte de los prestadores”, reza la investigación.
Entonces, ¿cuántos hombres trans y personas no binarias abortan en Colombia? Justamente, el hecho de que el sistema de salud esté soportado en el binarismo (solo las categorías de hombre y mujer) hace que no existan variables sociodemográficas que identifiquen a las personas no binarias y trans que hacen uso de los sistemas de salud. Así que no hay cifras, ni siquiera estimados, de cuántas personas no binarias y trans abortan en el país.
De hecho, ni siquiera hay un estimado actualizado sobre los sujetos que tradicionalmente tienen embarazos y abortan, es decir, las mujeres. La última cifra disponible es la consolidada por el Instituto Guttmacher, en 2009, y calcula que unas 400.000 mujeres abortan al año en Colombia (y menos del 1% acude a los sistemas de salud).
Por eso, de la mano de otras organizaciones, como la Red Comunitaria Trans, la Red Popular Trans, la Red de Apoyo Trans Diversa, Yukasa Feminista y la Liga de Salud Trans, los investigadores lanzaron una encuesta que fue respondida por una muestra pequeña: 497 personas, aunque para el análisis se usaron solo 141, la mayoría en Antioquia y Bogotá. Luego se hicieron entrevistas sobre el aborto para personas con experiencias de vida trans. Frente a esto, la investigación reconoce que la cantidad de personas encuestadas no hace que la encuesta sea representativa para el país, y que la dificultad para contar con más número de personas puede deberse a las dificultades de acceso a internet de estas poblaciones.
Entre los resultados, siete de ellas (33 %) se reconocieron como hombres trans y 94 (66 %) como personas no binarias. La mayoría de quienes participaron de la encuesta fueron personas menores de 25 años, tanto entre los hombres trans (62 %) como entre las personas no binarias (58 %). El 10 % se reconocieron como afrodescendientes y el 4 % como indígenas. En cuanto a ingresos económicos, la gran mayoría de hombres trans (43 %) y de personas no binarias (47 %) menores de 25 años reportaron percibir menos de $250.000 al mes.
Entre los procedimientos más frecuentes de construcción corporal de identidad de género está el vendaje de los senos sin acompañamiento, el tratamiento de reemplazo hormonal y el uso de tónicos para estimulación de crecimiento del vello. En cuanto a los efectos de estas transformaciones, el 28 % considera que el uso de hormonas puede generar infertilidad, el 35 % considera que no tienen ningún efecto y el 38% no sabe sobre los efectos.
Frente a las prácticas sexuales, el 36 % de la población encuestada informó que tiene prácticas que implican riesgo de embarazo, siendo las personas no binarias quienes presentan los porcentajes más altos (40 %) en comparación con los hombres trans (26 %). El método anticonceptivo más usado es el condón (92 %) seguido de las píldoras (89 %), la inyección (77 %) y la anticoncepción de emergencia.
El 66 % de los hombres trans no planifican y el 30 % planifica con condón; mientras que el 33 % de las personas no binarias planifican con condón, el 15 % con pastillas y el 46 % no planifican. “Sin embargo, cuando se restringe el análisis a las personas con prácticas sexuales con riesgo de embarazo, se encontró que el 28 % no planifica, especialmente quienes tienen ingresos inferiores a $500.000 al mes.
Con respecto al aborto, el 74 % de personas saben que está permitido en algunos casos, pero un 13 % no saben o no están seguras y el 3 % creen que no está permitido en ningún caso. La mayoría de encuestados (68 %) no conocen lugares que presten servicios de salud seguros y de calidad en los que se pueda acceder a un aborto, pero la mayoría acudiría a un lugar como Profamilia en caso de requerir un aborto. Entre las razones para no acudir a estos sitios se encuentran el estigma, las barreras administrativas y la excesiva burocracia, la falta de entrenamiento y sensibilización del personal y el no reconocimiento de la identidad de género.
El 10 % de las personas encuestadas, es decir, 14 personas, mencionan que en algún momento de su vida han necesitado acceder al servicio de aborto: 4 % de los hombres trans y 13 % de las personas no binarias. De quienes han deseado abortar alguna vez, el 64 % lograron acceder a este (9 personas), y entre las razones por las cuales otros no lograron acceder al derecho están las barreras administrativas, falta de dinero y falta de información. Solo una persona accedió al servicio a través de su EPS.
Del total de personas que necesitaron el servicio de aborto, el 44 % considera que su identidad de género fue una barrera para acceder a este, mientras que el 22 % menciona que no fue una barrera. A modo de conclusión, el informe incluye algunas experiencias de vida que hacen un retrato de cómo es abortar en Colombia siendo hombre trans o personas no binarias. “Opino que el desconocimiento y la ilegalidad del tema puso en riesgo mi salud física y afectó mi salud mental”, testimonia una persona no binaria.
“Desde los exámenes que te hacen de ingreso, como el examen con espéculo, recibí comentarios como ‘eso le pasa’, ‘bien hecho’, ‘eso es por machorra’... todos estos lugares de ‘está bien’, de ‘se lo merece’, estuvieron presentes durante todo el procedimiento. Me llevaron a un lugar que no parecía un centro médico, o al menos no uno legal, y me practicaron un legrado sin anestesia”, dice una persona que transitó por el lesbianismo antes de encontrar su identidad trans y que fue violentada sexualmente por actores armados en la ruralidad.
“Por suerte, para mi segundo embarazo, el cual decidí llevar a cabo, ya contaba con una red de apoyo maravillosa para afrontar la idea social de un hombre en embarazo, la cual básicamente no existe, pues la sociedad me veía como un hombre gordo, de cachetes rosados. Cosas tan básicas como pedir una silla en el transporte público o buscar ropa se convirtieron en las nuevas barreras”, dice un hombre trans que eligió un aborto en su primer embarazo y que eligió parir en su segundo.
Dentro de las recomendaciones del informe está incluir las identidades de género en los registros de servicios de salud, fomentar la investigación sobre salud sexual y reproductiva de disidencias sexuales y de género, y mejorar el acceso a medicamentos hormonales, así como la entrega de información sobre efectos del uso de medicamentos de terapia hormonal y sus efectos sobre el aborto con medicamentos, entre otros.