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Entre los indicadores que suelen tener en el radar quienes se mueven en la salud pública hay uno del que no se habla muy a menudo: los accidentes ofídicos, es decir, las lesiones causadas por mordeduras de serpientes venenosas. Quienes se encargan de hacer campañas de prevención en regiones selváticas y rurales, saben que es un asunto trascendental, pues en algunos municipios de Colombia una mordedura de ciertos reptiles puede tener desenlaces fatales si no se trata a tiempo.
En Colombia, el Instituto Nacional de Salud es el encargado de llevar un registro de esos accidentes ofídicos que, de ninguna manera, deben causar un malentendido con las serpientes, pues estos animales son claves para los ecosistemas. Desempeñan funciones cruciales como el control de plagas.
De igual forma, han jugado un rol muy importante en la historia de la salud: gracias a su veneno se han elaborado sueros y medicamentos. Pese a ello, según el Libro Rojo de Reptiles de Colombia, hay diez amenazadas: tres en peligro crítico, tres en peligro y cuatro en estado vulnerable.
Así que para hablar de accidentes ofídicos, siempre hay que tener presente que las serpientes solo muerden cuando se sienten amenazadas o sorprendidas.
Dicho eso, monitorear qué sucede con los accidentes ofídicos es importante para saber qué territorios de Colombia deben mejorar las rutas de atención para evitar que haya algún fallecimiento.
“Colombia es un país tropical con ambientes apropiados de hábitat para la diversidad de animales venenosos, localizados en las diferentes regiones, que tienen condiciones geográficas, climáticas, socioculturales y demográficas que aumentan la susceptibilidad a un accidente. Estas características favorecen el incremento de la morbilidad, las complicaciones, y la muerte de personas y animales”, recuerda el Instituto Nacional de Salud (INS) en un documento publicado en octubre del año pasado.
No es un asunto menor: según la Organización Mundial de la Salud, cada año se reportan 5.4 millones de mordeduras de serpiente en el mundo, de los cuales, entre 1.8 y 2.7 millones son clasificados como envenenamiento, y entre 80.000 y 140.000 terminan en muertes.
¿Qué especies son de importancia médica?
Como lo explica el INS en el “Protocolo de vigilancia en salud pública Accidente Ofídico”, en Colombia hay cuatro familias de serpientes que aportan la mayoría de accidentes ofídicos. De las más de 300 especies que hay en total en el país, el 16% tiene veneno.
Una de las familias más importantes es la Viperidae, donde se encuentran las víboras verdaderas (géneros Bothrops, Bothrocophias, Crotalus, Lachesis, Bothriechis, Bothriopsis y Porthidium). Este grupo produce la mayoría de los casos de envenenamiento, que “se caracterizan por síndromes hemorrágicos, edema y daño tisular”.
La otra familia que es de importancia médica es la Elapidae, que incluye a las serpientes corales (género Micrurus). Sus mordeduras pueden producir parálisis neurológica. Como la primera familia, un envenenamiento no tratado, puede causar “daños multiorgánicos, con consecuencias que van desde secuelas irreversibles y discapacidades hasta la muerte”, señala el INS.
Las otras dos familias relevantes son la Colubridae, conformada por “serpientes no venenosas o con toxinas de bajo impacto”, que pueden generar cuadros locales leves que no representan mayor riesgo para la vida; y la Boidae, donde están las serpientes constrictoras. Estas carecen de veneno, pero generan agresiones por mordedura.
¿En cuáles departamentos y municipios ha habido más mordeduras este año?
Según el reporte del INS, en 2025 ha habido 1.229 accidentes ofídicos confirmados en el país (aunque nueve provienen del exterior). El 66,4% se presentó en áreas rurales dispersas. Otro 20,9%, en cabeceras municipales, y otro 12,7% en centros poblados.
La mayoría de los casos (46,5%) ocurrió mientras las personas llevaban a cabo actividades agrícolas. El 18%, mientras hacían actividades domésticas, y el 16%, mientras caminaban por senderos abiertos o trochas.
Los accidentes se presentan principalmente en hombres. Ha habido 927, frente a 302 registrados en mujeres. Gran parte de las mordeduras (647) son en los miembros inferiores del cuerpo.
Frente a la gravedad de los accidentes, de acuerdo con las cifras del INS, el 106 fueron graves.
El departamento donde más se han notificado accidentes ofídicos es Antioquia. Allí ha habido 165. Le sigue Norte de Santander, con 75; Bolívar, con 70; Meta, con 67; Caquetá, con 63; Santander, con 62; Córdoba, con 61; Cesar, con 55; Chocó, con 55; Putumayo, con 54; Tolima, con 45; Cauca, con 35, y Guaviare, con 32.
En la siguiente imagen se puede apreciar la lista completa de departamentos donde se han presentado más de estos accidentes:
Respecto a los municipios donde más se han presentado mordeduras de serpientes venenosas, el INS indica que Tierralta, en Córdoba, es el lugar donde más se han notificado casos: 13, en total.
Le sigue, Tibú, en Norte de Santander; y Puerto Rico, en Caquetá, con 8. Esta es la lista de los que más casos han notificado:
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