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¿Ha notado cambios en el deseo sexual desde que su relación se ha consolidado? Un estudio reciente, publicado en Nature, explora cómo la evolución del deseo y la dinámica de pareja se influyen mutuamente a lo largo del tiempo, desde los primeros encuentros hasta las etapas más avanzadas de la relación.
Los investigadores proponen un modelo llamado “desarrollo relacional del deseo sexual”, que explica en qué momentos y de qué manera el deseo impacta la evolución de una relación. El deseo sexual y la calidad de la relación están conectados y evolucionan a lo largo del tiempo. En las primeras etapas, el deseo suele ser intenso y juega un papel clave en la formación del vínculo entre los miembros de la pareja. Sin embargo, con el paso del tiempo, es común que esta intensidad disminuya. Esto no necesariamente indica un problema, dicen los autores, sino que refleja un cambio en la dinámica de pareja, donde otros factores, como la intimidad emocional y la conexión afectiva, cobran mayor relevancia.
El deseo sexual, además, no ocurre en un vacío, agregan los científicos. Está influenciado por factores como la comunicación, la satisfacción emocional y el nivel de intimidad en la relación. Cuando hay conflictos o altos niveles de estrés, es probable que el deseo disminuya. Factores contextuales (como la rutina diaria), relacionales (como la calidad del vínculo afectivo) e individuales (como la autoestima o el estrés) también afectan la satisfacción sexual.
En algunos casos, cuando el deseo se reduce dentro de la pareja, algunas personas pueden buscar gratificación fuera de la relación. Esto, dicen los autores, no siempre es un reflejo de falta de amor o compromiso, sino que puede estar relacionado con la monotonía, la falta de intimidad emocional o dificultades personales.
“A veces, el deseo sexual se percibe como algo espontáneo, pero en realidad está determinado por una amplia gama de factores biológicos, sociales y psicológicos. Comprender que el deseo no es algo dado, sino un proceso dinámico sobre el que se puede influir, puede ayudar a las parejas a mantener la chispa a lo largo del tiempo y a sostener la relación frente a las crisis internas y las tentaciones externas”, señala Gurit Birnbaum, profesora de la Universidad Reichman.
Los autores desacreditan mitos comunes, como la suposición de que más sexo necesariamente conduce a la felicidad en una relación, y explican la “paradoja intimidad-deseo”, un fenómeno en el que, paradójicamente, a medida que la cercanía emocional entre los miembros de la pareja se profundiza, la pasión a menudo comienza a desvanecerse. Este hallazgo sugiere que una mayor intimidad emocional no siempre se traduce en un aumento del deseo sexual.
Para comprender mejor esto, los investigadores proponen nuevos estudios, como el análisis del deseo en parejas recién formadas a través de aplicaciones de citas. Esto permitiría observar cómo evoluciona el deseo desde los primeros encuentros y qué factores influyen en su desarrollo. Finalmente, el estudio destaca que el deseo sexual no es estático, sino que cambia con el tiempo en función de múltiples factores. Comprender su evolución puede ayudar a fortalecer las relaciones de pareja y mejorar la satisfacción emocional y sexual en el largo plazo.
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