En la tarde de este 13 de mayo, el Ministerio de Hacienda publicó un documento que han esperado todas las personas que le han seguido la pista a la reforma a la salud: el aval fiscal de la propuesta que busca transformar el sistema.
La publicación se da justo después de que se llevara a cabo un debate de control político en la Comisión Séptima del Senado, en el que participó el Ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, y se discutieron puntos esenciales sobre aquella reforma.
De acuerdo con el aval fiscal del Minhacienda, el total de gastos del sistema de salud con la actual reforma será, en el año 2034, de $163,8 billones, equivalente al 7,12% del PIB.
Como lo muestra esa cartera, esa participación en el PIB que se destinaría a salud crecería poco a poco. Mientras en el 2026 equivaldría a 6,07%, en 2027 crecería a 6,17%. Luego, en 2028, su participación sería de 6,35%.
En 2030 sería de 6,66%, lo que quiere decir que, para ese entonces, el total de gastos del sistema de salud sería de $135,4 billones. El gasto en 2031 ascendería a $142 billones (6,77% del PIB); a $148,9 billones en 2032 (6,88% del PIB) y a $156,2 billones en 2033 (7% del PIB).
“Se resalta que el costo fiscal de la propuesta ha sido objeto de cambios y los seguirá presentando de conformidad con las modificaciones a las que sea sometido el proyecto durante el transcurso del trámite legislativo”, aclara el documento, firmado por Carlos Emilio Betancourt, viceministro técnico (encargado).
“El impacto fiscal estimado del proyecto de ley del asunto puede incorporarse de forma compatible con el Marco Fiscal de Mediano Plazo, manteniendo la sostenibilidad del Sistema General de Seguridad Social de Salud y de las finanzas públicas”, dice el Minhacienda al final de las 14 páginas. “Es así que el Ministerio de Hacienda y Crédito Público emite concepto aprobatorio al Proyecto de Ley, en la medida en que las obligaciones corrientes del sector salud acumuladas al cierre de 2024 sean cubiertas”.
Esta es la proyección del Minhacienda:
Para llevar a cabo el análisis, que fue enviado a Nadya Blel Scaff, presidenta de la Comisión Séptima del Senado, esa cartera tuvo en cuenta diversas variables. Entre los gastos directos está el costo de la atención primaria en salud, el fortalecimiento de la red pública de hospitales, las licencias de maternidad, el valor de fortalecer a la Adres (el llamado banco de la salud) y un fondo para la atención de catástrofes y epidemias, que requiere de $52 mil millones anuales.
También menciona gastos indirectos que tendrá el sistema de salud, como la atención a los migrantes y el “saneamiento de los hospitales públicos”.
Parte del dinero para financiar esos cambios que propone la reforma a la salud saldrán de diversas fuentes, aunque la principal será del aporte de la nación y las cotizaciones que hacen los colombianos al Sistema General de Seguridad Social.
A esos rubros se le añadirán recaudos nuevos como los impuestos a la comida chatarra (impuestos saludables) y otras fuentes de ingresos como las rentas cedidas de las entidades territoriales, aportes de las Cajas de Compensación, Coljuegos, Prima FONSAT y Contribución SOAT y el impuesto social a las armas y municiones. Este es el balance proyectado por el Minhacienda:
El Minhacienda también reconoce en otro apartado que hay deudas que deben ser saldadas. Además, admite que hay recursos que no han sido cuantificados por el Ministerio de Salud, como la oferta de formación para quienes hacen parte del talento humano en salud, como médicos o personal de enfermería.
“Se plantea aumentar los cupos para la formación del talento humano en salud y propone que se desarrolle un programa de inversión para que todas las ISE sean reconocidas como escenarios de docencia. La implementación del plan de inversión requiere de recursos que no han sido cuantificados ni proyectados por el Ministerio de Salud”, se lee en el documento.
Este es el documento completo:
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