La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió una alerta debido a las 300 muertes, la mayoría de niños y niñas menores de cinco años, que estarían relacionadas con el consumo de jarabes infantiles para la tos sin receta médica y con niveles confirmados o sospechosos de contaminación con dietilenglicol y etilenglicol.
De acuerdo con la organización, durante los últimos cuatro meses, varias naciones notificaron numerosos incidentes con estos productos, especialmente por la presencia de las sustancias tóxicas mencionadas, que son “utilizadas como disolventes industriales y agentes anticongelantes que pueden ser mortales incluso ingeridos en pequeñas cantidades, y nunca deberían encontrarse en los medicamentos”, advirtió la OMS. (Lea: Jugar al aire libre puede mitigar los efectos negativos del tiempo frente a la pantalla)
Los efectos tóxicos provocados por las dos sustancias pueden incluir dolor abdominal, vómitos, diarrea, incapacidad para orinar, dolor de cabeza, estado mental alterado y lesión renal aguda que puede causar la muerte.
Esta situación, que se viene presentado desde mitad del año pasado, estaría asociada con la muerte de menores de edad en Gambia, Uzbekistán e Indonesia, en este último país se han registrado por lo menos 200 fallecimientos.
Para el caso de Gambia, la OMS había emitido en octubre de 2022 una alerta sobre los riesgos de cuatro productos: la solución oral de prometazina, el jarabe para la tos para bebés Kofexmalin, Makoff y el jarabe para el resfriado Magrip N. Estos habrían llegado a otros países a través de mercados informales. (Lea: Audifarma sufrió ataque cibernético y suspendió el servicio en sus plataformas)
Si bien, los fallecimientos que estarían asociados con el consumo de estos productos se han registrado en tres países, la OMS investiga la posible contaminación de los jarabes también en Camboya, Filipinas, Timor Oriental y Senegal.
Por el momento, la organización solicitó a los gobiernos y organismos reguladores detectar y retirar de la circulación en sus respectivos mercados todos los productos médicos de calidad inferior detectados en las alertas médicas, así como aumentar la vigilancia en los mercados, incluidas las pruebas específicas basadas en el riesgo para los productos médicos que se comercializan.
Para el caso de los fabricantes de los medicamentos, la OMS les sugiere comprar insumos únicamente preparados de calidad farmacéutica a proveedores cualificados y realizar controles exhaustivos al momento de recibir los suministros y antes de utilizarlos en la fabricación de productos.