“La gente que se inyecta drogas tiene una enfermedad”, explicó a los periodistas en Yakarta Christian Kroll, coordinador global de la Unidad para VIH/SIDA de la ONU.
“Quienes tienen una enfermedad no tienen que estar en la cárcel, necesitan ser tratados”, agregó.
Naciones Unidas calcula que en Indonesia hay alrededor de 28 mil drogadictos encarcelados que deberían estar en clínicas, atendidos por personal médico especializado.
Indonesia es uno de los países asiáticos donde las cifras de enfermos de sida y seropositivos crece, tendencia contraria a la que experimenta el resto de estados del continente.
Según publicó esta semana el periódico “The Jakarta Post”, los drogadictos que utilizan jeringuillas constituyen el mayor grupo de riesgo, seguidos por transexuales, travestidos, mujeres que ejercen la prostitución y homosexuales.
El Ministerio indonesio de Sanidad cree que alrededor del 0,16 por ciento de la población, unas 368 mil personas, está infectada por el virus.