La Organización Panamericana de la Salud (OPS) publicó una herramienta que describe como pionera en Colombia, pues permite identificar, organizar y visualizar estudios sobre adecuaciones socioculturales en los servicios de salud para pueblos indígenas, comunidades afrodescendientes y el pueblo Rrom o gitano.
Se trata del primer Mapa de Evidencias sobre Interculturalidad en Salud, que “sistematiza el proceso metodológico de elaboración, analiza los estudios seleccionados y presenta conclusiones y recomendaciones para avanzar hacia sistemas de salud más equitativos, inclusivos y culturalmente pertinentes”, comunicó la organización.
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El informe técnico del mapa, además, identifica vacíos de información, clasifica buenas prácticas y ofrece orientaciones específicas para la acción institucional, tanto a nivel nacional como local. Surgió, según la OMS, debido a una necesidad de contar con datos actualizados sobre la situación y las problemáticas en salud pública de los grupos étnicos del país y, así, identificar necesidades.
Para su elaboración, se contó con la colaboración del Ministerio de Salud, la misión BIREME de la OPS y la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud (FUCS) y expertos en etnicidad, salud pública e información científica. La revisión incluyó investigaciones observacionales, metodologías cualitativas, entrevistas, tesis de grado, guías metodológicas, documentos técnicos, entre otros.
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El documento subraya que es necesario fortalecer las capacidades institucionales para implementar un enfoque intercultural, así como promover un diálogo entre distintos saberes y documentar experiencias locales. También plantea recomendaciones para mejorar el acceso a servicios de salud sin discriminación, que respeten las prácticas tradicionales y de los sistemas médicos propios de los pueblos indígenas, afrodescendientes y gitanos del país.
“Se propone avanzar en la construcción de modelos interculturales de salud mediante procesos participativos, que integren el análisis del contexto sociocultural, político, económico y demográfico de cada comunidad”, se lee entre las reflexiones del proyecto. “Estos modelos deben articular de forma complementaria los elementos de la medicina tradicional —como prácticas, saberes, insumos, actores e instituciones propias— con componentes pertinentes de la medicina alopática u occidental, promoviendo sinergias que fortalezcan la atención integral en salud”.
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