Sobre los embutidos, como la salchicha o la mortadela, ya sabemos muchas cosas. Entre ellas, que su consumo excesivo puede estar asociado con el incremento de riesgo de tener algunos tipos de cáncer y con un mayor riesgo de padecer obesidad. Ahora, un nuevo estudio también sugiere que está asociado con un mayor riesgo de desarrollar demencia.
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La investigación acaba de ser publicada en la revista Neurology, de la American Academy of Neurology. El doctor Dong Wang, del Brigham and Women’s Hospital en Boston, Estados Unidos, sintetizó de esta manera sus resultados, en un comunicado de prensa: “Nuestro estudio encontró que la carne roja procesada puede aumentar el riesgo de deterioro cognitivo y demencia, pero la buena noticia es que también encontró que reemplazarla con alternativas más saludables, como nueces, pescado y aves, puede reducir el riesgo de una persona”.
Para llegar a esas conclusiones, los autores del estudio siguieron a un grupo de 133.771 pacientes (el 65.4% mujeres) durante 43 años, a los que les pidieron completar un “diario” con lo que comían y la frecuencia con lo que lo hacían, cada dos o cuatro años. Las personas evaluadas tenían un promedio de 49 años y no tenían demencia en ese momento. Sin embargo, con el tiempo, 11.173 sí la desarrollaron.
Tras evaluar los datos, los investigadores calcularon cuánta carne roja procesada comían en promedio los participantes. En esa categoría incluyeron productos como tocino, salchichas, salchichas, salami, mortadela y otros procesados.
Luego, dividieron en tres grupos a los pacientes. “El grupo bajo consumía un promedio de menos de 0,10 porciones por día; el grupo mediano comía entre 0,10 y 0,24 porciones al día; y el grupo alto, 0,25 o más porciones al día”, explican en el comunicado.
Sin entrar en muchos detalles técnicos, los investigadores hallaron que quienes consumían más porciones tenían un riesgo 13% mayor de desarrollar demencia en comparación con los del grupo de bajo consumo.
En el caso de la carne roja no procesada, no hallaron una diferencia significativa a la hora de comparar a quienes comían una o más porciones por día con quienes ingerían menos de media porción al día.
¿Cómo disminuir el riesgo?
Los autores del estudio también detectaron que los participantes que comían un promedio de 0,25 porciones o más por día de carne roja procesada tenían un riesgo 14% mayor de deterioro cognitivo subjetivo, que se refiere a cuando una persona “informa problemas de memoria y pensamiento antes de que cualquier deterioro sea lo suficientemente grande”.
Para hacerlo observaron otro grupo de 43,966 participantes con una edad promedio de 78 años, que llenaron encuestas.
Pero en esta ocasión, sí encontraron un resultado significativo frente al consumo de carnes rojas (sin procesar). Los que comían una o más porciones al día tenían “un riesgo 16% mayor de deterioro cognitivo subjetivo en comparación con las personas que comían menos de media porción al día”, informan en el artículo.
¿Hay algún camino para mejorar la alimentación y, de esa manera, disminuir los riesgos de desarrollar demencia? Los autores creen que sí. De acuerdo con sus hallazgos, un buen camino es reemplazar las carnes rojas procesadas por nueces o legumbres.
Dicho en términos un poco más específicos, “reemplazar una porción diaria de carne roja procesada por una porción diaria de nueces y legumbres se asoció con un 19% menos de riesgo de demencia y 1,37 años menos de envejecimiento cognitivo”.
Si el cambio se hace por pescado, la disminución de riesgo de demencia es del 28%. Con pollo, es del 16%.
Sin embargo, los investigadores son claros en señalar que se requieren más estudios para ratificar sus resultados. Hacen especial énfasis en la necesidad de que incluyan población más diversa, de otras etnias y géneros.
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