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Ratones al servicio de pacientes con cáncer

Una compañía ofrece implantar el mismo tumor de sus clientes en ratones de laboratorio para probar en ellos cuál podría ser el mejor tratamiento. Todo por US$12.000.

Redacción Vivir
19 de agosto de 2014 - 02:00 a. m.
La empresa Champions Oncology reconoce que en el 30% de los casos no es posible reproducir el mismo tumor de sus clientes en ratones. / 123
La empresa Champions Oncology reconoce que en el 30% de los casos no es posible reproducir el mismo tumor de sus clientes en ratones. / 123

La tan cacareada “medicina personalizada” parece una promesa menos lejana con el paso de los días. Empresas como Champions Oncology, con sede en Nueva Jersey y Maryland (Estados Unidos), se están encargando de dejar atrás esta era en la que un mismo tratamiento es la respuesta para todos los pacientes que sufren una enfermedad similar.

Por un costo que ronda los US$12.000, Champions Oncology ofrece a sus clientes afectados por algún tipo de cáncer la posibilidad de reproducir ese mismo tumor en ratones de laboratorio y probar en ellos distintos tratamientos para descubrir cuál podría ser el más efectivo. De esta manera, los pacientes y sus médicos pueden tomar una mejor decisión a la hora de definir un esquema de tratamiento.

Los ratones que ofrece la empresa no tienen pelo y son conservados en recipientes absolutamente estériles para que no los ataque ninguna enfermedad, ya que carecen de sistema de defensa. Una vez se toman muestras del cáncer del paciente mediante biopsia, estas células son enviadas a la empresa e implantadas en un grupo de ratones para que el tumor comience a crecer en ellos. Gracias a que los ratones carecen de células de defensa, el tumor humano puede crecer sin problema en sus cuerpos. Después de esto y durante varios días, distintos grupos de drogas son probadas en los animales para definir cuál ataca mejor ese tumor específico.

Según la periodista Alexandra Morris, quien publicó un reportaje sobre el tema en la revista MIT Technology Review, estos ratones son como “avatares” de los pacientes, “los animales sirven como tubos de ensayo vivos”. Una vez la compañía detecta el tratamiento más eficaz, se lo comunica al médico tratante para que tome una decisión.

“Generalmente las drogas que les damos a nuestros pacientes suelen no funcionar”, dijo a la revista Justin Stebbing, un oncólogo del Imperial College de Londres, quien ha estado involucrado en las pruebas que lleva a cabo esta compañía. Los resultados de los ratones personalizados, comentó el especialista, “les ofrecen a los pacientes un nivel adicional de confianza”.

Pero Champions Oncology no es la única compañía en esta carrera por expandir la medicina personalizada. Otros grupos de investigación han desarrollado moscas a las que se les inserta la misma mutación en el ADN de pacientes para luego también probar tratamientos y algunos apuestan por desarrollar en cultivos de laboratorio los tumores de sus clientes o crear miniórganos donde puedan reproducir condiciones propias de cada paciente.

Don Ingber, director del Wyss Institute for Biologically Inspired Engineering en la Universidad de Harvard comentó en el mismo reportaje que los retos para estos experimentos son mas o menos los mismos. Uno de ellos es que las células cancerígenas varían tanto que es muy incierto si las células del tumor que crece en animales es el mismo del paciente. Ingber también cree que el sistema inmune juega siempre un papel especial en el desarrollo y control de un tumor, así que un ratón sin sistema inmune difícilmente es un verdadero “avatar” de un cliente.

Las dueños de Champions defienden su enfoque personalizado con cifras: desde 2007, cuando se creó la compañía, hasta hoy han cultivado tumores de 350 pacientes y tienen planes conjuntos con la famosa escuela de medicina de Mount Sinai en Nueva York de crear otros 100 para pacientes con cáncer. Reconocen que en un 30% de los casos ha sido imposible crear los tumores en los ratones.

También un problema extra: que el tumor en los ratones crece prácticamente a la misma velocidad que en los humanos. Esto significa que cuando el tumor es muy agresivo, este servicio pierde su utilidad, porque los pacientes necesitan tratamiento urgente. En promedio, toma unos seis meses desde que se extraen las células de los pacientes y se devuelve un informe al médico y su cliente.

Por Redacción Vivir

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