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Algunos países están preparando normativas que restringirían el consumo de tabaco y cigarrillos electrónicos -o vapeadores- en ciertos grupos poblacionales. Pero el que por primera vez busca elevar la edad mínima de consumo de tabaco es el Reino Unido, que, como explicó la revista Nature, dio a conocer el pasado 16 de abril un plan con el que pretende que ese tipo de productos dejen de ser comercializados legalmente para 2040.
De manera concreta, la propuesta del Reino Unido busca una “generación libre de humo”, en la que prohibiría la venta de tabaco a las personas nacidas de 2009 en adelante. También, a partir de 2027, se buscaría que la edad mínima para su consumo sea mayor a los 18 años, y que vaya aumentando un año más conforme pase el tiempo. Sus argumentos estuvieron apoyados en una investigación realizada por el Departamento de Salud y Atención Social del Reino Unido, publicada en diciembre de 2023.
Su metodología fue la de predecir, mediante un modelo pesimista y otro optimista, las consecuencias que tendría restringir el consumo de tabaco en un futuro. Por ejemplo, en el modelo pesimista, su análisis arrojó que, de aplicar la política, la tasa del 13 % de tabaquismo en personas de 14 a 30 años registrada en 2023 se reduciría al 8 % para 2030. Ese número, incluso, podría hacer que solo el 5 % de ese grupo poblacional fume para ese mismo 2030. Mientras, en el escenario optimista, ese número podría reducirse al 0,4 %.
Además, los costos que se ahorrarían en atención médica por problemas de salud asociados al tabaco serían de 13,7 mil millones de dólares. El plan del Reino Unido también contempla restringir el uso de vaporizadores y cigarrillos electrónicos.
Las consecuencias del tabaco vienen advirtiéndose desde hace años. De hecho, y a grandes rasgos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dicho que, más allá de los problemas pulmonares que pueda ocasionar, su efecto incrementa las posibilidades de tener enfermedades cardíacas e, incluso, desarrollar cáncer.
Por su parte, y respecto a los vaporizadores, la OMS dijo que aquellos que contienen nicotina son “perjudiciales para la salud y muy adictivos. Aunque no se conocen del todo sus efectos a largo plazo en la salud, se ha demostrado que liberan sustancias tóxicas que son cancerígenas o que aumentan el riesgo de sufrir trastornos cardiacos y pulmonares. Además, pueden afectar al desarrollo del cerebro y causar trastornos del aprendizaje en los jóvenes”.
Aunque los investigadores consultados por Nature declararon que las políticas que promueven dichos países son una minoría, de ser aprobadas representarían un gran cambio en el sistema de salud, pues reduciría el número de muertes asociadas al consumo de tabaco, y también se ahorrarían grandes cantidades de dinero invertidas en tratamientos. Por ahora, otros países que han adelantado regulaciones del tabaco y vaporizadores son Francia y Australia.
Lea también: Se necesitan medidas urgentes de control de los cigarrillos electrónicos: OMS.
La situación en Colombia
Como lo contamos en su momento en El Espectador, en Colombia, a principios de este marzo de 2024, se aprobó en el Congreso de la República el proyecto de ley 325 radicado por la senadora Norma Hurtado y el senador José David Name, con el que se busca crear una regulación para los cigarrillos electrónicos, vapeadores y otros productos y sucedáneos derivados del tabaco en Colombia.
La plenaria de la Cámara de Representantes, en donde tuvo lugar el último debate, dio luz verde para que el proyecto se convirtiera en ley tras haber sido aprobado en el Senado en sus dos primeros debates. Ahora, deberán conciliarse los textos que resultaron del segundo y el cuarto debate, con el fin de tener una ley unificada que pasaría finalmente a sanción presidencial. El objetivo de esta ley es incluir a los cigarrillos electrónicos y los llamados vapeadores dentro de las limitaciones que establece la ley 1335 de 2009, conocida como la “Ley Antitabaco”.
Es una norma que incluye medidas para la prevención del consumo del tabaco y la exposición al humo de tabaco en el país, como la prohibición de fumar en lugares públicos cerrados y la limitación de la publicidad y promoción de estos productos, entre otras cosas. Allí se incluirán a partir de ahora estos dispositivos “con el fin de minimizar los potenciales riesgos para la salud de los usuarios”, según el objeto del proyecto de ley.
Por su parte, la industria tabacalera, aunque a favor de una regulación, pedía que estos productos tuvieran una regulación diferenciada. “Creemos necesario y esperamos que haya una regulación. Se ha dicho que la industria no quiere una regulación y eso es mentira. Pero, creemos que la regulación que debe haber es una diferenciada con base en la reducción de riesgo y daño”, le decia a El Espectador Marla Gutiérrez, directora ejecutiva de ALTERPRO (el gremio que agrupa a British American Tobacco Colombia, Inversiones GLU Cloud, Relx International y Coltabaco - Philip Morris International), hace apenas unas horas.
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