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'Santos debe repensar la reforma'

Los gremios médicos dicen que no les gusta nada de la iniciativa que el Gobierno presentó al Congreso. Proponen que cada usuario elija el hospital que desee, sin necesidad de afiliación, y se acaben para siempre las EPS.

Carolina Gutiérrez Torres / Pablo correa
12 de septiembre de 2013 - 10:00 p. m.
Sergio Isaza, presidente de la Federación Médica Colombiana. / Archivo - El Espectador
Sergio Isaza, presidente de la Federación Médica Colombiana. / Archivo - El Espectador

Los médicos del país declararon su oposición rotunda al proyecto de ley ordinaria que busca reformar el sistema de salud y que hoy cursa en el Congreso. La Junta Médica Nacional señaló en una carta enviada al presidente del Senado, Juan Fernando Cristo, que el proyecto “es contrario al logro de un cambio estructural que colme la aspiración de todos los colombianos”.

Sergio Isaza, presidente de la Federación Médica Colombiana, asociada a la Junta Médica, reconoce que aunque no tienen “la fuerza social y política” para lograr un cambio radical, seguirán oponiéndose hasta el final de la discusión, pues es su “responsabilidad ética como portadores del conocimiento de la medicina”.

¿Cuál es el principal argumento de los médicos para rechazar el proyecto que reforma el sistema de salud?

La ley ordinaria, tal y como está planteada, mantiene el modelo actual, sólo con unas variaciones. A los gestores se les da todo el poder del manejo económico, son los que deciden cómo se coordinan la red prestadora de servicios y los gastos, se les permite algún grado de integración vertical y son los que en últimas van a tener más poder del manejo del dinero.

Pero ahora no van a manejar los recursos directamente...

La única diferencia es que actualmente se les entrega el dinero con antelación y no se les hace ningún control, por eso ha pasado lo que ha pasado. No hay un sistema de información público, veraz y oportuno. Ahora el dinero se les va a entregar después, pues ellos deciden qué se les paga a los hospitales. Entonces, los gestores van a estar coordinando las redes, integrándose verticalmente, ordenando el gasto, auditando y decidiendo. ¿Qué cambio se hizo?

Entonces, ¿no están de acuerdo con nada?

No, porque el núcleo de la ley está basado en una estructura de mercadeo en la prestación de los servicios médicos. Muy distinta sería una ley que planteara una estructura para garantizar y desarrollar un sistema de salud integral, no un sistema de atención médica de mercado.

Pero les gusta la idea de un fondo único de recaudo...

Sí, pero ese centro único de recaudo y pago tiene que estar regionalizado para atender las necesidades de cada una de las zonas del país. No puede ser sólo un sistema de atención de la enfermedad; hay que salirse de un concepto tan reduccionista y antiguo como el de un sistema para tratar sólo la enfermedad. Y en esas estructuras regionalizadas debe haber presencia de los organismos de control del Estado y de la participación de la ciudadanía.

Los gremios médicos nunca han hecho una propuesta clara sobre cómo debe funcionar el sistema de salud. ¿Cuál es su propuesta, más allá del concepto?

Planeamos una estructura muy sencilla. Cuando usted se levanta enfermo, ¿en qué piensa? ¿En ir directamente al médico o en acudir a un intermediario que decida a dónde lo manda? En ir al médico, ¿cierto? El problema del actual sistema son los intermediarios. En nuestra propuesta decimos que no hay necesidad de que exista esa figura porque los hospitales mismos y los centros de salud son los articuladores naturales. El paciente entra a cualquier hospital, en cualquier parte, incluso sin necesidad de afiliación. Sólo por el hecho de haber nacido en el territorio nacional tendría ese derecho.

Y el incentivo de los hospitales, ¿no sería el mismo de las EPS: una retribución económica?

Los incentivos deben ser los indicadores de salud.

Entonces ustedes proponen que cualquier colombiano que se enferme vaya al hospital y listo...

Sí. Así como la gente se hace feligrés de una parroquia, podría hacerse usuario del centro de salud o del hospital que decida.

Pero si se deja al libre albedrío, podría generarse un desorden enorme... Mire nada más el tema del déficit de especialistas en muchas regiones. ¿Cómo se garantizaría una prestación equilibrada?

Hoy la formación de médicos de pregrado y posgrado obedece a una cuestión pura y netamente comercial, por eso apoyamos la reforma educativa de la MANE. Reconocemos que hay grupos de médicos que mantienen los cupos de algunas especialidades muy restringidos para captar la gran mayoría de los aportes. Por eso hay especialistas que se ganan $40 millones.

¿Qué más contiene su modelo?

Las secretarías de Salud departamentales y municipales, y sus hospitales de todos los niveles, serían los articuladores directos (entre el usuario y la prestación del servicio). Las secretarías deben establecer los lineamientos y criterios para las acciones en atención primaria. Es el sistema el que debe salir a buscar a la gente e identificar quiénes están sanos, quiénes en riesgo de enfermarse y quiénes están enfermos y no han sido atendidos. Esto disminuye la carga de la enfermedad y baja los costos radicalmente.

Eso suena ideal, pero lo que se ha visto es que ya existen problemas con los médicos, como el sobrediagnóstico o la inducción de consulta...

Eso ocurre en un sistema como el actual, donde todo está volcado a la búsqueda de la enfermedad para prestar el tratamiento porque ahí está el negocio, y si la enfermedad es bien compleja y de alto costo, más rentable. En cambio, nosotros sostenemos que para que alcance lo que hay es necesario planificar muy bien la atención. Lo fundamental es la atención primaria.

¿Y quién regularía los sobrediagnósticos?

Existe la ley de ética médica. El médico que salga de esos cánones puede perder su licencia.

La discusión sobre este proyecto ya está muy avanzada. ¿Qué creen que puede n hacer?

La próxima semana tendremos otra reunión con el ministro. Sabemos que la decisión está ahora en manos de la correlación de fuerzas en el Senado y la Cámara. Santos, con su 27% de popularidad, deberá repensar bien la cuestión de la salud: se decide por un sistema de salud que honre ese derecho o por un sistema de mercado donde la enfermedad es el negocio.

Por Carolina Gutiérrez Torres / Pablo correa

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