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El 3 de abril de 2024, mientras la Comisión Séptima del Senado hundía la reforma a la salud, la Superintendencia Nacional de Salud intervino para administrar la EPS más grande del país: Nueva EPS. El supersalud de aquel entonces, Luis Carlos Leal, justificó que la empresa no cumplía con los requisitos habilitadores financieros para poder ejercer sus funciones en el sistema de salud colombiano, como son el patrimonio adecuado y el régimen especial de reservas técnicas. “Estos dos indicadores son ejemplo del incumplimiento financiero”, señalaba Leal.
El hoy asesor del Ministerio de Salud, agregaba entonces que Nueva EPS vivía un aumentó “dramático” de las PQRS que se traducía en que las personas afiliadas a esta EPS no estaban viendo una adecuada satisfacción de sus necesidades en salud. “Llama la atención que los pasivos, las deudas que tiene esta EPS con distintas IPS del país, han venido aumentando”, decía Leal. Si nada extraordinario ocurre, es posible que en los siguientes días la Supersalud, hoy liderada por Giovanny Rubiano García, prorrogue por un año más la intervención, aunque haya dudas desde diversos sectores alrededor de los resultados de esta medida.
Durante el año de intervención, Nueva EPS ha tenido dos interventores. Inicialmente, Julio Alberto Rincón Ramírez asumió la dirección de la entidad.
Durante esa primera etapa, tanto él como la Supersalud hicieron públicas varias denuncias. “Nueva EPS venía escondiendo facturas del sistema de salud desde el 2019 y, tal vez, desde antes. Reportaban al sistema y decían, nosotros debemos a los hospitales $500 mil millones. Pero no, son $5.5 billones. Son $5 billones que estaban escondidos debajo de la alfombra”, afirmó Leal. También durante la administración de Rincón, Nueva EPS comenzó la serie de inconvenientes con Audifarma que terminarían llevando al fin de la relación de ambas empresas.
Desde mediados de noviembre de 2024, Rincón fue reemplazado por Bernardo Camacho, que hoy lidera la empresa. Del balance de Rincón destaca un señalamiento clave reconocido por la Supersalud: Nueva EPS no cumplió con las obligaciones establecidas en la Circular Única 47 de 2007, que incluyen la presentación anual de sus estados financieros, debidamente certificados por el representante legal y el contador público. En noviembre, la Superintendencia advirtió que, pese a múltiples requerimientos formales, la EPS entregó la información en un formato incorrecto y fuera del sistema habilitado.
Aún hoy, se siguen desconociendo los estados financieros de esta EPS, que tiene más de 11 millones de afiliados y es la quinta empresa más grande del país.
La gestión de Rincón también fue objeto de críticas debido a los resultados en salud que presentaba Nueva EPS bajo su intervención. En noviembre, la Supersalud advirtió que las tasas de reclamaciones acumuladas en 12 meses reflejaban un aumento significativo. Al comparar los períodos de octubre de 2022 a septiembre de 2023 y de octubre de 2023 a septiembre de 2024, las quejas en el régimen subsidiado aumentaron un 12,88%, mientras que en el contributivo el incremento fue del 26,53%. “Las omisiones frente a los deberes de reporte de información financiera, las tasas acumuladas reportadas, reflejan una situación financiera y/o jurídica crítica de la entidad y representan un grave peligro para los recursos del sistema de salud”, señaló entonces el actual superintendente de Salud, Rubiano.
Medicamentos para los afiliados de Nueva EPS
Uno de los mayores desafíos que enfrenta Camacho al frente de Nueva EPS es garantizar la dispensación de medicamentos a sus más de 11 millones de afiliados. En octubre de 2024, tras reportes sobre tensiones por presuntos incumplimientos en los pagos, Audifarma anunció la terminación unilateral de su contrato con la EPS. Aunque en diciembre la Supersalud logró mediar un acuerdo para restablecer las operaciones, la relación finalmente se rompió en febrero de este año.
El pasado 22 de marzo, Rubiano reconoció que la terminación de este contrato desató una crisis en varias regiones del Eje Cafetero y el Valle del Cauca. La razón es sencilla: Nueva EPS es la única EPS con presencia nacional, lo que hace aún más compleja la logística de dispensación de medicamentos. Audifarma, por su parte, es el segundo gestor farmacéutico más importante del país, solo superado por Cruz Verde. Su retirada obligó a la EPS a buscar nuevos operadores que pudieran asumir sus funciones y garantizar la continuidad en la entrega de medicamentos.
A principios de marzo, la Nueva EPS anunció la contratación de nuevos gestores farmacéuticos para reemplazar a Audifarma y así restablecer la normalidad en la prestación del servicio. No obstante, en varias regiones persisten las quejas de los usuarios por retrasos en la entrega de medicamentos y dificultades en la transición. La situación llevó a la Supersalud a tomar medidas cautelares el pasado 11 de marzo, ordenando la suspensión de los cierres de establecimientos farmacéuticos que dispensan tecnologías en salud a los afiliados de la Nueva EPS.
Esta suspensión, dijo en ese momento la Super, tendrá una vigencia inicial de dos meses, prorrogables por un período igual, hasta que se demuestre que dichas decisiones administrativas y civiles no vulneran el derecho fundamental a la salud.
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