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Después de que la Contraloría General de la República estuviera en la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de Puente Aranda, en Bogotá, emitió una alerta dirigida a la Secretaría de Salud del Distrito. “Durante la visita, fuimos informados que se encontraban ante un posible brote de tuberculosis dentro del Centro. Sin embargo, el equipo de la Contraloría General pudo percatarse que no se estaban aplicando protocolos de atención médica preferente”, se lee en el documento.
La entidad aseguró que tampoco evidenció un control masivo para evitar una eventual propagación de dicho brote y que, en cambio, observó que los pacientes contagiados no se encontraban aislados de los demás.
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El órgano de control, además, se refirió a que esta URI cuenta con una capacidad para albergar máximo 452 individuos, pero, para el momento de su visita, había en total 886. Este es el Centro de Detención Transitorio, señala la Contraloría, con mayor número de personas privadas de la libertad en la ciudad.
En ese orden de ideas, y ante un posible riesgo de salud pública, la entidad solicitó a la Secretaría que le comunique las medidas de verificación, prevención, atención y control que se han adoptado frente a esta situación en específico. También le pidió información sobre las políticas de racionamiento de agua de los Centros de Detención Transitoria, “teniendo en cuenta la declaratoria de la vulneración sistemática de los derechos fundamentales y de crisis humanitaria al interior de estos Centros, realizada por la Corte Constitucional”.
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Para atender a su requerimiento, la Contraloría le dio a la Secretaría un plazo de respuesta de tres días a partir del recibo de la comunicación, que se dio a conocer este lunes y está firmada por el Contralor General de la República, Luis Enrique Abadía García.
Ahora, este martes 18 de febrero, la Secretaría de Salud se ha pronunciado públicamente sobre el tema y buscó dar un parte de tranquilidad. Según informó, dentro de sus acciones de vigilancia en los centros penitenciarios, carcelarios y en las URI de Bogotá, implementa estrategias permanentes para detectar quienes presentan síntomas respiratorios. En el caso particular de Puente Aranda, “no se ha identificado ningún indicio de brote de tuberculosis”, dice la Secretaría.
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Sin embargo, esta entidad aclaró que sí hay tres personas que actualmente están recibiendo tratamiento para la enfermedad, pues entraron al Centro con un diagnóstico previo, que no tiene relación epidemiológica entre sí, por lo que descarta un posible contagio dentro de la URI.
Allí, la Secretaría de Salud realizó dos visitas durante el mes de febrero, con el fin de sensibilizar a la población sobre la tuberculosis. Para ello abordaron puntos clave como definición, modo de transmisión, síntomas y tratamiento. “Es importante señalar que la tuberculosis está asociada a condiciones de vulnerabilidad como el hacinamiento, el consumo de sustancias psicoactivas, el alcoholismo y enfermedades como el VIH y la desnutrición”, subraya la Secretaría. “En Bogotá, durante 2024, se diagnosticaron 1.571 casos de tuberculosis, de los cuales el 5% corresponde a población privada de la libertad, en concordancia con el comportamiento epidemiológico esperado en el Distrito”.
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