
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Desde que comenzó la pandemia por COVID-19 la estrategia de Suecia acaparó la atención de los expertos. Pese a que en la mayoría de países, incluido China donde comenzó el brote del virus, implementaron fuertes medidas de distanciamiento social como los aislamientos, Suecia le llevaba la contraria al mundo. Allí Anders Tegnell, principal epidemiólogo de la Agencia de Salud Pública de Suecia, aconsejó no imponer una cuarentena estricta para seguir su vida normal. Pero, hoy se arrepiente de no haber tomado medidas más estrictas. (Lea: La estrategia de Suecia para combatir el coronavirus)
Hace unos meses, en una entrevista a la revista Nature, Tegnell explicó que, “como en muchos otros países, nuestro objetivo es aplanar la curva, frenar la propagación tanto como sea posible; de lo contrario, el sistema de salud y la sociedad corren el riesgo de colapsar”. Los habitantes siguieron las recomendaciones gubernamentales y, de acuerdo con los reportes de movilidad que ofrece Google gratuitamente, las visitas de los suecos a centros comerciales, restaurantes, cafés y cines disminuyeron un 20 %, el transporte público decayó casi un 30 % y los desplazamientos a lugares de trabajo bajaron aproximadamente un 12 %.
Para esa época, Tegnell aseguró que era muy difícil comprobar si la estrategia había sido exitosa, pues era muy pronto. “Cada país tiene que alcanzar la ‘inmunidad de rebaño’ [cuando una alta proporción de la población es inmune a una infección, lo que limita en gran medida la propagación de personas que no son inmunes] de una manera u otra, y vamos a alcanzarla de una manera diferente”, sentenció. (Le puede interesar: El mundo aún está lejos de alcanzar la inmunidad de rebaño para el coronavirus)
En Suecia, en medio de la emergencia sanitaria, los habitantes podían salir con tranquilidad y visitar restaurantes, centros comerciales o peluquerías. El gobierno apeló a la responsabilidad individual para proteger a los grupos de riesgo. Las únicas medidas que impuso fue prohibir los eventos de más de 50 personas, la visita a hogares de personas de la tercera edad y el cierre de colegios y universidades.
Sin embargo, luego de que en el país se confirmaran 40.803 casos y 4.542 muertes por COVID-19, Tegnell confesó que debió haber tomado más acciones para frenar la propagación del virus desde que se decretó la pandemia. “Si volviéramos a encontrar la misma enfermedad sabiendo exactamente lo que sabemos sobre ella hoy, creo que nos conformaríamos con hacer algo entre lo que Suecia hizo y lo que ha hecho el resto del mundo. Sería bueno saber exactamente qué cerrar para frenar mejor la propagación de la infección", aseguró en rueda de prensa el médico.
Según la publicación científica Ourworldindata.com, la tasa de mortalidad per cápita del país fue la más alta del mundo durante los siete días hasta el 2 de junio. Se estima que es de 5.29 muertes por millón de habitantes por día. Aunque las cifras son desalentadoras, Tegnell, en entrevista con el diario Dagens Nyheter, sostuvo que “la estrategia básica ha funcionado bien. La implementamos según el conocimiento que teníamos entonces, sentimos que tomamos las decisiones apropiadas”. (Vea aquí toda la información sobre coronavirus)
El epidemiólogo aclaró que, desde el comienzo de la pandemia, su objetivo fue claro: tratar de frenar la propagación del virus, lo suficiente para que los servicios de salud pudieran estar preparados para atender a los pacientes. Tegnell y su grupo de investigación aún siguen estudiando cómo mejorar las estrategias pues, confesó que al implementar muchas medidas a la vez (como se hizo en la mayoría de los países) no se sabe con certeza cuál es la más efectiva.
* Estamos cubriendo de manera responsable esta pandemia, parte de eso es dejar sin restricción todos los contenidos sobre el tema que puedes consultar en el especial sobre Coronavirus.