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Tres historias para entender las dificultades que está viviendo el sistema de salud

Durante la instalación de la mesa de debate sobre la UPC, el ministro Guillermo Alfonso Jaramillo reconoció que “el sistema está colapsado”, mientras hospitales y clínicas reportan cierres, deudas y los pacientes adolecen fallas en la entrega de medicamentos.

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20 de marzo de 2025 - 05:11 p. m.
Plantón Por la Salud de Colombia realizado en la Plaza de Bolívar bajo el lema #ayerpacienteshoydolientes
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Foto: El Espectador - Gustavo Torrijos
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El Ministerio de Salud instaló este jueves la mesa de debate sobre el ajuste de la UPC, en cumplimiento de lo ordenado por la Corte Constitucional. Durante la rueda de prensa, el ministro Guillermo Alfonso Jaramillo calificó el espacio como un “tribunal de la verdad de la salud”, en el que se busca esclarecer la realidad del sistema. Sin embargo, lo más llamativo de su intervención fue el reconocimiento explícito de la crisis que enfrenta el sector. “Hoy el sistema está colapsado”, admitió Jaramillo hacia el final de su discurso. Además, lanzó una crítica directa a algunos actores del sistema, como los gestores farmacéuticos, señalando que “cuando ya no ven el negocio, comienzan a irse”, en alusión a Audifarma.

El difícil momento que atraviesa el sistema de salud ha sido denunciado por sectores de pacientes, organizaciones académicas y del talento humano en salud.

En El Espectador le contamos en tres reportajes cómo se escenifica esa crisis.

Los médicos están sufriendo

El sistema de salud enfrenta una serie de dificultades que se reflejan en el cierre de servicios de salud y el deterioro de las condiciones laborales de los médicos. Profesionales de la salud denuncian largas jornadas y precariedad laboral debido a retrasos en los pagos de las EPS y la reducción de servicios en clínicas y hospitales.

En “Los desafíos de la salud tocan la puerta de los consultorios médicos”, explicamos que el cierre reciente de unidades neonatales y obstétricas en la Clínica de los Andes (Tunja) y la Clínica Farallones (Cali) representan este panorama, dejando a diversas poblaciones sin atención adecuada. Mientras algunos señalan las decisiones del actual Gobierno como un factor agravante, la Federación Médica Colombiana advierte que el problema es estructural y resultado del modelo instaurado por la Ley 100, que, dicen, prioriza la rentabilidad sobre la atención.

En Medellín, hospitales como San Vicente Fundación y otros 18 centros de alta complejidad alertan sobre una deuda acumulada de más de $2,3 billones, lo que pone en riesgo la sostenibilidad del sistema. Según la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas, la deuda con sus instituciones asciende a $18,9 billones, creciendo un 12,8 % en seis meses. El giro directo, la estrategia implementada por el Gobierno para asegurar que los recursos lleguen directamente a los prestadores de salud sin intermediarios, no ha sido suficiente para frenar la deuda.

Salud mental, otra gran afectada

El último año se han cerrado 530 camas para atender salud mental en Colombia

Aunque los servicios neonatales y de obstetricia son generalmente los más afectados por los cierres, otros como los de salud mental también enfrentan dificultades. En los últimos meses, más de 500 camas de salud mental han sido cerradas en diversas regiones del país debido a la falta de recursos y el incumplimiento en los pagos por parte de las EPS. En ciudades como Manizales, Pasto y La Ceja, clínicas y hospitales han tenido que reducir su capacidad, dejando a muchos pacientes sin acceso a la atención que necesitan en momentos críticos.

A esto se suma la escasez de profesionales en el área. En Colombia, el número de psiquiatras y psicólogos habilitados para trabajar en el sistema de salud pública es insuficiente para atender la creciente demanda. Mientras que se recomienda contar con al menos 10 psiquiatras por cada 100.000 habitantes, en Colombia solo hay un promedio de 3,1. Además, menos del 5% de los psicólogos registrados ejercen en el sector público, lo que limita aún más la disponibilidad de atención especializada.

Otro problema es la escasez de medicamentos esenciales para el tratamiento de trastornos mentales que denunciaron los médicos en el reportaje que hicimos. Durante 2023 y 2024, se han reportado fallas en la disponibilidad de fármacos como clonazepam, desvenlafaxina y metilfenidato, afectando la continuidad de los tratamientos y poniendo en riesgo la estabilidad de los pacientes.

Los pacientes, los más afectados

Lograron un trasplante de órgano, pero ahora el lío son los medicamentos

El acceso a los medicamentos postrasplante es un punto que está generando mucha preocupación en el mundo de la salud. Los trasplantes no representan una cura en sí mismos, sino el inicio de un tratamiento de por vida que requiere inmunosupresión constante. Sin embargo, se están presentando problemas en la entrega de estos fármacos debido a problemas administrativos y financieros de las EPS. Esto, nos decían pacientes, organizaciones y médicos, está generando incertidumbre y poniendo en riesgo la sostenibilidad de los tratamientos.

Rubén Luna, presidente de la Asociación Colombiana de Trasplante, lo ilustraba así a este periódico: “Estamos retrocediendo 40 o 50 años, a una época en la que ni siquiera se conocían con precisión las dosis necesarias de los medicamentos”.

“Si un paciente necesita 4 miligramos al día, pero solo le entregan medicamento para 15 días, lo que hace es reducir la dosis a 2 miligramos para que le alcance. Estamos viendo que los pacientes han comenzado a prestarse medicamentos entre ellos. Esto ya ocurría antes mientras esperaban sus entregas, pero ahora el problema es aún más grave: quien presta ya no tiene la certeza de que le repondrán lo que dio, porque los medicamentos simplemente no están llegando completos”.

Las fundaciones y hospitales se han convertido en puntos de intercambio, donde pacientes y familiares comparten números de teléfono e ingresan a chats que funcionan como “mercados” improvisados de medicamentos. Entre mensajes de urgencia y pedidos, los pacientes intentan coordinar entre ellos la redistribución de las dosis disponibles, racionarlas y buscar alternativas. “Hacemos lo que está en nuestras manos, pero tampoco tenemos la capacidad o los recursos para solventar lo que el Estado tiene la obligación de brindar”, cuenta Gloria Cecilia Calle Uribe, directora de la Fundación Nacional de Trasplantados, en Medellín. “Nunca, en 39 años de historia, habíamos visto una situación así”.

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Andres Ventosa(96266)22 de marzo de 2025 - 03:03 p. m.
El fanatismo e ineptitud del Adicto (al café), va a empezar a costar vidas, si sigue interviniendo en el Sistema de Salud.Es el comienzo de la venezueluzación de Colombia. En FECODE, utilizados como coballas, ya están disfrutando el Paraíso Sanitario Petrista (PPP).
Florecita(dy9ie)21 de marzo de 2025 - 05:12 p. m.
Inocultable que este gobierno pretendió lavarse las manos con la reforma, cuando han gobernado el sistema de salud desde el día uno que Petro puso la espada de Bolívar en la plaza del mismo nombre. ¿a quien van a culpar ahora? Una cosa era la reforma y otra la gobernanza del sistema, pero ni uno ni otro. ¿cuando van a aceptar que hay otra mitad del país con quien deben negociar o transar o pactar o como le quieran llamar las reformas?
Florecita(dy9ie)21 de marzo de 2025 - 04:08 p. m.
Cuando leo que toca cerrar el congreso y las cortes para tener un país justo, entonces es que necesitan vivir solamente los que piensan de una sola manera, al estilo Petro, solo un pensamiento, creo que eso no se llama vivir en democracia, no sé como lo llamaran por ahí, pero democracia es que acordemos entre ricos y pobres, entre empresarios y trabajadores, entre petristas y uribistas. Pero llegar a señalar las relaciones con empresarios como si fuera un delito, es demasiado fanatismo.
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