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¿Una píldora anticonceptiva para hombres? Hay avances prometedores, pero no definitivos

Actualmente, no existe un anticonceptivo oral para hombres, aunque se están desarrollando opciones. Una de las más prometedoras es YCT-529, una píldora no hormonal que bloquea la producción de esperma de manera reversible. A pesar de los recientes resultados positivos, se requieren más estudios clínicos en humanos para confirmar su eficacia y seguridad.

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14 de abril de 2025 - 06:34 p. m.
Hombre, sexualidad
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Foto: Joël de Vriend en Unsplash - Joël de Vriend en Unsplash
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Actualmente, no existe ningún método anticonceptivo oral disponible para que los hombres eviten el embarazo en sus parejas sexuales. Lo único que pueden usar son preservativos o recurrir a la vasectomía, que es un procedimiento quirúrgico generalmente permanente. A diferencia de las mujeres, que cuentan con múltiples opciones anticonceptivas hormonales y no hormonales, los hombres todavía no tienen acceso a una pastilla anticonceptiva aprobada, aunque varios estudios están en curso para desarrollar una opción así.

Uno de los desarrollos más prometedores es YCT-529, un anticonceptivo masculino no hormonal que se administra por vía oral (es decir, es una píldora) y que podría convertirse en un medicamento eficaz para prevenir el embarazo. Este compuesto actúa bloqueando una vía relacionada con la vitamina A, esencial para la producción de espermatozoides y, por lo tanto, para la fertilidad masculina. Un estudio publicado hace unas semanas en Nature examinó su eficacia y sus efectos secundarios en ratones y primates no humanos, demostrando que este fármaco oral causa infertilidad, la cual puede revertirse casi inmediatamente tras suspender su consumo. 

En primates no humanos machos, la producción de esperma se inhibe (de esta manera, el fármaco previene el embarazo) en las dos semanas siguientes al inicio del tratamiento con YCT-529, sin efectos secundarios adversos, y los animales recuperan la fertilidad tras suspender el tratamiento.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores realizaron varios experimentos en el laboratorio y con animales. Primero, usaron un ensayo con células especiales que brillan cuando un compuesto activa ciertos receptores relacionados con la fertilidad masculina. Así comprobaron si el YCT-529 bloqueaba esos receptores, que dependen de la vitamina A para funcionar. Luego, hicieron un estudio en ratones, a los que les dieron el compuesto por vía oral. En distintos momentos, tomaron muestras de sangre, cerebro y testículos para ver cómo se movía el fármaco por el cuerpo y cuánto duraba su efecto. Por último, evaluaron si el medicamento funcionaba en la práctica: administraron el YCT-529 a ratones durante 14 días para comprobar si realmente afectaba su fertilidad sin causar efectos graves.

“Los datos de un estudio farmacocinético en ratones confirmaron que YCT-529 tuvo suficiente exposición para producir un efecto farmacológico después de una dosis oral única de 10 mg/kg”, escriben en su investigación. Lo más importante que encontraron los investigadores es que el efecto anticonceptivo de YCT-529 no fue permanente. Es decir, la fertilidad se recuperaba después de suspender el tratamiento: el número de espermatozoides volvió a la normalidad, los testículos comenzaron a producir esperma otra vez, y los ratones pudieron tener crías sin efectos secundarios.

También vieron que la dosis influía en la velocidad de recuperación: los ratones que recibieron una dosis más baja durante más tiempo (10 mg/kg por 4 semanas) se recuperaron más rápido que los que recibieron una dosis más alta en menos tiempo (20 mg/kg por 2 semanas), algo similar a lo que se había visto con otro compuesto similar (BMS-189453). Además, observaron que el medicamento tuvo un efecto anticonceptivo muy rápido, incluso antes de que pasara un ciclo completo de producción de esperma, que dura 35 días en ratones. Al estudiar los testículos y epidídimos al microscopio, notaron que las células responsables de formar el esperma (espermátidas y espermatocitos) estaban alteradas.

Finalmente, también observaron que las espermátidas no estaban bien organizadas, lo que sugiere que el compuesto interfiere con las células de Sertoli, que ayudan a nutrir y guiar el desarrollo del esperma.

Dado que el objetivo final del estudio es aplicar el anticonceptivo en humanos, los investigadores avanzaron hacia pruebas en primates no humanos (NHP, por sus siglas en ingles, es decir, animales como los monos, los simios, los babuinos, los gorilas, los orangutanes, los chimpancés, entre otros). Primero probaron una dosis baja (0,5 mg/kg/día), pero esta no logró reducir significativamente el número de espermatozoides. Al aumentar la dosis a 2,5 mg/kg/día, los conteos sí bajaron por debajo de los 200 millones por eyaculado, y luego de suspender el tratamiento, la fertilidad se recuperó totalmente en un periodo de entre 78 y 148 días.

Un segundo grupo recibió una dosis aún mayor (5 mg/kg/día). También vieron una reducción en los espermatozoides y una recuperación total entre los 93 y 107 días después de suspender el medicamento. Aunque no todos los animales reaccionaron al mismo ritmo, esto es normal en estudios con pocos participantes. Al observar los testículos, encontraron signos de desorganización celular mientras duró el tratamiento, pero al terminar la recuperación, la estructura volvió a la normalidad. Esto indica que el medicamento no dañó permanentemente el tejido testicular, al igual que lo visto en estudios previos con otros animales.

Además, los niveles de hormonas como la testosterona, FSH e inhibina B no cambiaron, lo que sugiere que el efecto del fármaco no es hormonal, sino específico en el proceso de formación del esperma. Por último, no se detectaron efectos negativos en la sangre ni en otros parámetros de salud. A pesar de que RARα (el receptor que el fármaco bloquea) está relacionado con ciertos tipos de células del sistema inmune, YCT-529 no alteró su funcionamiento, probablemente porque no alcanzó concentraciones suficientes en la médula ósea, o porque otros receptores compensaron.

Los autores del estudio concluyen que YCT-529 tiene el potencial de convertirse en una opción innovadora para la anticoncepción masculina, dada su capacidad para inhibir la fertilidad de manera reversible sin efectos secundarios detectables en modelos animales. Sin embargo, subrayan que aún se requieren estudios clínicos en humanos para confirmar su seguridad y eficacia en poblaciones más amplias, así como para evaluar posibles variaciones en la respuesta a diferentes dosis y tratamientos a largo plazo.

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