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El 11 de marzo de 2011 la ciudad de Fukushima en Japón atravesó por un grave accidente cuando la central nuclear estalló. Seis años después, un estudio advirtió que es seguro para los antiguos habitantes retornar. Con esto se busca que, a finales de este mes, aproximadamente 52.000 personas evacuadas entren de nuevo a Fukushima.
La investigación explica que los habitantes ya no deberán preocuparse por los niveles peligrosos de radiación durante toda su vida. El equipo de expertos además halló que la desintegración radiactiva natural y la erosión de la lluvia merecen mucha más atención para la reducción de los niveles de radiación que hacer esfuerzos de descontaminación caros, como la eliminación de la tierra vegetal.
El estudio se llevó a cabo por Makoto Miyazaki, radiólogo de la Universidad Médica de Fukushima, y Ryugo Hayano, físico de la Universidad de Tokio. Para el estudio, los expertos analizaron las mediciones de radiación recogidos por helicópteros cerca de los reactores de Daiichi, lugar donde fue el accidente.
Sigue a El Espectador en WhatsAppLos investigadores encontraron que los niveles de radiación se redujeron en un 60 % entre 2011 y 2013. Mediante esta estimación se prevé que continuará disminuyendo en los próximos 70 años.
Hoy la dosis de radiación media en la zona más afectada por el accidente nuclear es de 18 milisieverts. Esa es una dosis aceptable si se tiene en cuenta que la Comisión Internacional de Protección Radiológica considera una dosis de entre 1 y 20 milisieverts por año aceptable.
Los autores esperan que sus resultados guíen futuros desastres nucleares. “Si alguna vez hay otro accidente nuestro trabajo puede ser útil para la estimación de las dosis de radiación de por vida y programar el plan de descontaminación”, dice Miyazaki.