A finales de mayo reportamos en El Espectador la preocupación que tenían los hospitales y clínicas de Colombia con el decreto 572 de 2025, expedido por el Ministerio de Hacienda.
La norma ordenó adelantar recursos mediante una mayor retención en la fuente, pero el sector temía entonces que empeorara la liquidez de las instituciones, acelerara el cierre de servicios y afectara al personal de salud. A pesar de que gremios como la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (ACHC) enviaron cartas al ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, para que se reconsiderara la medida, Jaramillo nunca contestó.
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El decreto entró en vigencia el pasado 1 de julio y los hospitales ahora tendrán que cumplirlo a finales de mes. Aunque el Gobierno no creó un nuevo impuesto, sí decidió adelantar el cobro de uno ya existente: el de renta. Lo hizo a través de una modificación en el mecanismo de retención en la fuente, que consiste en descontar anticipadamente una parte del dinero que recibe una persona o empresa como abono a su declaración de renta.
Lo que cambia con el decreto 572 de 2025 es que, además de la retención habitual, ahora se exige una autorretención adicional para ciertos sectores, con el fin de anticipar ingresos tributarios del año 2026 y mejorar la liquidez del Estado en 2025.
La norma fija nuevos porcentajes según el tipo de servicio. Las hospitalizaciones tendrán una retención del 3,5 %; las consultas médicas, odontológicas y otras atenciones sin internación, del 1,1 %; y los servicios de apoyo diagnóstico o terapéutico también del 3,5 %. En todos los casos, ese dinero será retenido y entregado al Estado como anticipo del impuesto de renta del próximo año, en lugar de ir directamente al prestador de servicios.
Esto significa que clínicas, hospitales y centros médicos, que ya enfrentan dificultades financieras por la falta de pagos oportunos de algunas EPS y una cartera que ha crecido en los últimos años, deberán ahora destinar más recursos al pago anticipado de impuestos.
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En la carta que Juan Carlos Giraldo, presidente de la ACHC envió al ministro de salud Jaramillo, le decía: “consideramos señor Ministro que, en momentos de estrechez económica, un sector como el de salud con instituciones prestadoras de servicios que se esfuerzan por mantener su operación, resulta por decir lo menos inoportuno e inequitativo que se les equipare a otros sectores o empresas productivas del país”.
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