El magnate definió a la plataforma como “la plaza pública digital donde se debaten los temas vitales para el futuro de la humanidad”. Antes del anuncio, Musk tuiteó que esperaba que incluso sus peores críticos permanezcan en Twitter, “porque eso es lo que libertad de expresión significa”.
La operación es un viraje dramático luego de que Twitter anunciara hace diez días que preparaba una maniobra conocida como “píldora envenenada” para dificultar la oferta de adquisición hostil de Musk.
El multimillonario dijo la semana pasada que había conseguido 46.500 millones de dólares para realizar la compra, gracias a dos préstamos bancarios de Morgan Stanley y también gracias a su fortuna personal, con una contribución de 21.000 millones de dólares.