Estos colombianos son capaces de hacer periódicos como los de Harry Potter

Cosas impensables, como insertar un video en un periódico impreso, hacen parte de las hazañas que Juan Wilches y Frey Rojas han logrado desarrollar gracias a la realidad aumentada.

Diego Ojeda / @diegoojeda95.
22 de junio de 2019 - 12:07 a. m.
La realidad aumentada puede usarse en tarjetas de presentación y otros formatos impresos.  / / Cotesía
La realidad aumentada puede usarse en tarjetas de presentación y otros formatos impresos. / / Cotesía

Rescatar la utilidad del impreso, en una era donde protagoniza lo digital, es el enfoque que comparten Juan Sebastián Wilches y Frey Alexander Rojas, ambos diseñadores gráficos que acostumbran sorprender a la gente al mostrar lo que son capaces de hacer.

Parte de sus hazañas más llamativas es permitir que en un periódico impreso se pueda ver un video. Lo anterior mediante la realidad aumentada, tecnología que hace posible apreciar, mediante la pantalla de un celular o tablet, cosas que pareciera suceder en en el mundo físico, pero en realidad acontecen en lo virtual.

La persona solo tiene que activar la aplicación que estos emprendedores han logrado desarrollar (Naddie) apuntar hacia el periódico y ver cómo la foto del artículo se convierte en un video. Algo similar sucede con las infografías, donde parecen tomar vida y las personas pueden interactuar con las mismas presionando sobre ellas para obtener información; o con ilustraciones en 3D, donde, por ejemplo, un museo puede promocionar una exhibición poniendo el cráneo de un dinosaurio que el lector puede ver como si lo tuviera enfrente.

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Desarrollos similares se han adelantado en diversas partes del mundo, como en el periódico californiano Ledger Dispatch. No obstante, el trabajo de estos colombianos no se concentra solo en periódicos, sus aplicaciones pueden ser infinitas. Lo único que necesitan es tener un impreso con el cual trabajar.

Al acercar el teléfono a este ‘ciberanimal’ se puede ver con detalle la textura de sus alas y las células de su cuerpo. Al girar el dispositivo alrededor de la libélula se le puede apreciar desde arriba, de espaldas, de abajo, como si de verdad estuviera allí. La realidad aumentada en su máxima expresión. 

Pero las aplicaciones de esta tecnología trascienden lo informativo y publicitario, sus ramificaciones también pueden llegar a lo educativo, uno de los frentes más provechosos, aseguran los creadores. 

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El Espectador pudo ver cómo esta tecnología se aplica a títulos del cosmos, por ejemplo. La portada del libro, desde la pantalla del teléfono se ve animada, un flagrante sol muestra con ímpetu la fuerza de su calor, mientras un satélite artificial orbita el gigante cuerpo astral.

Al abrir sus páginas, uno se puede topar con una ilustración, que al verla mediante la realidad aumentada se convierte en una bola de fuego en 3D que parece levitar en el aire. La experiencia le permite aprender a las personas las partes del sol por ejemplo, y sus respectivas temperaturas. 

“Nosotros llegamos a potencializar el impreso por un tema de análisis de mercado, nos dimos cuenta de que en Colombia no estamos tan adaptados a la compra de aplicaciones móviles, entonces cuando vinculamos un producto físico puede funcionar mucho más la compra, realmente el cliente compra ese elemento, ese libro, ese impreso y con la ‘app’ lo físico y lo digital se fusiona muy bien”, menciona Wilches. 

Para Rojas, el impreso debería ser un formato que no se debería perder, ya que es un elemento análogo que demuestra funcionar muy bien, sobre todo en personas apegadas a las cosas físicas. 

Hoy estos emprendedores no solo llaman la atención de periódicos y librerías, su creación ha llegado al punto de despertar el interés de industrias que nunca pasaron por su cabeza, como cementeras. 

En su mente, parte de la clave de sus logros se centra en no verse a sí mismos como personas de un país subdesarrollado, al contrario, se ven en el espejo como personas capaces que pueden emprender cosas, que según su relato, han llegado a impresionar a expertos de Alemania. Todo producto del esfuerzo y la disciplina.

“Creemos que por tener una idea eso nos va a sacar de pobres en cuestión de meses, y es mentira. Realmente aquí hay que trabajar duro y también estamos en un país donde su economía no es así que uno diga wow, estamos super bien, no. Acá toca trabajar a diario para alcanzar las cosas”, concluye Rojas. 

Por Diego Ojeda / @diegoojeda95.

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