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Los grandes retos del registro biométrico en Colombia

Desde el poco uso en algunos procesos, hasta dificultades con la protección de la seguridad y privacidad en internet, estos son los grandes problemas del registro biométrico en Colombia.

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Daniel Montoya Ardila
14 de mayo de 2025 - 02:00 p. m.
Uno de los datos más analizados por el registro biométrico facial es la retina ocular, como un aspecto único de cada ser humano.
Uno de los datos más analizados por el registro biométrico facial es la retina ocular, como un aspecto único de cada ser humano.
Foto: Pexels
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La biometría es la toma de medidas estandarizadas de seres vivos o de procesos biológicos. En la actualidad está asociado con el procedimiento casi perfecto del reconocimiento de personas. El sistema se basa en uno o varios rasgos físicos del individuo para identificarlo, y más importante, diferenciarlo de los otros 7.999 millones de habitantes del mundo.

El registro biométrico utiliza características físicas únicas de cada persona, como por ejemplo sus huellas dactilares. Es como si una base de datos le asignará a cada individuo en el mundo una ficha intransferible que lo reconoce en cualquier parte y contexto del planeta. En el caso de Colombia, la Registraduría Nacional del Estado Civil emplea un sistema biométrico usando las huellas dactilares o el reconocimiento facial.

El sistema de reconocimiento facial es una aplicación dirigida por ordenador que identifica automáticamente a una persona en una imagen digital. Este analiza las características faciales del sujeto o sujeta extraídas de una imagen o fotograma específico, para luego compararlas con una base de datos, asociarla a un nombre y otra información personal.

Si bien todo este entramado tecnológico se vende y ha funcionado para agilizar y hacer más seguros algunos procedimientos, lo cierto es que en el país aún tiene muchos retos por superar. Sin contar que a pesar de ser una tecnología relativamente conocida por organismos gubernamentales y no gubernamentales, su implementación ha sido lenta.

El dilema con la privacidad y la ciberseguridad

De acuerdo con cifras expuestas en Next Generation ID, un evento realizado por la empresa OlimpIA, el crecimiento anual de la biometría facial es de apenas un 21%, muy distante del 78% de los mexicanos que sí han compartido datos biométricos, incluyendo el reconocimiento facial, con entidades tanto privadas como publicas en su nación.

Aun así, lejos de la capacidad de crecimiento de esta tecnología en Colombia, su uso representa un desafío mayúsculo en términos de seguridad. El 65% de las empresas del país han reportado un aumento en el delito de suplantación de identidad, siendo el 17% de los ciudadanos víctimas directas.

Números que inevitablemente ponen en tela de juicio la credibilidad, confianza y eficacia de este tipo de sistemas de reconocimiento. Mucho más cuando se tiene en cuenta que en la región, Latinoamérica, el 51% de los casos de fraudes provienen de canales digitales, espacio en donde casi es una regla no escrita utilizar la huella o la cara para abrir la aplicación del banco.

Una tecnología necesaria en otras situaciones

Mientras el reconocimiento facial se toma algunos contextos del país, en otros tiene un nivel de integración todavía muy bajo. El 24 de mayo de 2019, en medio de un partido entre Millonarios y Deportivo Pasto en el estadio El Campin de Bogotá, se llevó a cabo el primer plan piloto de registro biométrico para los asistentes de un evento deportivo.

Este primer intento se llevó a cabo con la ayuda de la Dimayor, la Registraduría Nacional, la Policía Nacional y la Alcaldía Mayor de Bogotá comparando la huella de cada una de las personas, con su identidad y sus posibles antecedentes judiciales. Sin embargo, más de un lustro después, ni el registro biométrico ni el reconocimiento facial están estandarizados en los estadios del país.

Esta inversión público-privada se anunció como parte de la solución que ayudaría a mitigar los problemas de convivencia, orden público y violencia dentro y fuera de los escenarios deportivos. No obstante, hoy parece haber quedado muy lejos esa promesa de seguridad.

En conclusión, el registro biométrico aún tiene muchos obstáculos que superar para considerarse una verdadera transformación digital en Colombia. Un esfuerzo que debe venir de parte de todos los actores en este escenario, incluyendo los usuarios, quieren parecen tendrán que adoptarla más tarde que temprano como parte de su cotidianidad.

Daniel Montoya Ardila

Por Daniel Montoya Ardila

Periodista de la Universidad Externado de Colombia apasionado por los deportes, especialmente el fútbol. Tiene diplomado en táctica y estrategia en fútbol.@27DanielMontoyadmontoya@elespectador.com

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