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“Trabajamos sin seguro de riesgos”; “No decidimos, las plataformas deciden cuánto ganamos”; “Las aplicaciones nos venden los uniformes y las cajas con las que les hacemos publicidad en la calle”; “Queremos que nos reconozcan como somos, personas con derechos que se ganan la vida trabajando para una plataforma”.
Las anteriores representan un puñado de las inconformidades que trabajadores de plataformas como Rappi, Uber y Glovo afirman tener con estas compañías tecnológicas. Esta semana, en Argentina, se presentaron ante la Secretaría de Trabajo de la Nación para inscribir el primer sindicato de plataformas digitales de Argentina y América.
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“El sindicato busca organizar a los trabajadores que transportamos personas y productos”, precisó la Asociación de Personal de Plataformas (APP). La anterior descripción deja ver a que a dicho sindicato también podrían ingresar, si fuera el caso de Colombia, trabajadores de otras tecnológicas como Beat, Cabify y Mercadoni, entre otras.
Según información compartida por el portal administrado por la periodista, Natalia Zuazo, Guerrasdeinternet.com, desde el mes de julio del presente año trabajadores de Rappi comenzaron a reunirse para discutir sobre cómo mejorar sus condiciones de trabajo. Al encontrar que los habían convocado bajo la premisa de “sé tu propio jefe”, pero que no podían decidir sobre las plataformas para las que trabajaban, y que la misma situación se presentaba en Uber y Glovo, decidieron trabajar para consolidar un sindicato.
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“Queremos seguir trabajando. No nos queremos ir. Sin embargo, somos pocos los que podemos aguantar más de unos meses trabajando así. Por eso fundamos un nuevo sindicato. Porque se están aprovechando de nosotros. Nos prometieron ser nuestros propios jefes pero nos tratan como esclavos”, precisa el comunicado del sindicato compartido en dicho portal web.
Por otra parte hay quienes argumentan que este tipo de compañías tecnlógicas no tienen ninguna relación laboral con las personas que utilizan sus plataformas para desarrollar una actividad económica. Tal es el caso de Pablo Peralta, quien dijo que “Uber es una empresa de tecnología que sirve como intermediaria entre usuarios que tienen una necesidad de movilidad y socios conductores que ven una oportunidad de autoempleo y emprendimiento a través de la tecnología. Este modelo les permite a los conductores prestar servicios independientes y decidir cómo administrar y controlar su actividad, su tiempo y sus ingresos”.
Este tipo de compañías ven a estos trabajadores como contratistas independientes que prestan un servicio con sus propios medios y con plena libertad y autonomía.
Un interesante tema de debate que pone sobre la mesa la consolidación de este sindicato es cómo se desarrollará la economía del futuro aportada por este tipo de plataformas tecnológicas. ¿Qué derechos tienen y tendrán aquellos que hacen parte de las denominadas economías colaborativas?