Hace solo seis años Egan pedaleaba por el mismo sendero por donde ahora avanzan los nuevos pupilos de Fabio Rodríguez, su entrenador. Entre el grupo se destaca Ronald Bernal, de 14 años y único hermano de su alumno más exitoso.
El ruido de una motosierra distrae al entrenador: jóvenes de la edad de Egan cortan un inmenso tronco y lo llevan en hombros hasta un camión. Así se ganan la vida en este este municipio minero y agrícola.
"Yo por eso le digo todo el tiempo a estos muchachos que es mejor madrugar a entrenar en la bicicleta", comenta Rodríguez.
El éxito de Egan atrae más talento a las redes de Rodríguez. "Cada vez hay más papás que quieren que sus hijos vengan a entrenar", asegura el entrenador, hasta hace un tiempo el único ciclista con proyección internacional nacido en Zipaquirá.
A pesar de sus compromisos internacionales, Egan sigue estrechamente vinculado a este sitio: es vecino de sus padres, prepara sus carreras más exigentes en las montañas cercanas y luego de sus entrenamientos sale a rodar con su hermano menor.
"Me hacía sufrir mucho (al comienzo), pero con el tiempo le he ido cogiendo amor a la bicicleta", asegura Ronald. Para Rodríguez, no hay duda: dentro de unos años, tocará volver a Zipaquirá a preguntar por el otro Bernal.