Trabajar desde cualquier lugar del mundo ya no es una rareza. En los últimos años, el concepto de empleo ha experimentado una transformación profunda, dejando atrás la rigidez de la oficina como único espacio laboral. Factores como la digitalización, los cambios en las expectativas de vida y la necesidad de adaptarse a contextos complejos han impulsado un modelo más flexible, donde las fronteras físicas pierden relevancia.
Esta nueva forma de trabajar también redefine la manera de viajar y es que el turismo ya no se limita al descanso ocasional, sino que se integra con la vida laboral, permitiendo que profesionales vivan experiencias más prolongadas y significativas en los destinos que eligen como oficinas temporales.
Este panorama cambiante ha sido analizado en el EY Global Immigration Index: Remote Work and Digital Nomads, que confirma un consenso creciente entre empleadores y empleados: el trabajo remoto e híbrido ya no es una tendencia pasajera, sino una realidad que seguirá marcando el futuro laboral. De hecho, en Colombia, esta transformación ya comienza a sentirse, con más organizaciones y profesionales adoptando esquemas de movilidad que responden a un entorno cada vez más flexible y conectado a nivel global.
Según el estudio, el 64 % de los trabajadores colombianos considera que es más probable permanecer en su empleo después de vivir una experiencia laboral internacional de largo plazo. Este dato revela no solo el interés por conocer nuevas culturas y entornos, sino también el valor que adquiere la flexibilidad como herramienta para atraer y retener talento.
“La evolución hacia modelos de trabajo híbrido está redefiniendo los esquemas tradicionales de migración laboral. En este nuevo contexto, la movilidad internacional de talento se convierte en un factor estratégico para la competitividad empresarial. Las organizaciones deben adoptar enfoques ágiles y estructurados que les permitan gestionar eficientemente esta transformación”, afirma Jonathan Valencia, Associate Partner, People Advisory Services, de EY Colombia.
¿Qué encontró específicamente el estudio?
El estudio identifica una transformación clara en las dinámicas de migración laboral, con una creciente movilidad de profesionales que buscan experiencias internacionales temporales o permanentes. En el caso de Colombia, entre 2019 y 2024 cerca de 1,75 millones de ciudadanos salieron del país por motivos laborales, con destinos principales como Estados Unidos, España y varios países de América Latina. Este flujo responde tanto a la alta demanda global de talento calificado que tiene el país como al interés de los profesionales colombianos por mejorar sus condiciones laborales y acceder a oportunidades de crecimiento en mercados más desarrollados.
De hecho, el país también se ha posicionado como receptor de talento internacional. El estudio encontró que en 2020, más de 150.000 trabajadores extranjeros estaban vinculados laboralmente en Colombia, especialmente en sectores estratégicos como tecnología, petróleo y gas, y servicios financieros. Esta doble dinámica —la emigración de profesionales colombianos y la atracción de talento extranjero— refleja un sistema laboral en transición, en el que la internacionalización de la fuerza de trabajo se convierte en un factor clave para la competitividad y la innovación frente a otros países.
Uno de los hallazgos más importantes del informe es el cambio en la política migratoria de Colombia. Según cifras del Ministerio de Relaciones Exteriores, entre 2019 y 2023, aumentaron las visas de visitante, pasando del 8,2 % al 15,6 %, mientras que las visas de migrante bajaron un 33 %, del 26,3 % al 17,8 %.
Esto indica que el país está promoviendo la llegada de personas por un tiempo limitado, especialmente aquellas que pueden aportar conocimiento especializado sin afectar el empleo local. En línea con esta visión, en 2022 se creó la Visa de Trabajo Remoto, que permite a profesionales extranjeros vivir en Colombia hasta por dos años, con opción de renovación. Esta medida ha fortalecido el posicionamiento del país como un destino atractivo para quienes trabajan de forma digital desde cualquier lugar del mundo.
No obstante, su importancia va más allá del ámbito laboral. La posibilidad de residir temporalmente en Colombia abre la puerta a un turismo de largo plazo, con visitantes que no solo consumen servicios turísticos tradicionales, sino que también se insertan activamente en la vida cotidiana de distintas regiones. Según ProColombia en su página web, elegir a Colombia como oficina remota implica acceder a una red creciente de conectividad —con más de 8,2 millones de accesos fijos a Internet y una velocidad media de descarga de 54,9 megabits por segundo—, junto a un costo de vida competitivo en comparación con otros países del hemisferio.
Adicionalmente, el país ofrece condiciones naturales y culturales excepcionales. Desde zonas cafeteras hasta costas caribeñas, desde páramos hasta ciudades con infraestructura moderna, lo que lo ha convertido en un país deseado para este tipo de trabajadores.
Sin embargo, el estudio también revela que este fenómeno no es exclusivo de Colombia. Más de 40 países han adoptado marcos legales específicos para regular la presencia de trabajadores remotos internacionales, respondiendo tanto a las oportunidades económicas como a los desafíos regulatorios que plantea este nuevo perfil laboral. América lidera con el 41 % de estas iniciativas, seguida por Europa (31 %) y, en menor medida, Asia-Pacífico, África y Oriente Medio (cada uno con el 14 %). Esta distribución evidencia que las regiones con mayor infraestructura tecnológica y vocación turística están liderando la adaptación a esta nueva realidad.
¿Por qué esto es importante? Porque las visas para nómadas digitales se han convertido en una herramienta estratégica para los países que buscan atraer talento internacional sin generar presión sobre sus recursos públicos. En cerca de la mitad de las jurisdicciones analizadas, este tipo de visado permite estancias de hasta un año. Los requisitos suelen incluir tener un empleo estable, demostrar ingresos mínimos y contar con seguro médico, lo cual garantiza que los trabajadores remotos puedan sostenerse por sí mismos y, al mismo tiempo, aportar a la economía local.
Desde una perspectiva turística, este tipo de trabajadores abren la puerta a un tipo de visitante que permanece más tiempo que el turista tradicional, explora con mayor profundidad y dinamiza la economía a través del consumo cotidiano de bienes y servicios. Al trabajar desde nuevos destinos, los nómadas digitales contribuyen a visibilizar territorios que antes no figuraban en las rutas habituales del turismo, favoreciendo la diversificación y descentralización del sector. Esta tendencia posiciona a los países no solo como lugares atractivos para visitar, sino como espacios ideales para vivir, trabajar y descubrir a largo plazo.
Aún hay retos por resolver
Aunque muchos países han intentado avanzar en la legalización del trabajo remoto internacional, aún persisten casos en los que las medidas anunciadas no se han materializado. Según el EY Global Immigration Index, algunos gobiernos han presentado marcos normativos sin pasar a la fase de implementación. Es el caso de Granada, que aprobó una Ley de Empleo Remoto en 2021, pero según el estudio, hasta marzo de 2025 no había puesto en marcha el programa. Situaciones similares se presentan en Kazajstán, que anunció una visa para nómadas digitales en noviembre de 2024, y en Kenia, que ese mismo mes dio a conocer una nueva Visa de Clase N. Sin embargo, en ambos casos, al momento de las últimas actualizaciones (diciembre de 2024 y febrero de 2025, respectivamente), aún no se estaban procesando solicitudes ni se habían definido los detalles operativos.
Por otro lado, hay países donde la legislación migratoria sobre trabajo remoto aún es inexistente, a pesar de ciertas iniciativas promocionales. Según el estudio, ejemplos como Aruba, por ejemplo, promueve el programa “One Happy Workation” enfocado en nómadas digitales, pero carece de un marco legal formal para este perfil de trabajadores. Del mismo modo, Santa Lucía lanzó en 2021 el programa “Vívelo” para atraer visitantes remotos, pero actualmente no cuenta con una visa específica ni con información oficial disponible en consulados o canales gubernamentales.
Esta falta de normativas claras limita el acceso a estos territorios por parte de trabajadores remotos y refleja la brecha que aún persiste entre el interés por atraer este segmento y la capacidad institucional para gestionarlo de manera efectiva. En conjunto, estos casos muestran que si bien el interés por adaptarse a la movilidad laboral global es creciente, su implementación sigue siendo desigual en muchas zonas del mundo.
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