Si se encuentra en Roma y desea visitar una de las catedrales más emblemáticas no solo por su valor religioso, sino también por su riqueza histórica y arquitectónica, la Basílica de Santa María la Mayor es una parada imprescindible. Este templo, de gran relevancia en la ciudad, ha vuelto a estar en el centro del interés mundial tras conocerse que el papa Francisco descansa aquí, tras haber elegido este santuario como su lugar de sepultura.
La Basílica de Santa María la Mayor (en italiano: Basilica di Santa Maria Maggiore), también conocida como basílica de Santa María de las Nieves y Basílica Liberiana, es un templo católico situado en Roma, Italia. Representa uno de los templos más significativos de la ciudad, destacándose como la más importante de las iglesias dedicadas a la Virgen María en la Ciudad Eterna. Su relevancia histórica, artística y religiosa la posiciona como una de las cuatro basílicas mayores de Roma, junto con San Pedro, San Juan de Letrán y San Pablo Extramuros.
La edificación actual fue erigida alrededor del año 432, durante el pontificado de Sixto III, sobre los restos de un antiguo templo pagano dedicado a la diosa Cibeles. A lo largo de su historia, esta basílica ha recibido distintos nombres que reflejan momentos significativos en su evolución: Santa María Liberiana, en honor al Papa Liberio; Santa María del Pesebre, al acoger reliquias del pesebre de Jesús; y finalmente Santa María la Mayor, por ser la más grande e importante de las 26 iglesias romanas dedicadas a la Virgen María.
Desde el punto de vista arquitectónico, la basílica constituye un compendio de estilos que abarcan desde el paleocristiano hasta el barroco. Aunque fue profundamente restaurada en el siglo XVIII, conserva elementos medievales de gran valor, como su imponente campanario —el más alto de Roma, con 75 metros de altura—, los mosaicos del siglo V y suelos de mármol originales. De hecho, se destaca porque el interior conserva la disposición clásica de las basílicas paleocristianas, con una amplia nave central flanqueada por 40 columnas jónicas, muchas de ellas procedentes de edificaciones romanas antiguas. El techo artesonado, ricamente decorado, fue incorporado durante el Renacimiento, y tanto las capillas como las cúpulas destacan por la suntuosidad del estilo barroco que se añadió en intervenciones posteriores.
De hecho, en el interior se encuentran joyas arquitectónicas de gran valor, como:
- Capilla Sforza: de planta elíptica, fue diseñada por Miguel Ángel y construida por Giacomo della Porta entre 1564 y 1573.
- Capilla Cesi: decorada con frescos de Girolamo Siciolante da Sermoneta.
- Capilla del Crucifijo: alberga diez columnas de pórfido rojo, un crucifijo del siglo XV y varias reliquias.
El área que rodea la basílica también alberga importantes elementos históricos:
- Plaza de Santa María la Mayor: acoge la “Columna de la Paz”, una columna de mármol íntegra de la antigua Basílica de Majencio, coronada por una estatua de bronce de la Virgen con el Niño, instalada por Carlo Maderno en 1615 por orden del Papa Pablo V.
- Plaza del Esquilino (parte posterior del templo): allí se alza un obelisco de granito de casi 15 metros sin jeroglíficos, procedente del Mausoleo de Augusto. Fue encontrado en 1519, fragmentado en tres partes, y posteriormente restaurado y reubicado.
¿Por qué el papa Francisco escogió este lugar?
A lo largo de la historia, Santa María la Mayor ha desempeñado un papel fundamental en la Iglesia Católica. Tras el regreso de los papas de Aviñón en el siglo XIV, la basílica sirvió como residencia temporal del pontífice debido al mal estado del Palacio de Letrán. Su importancia histórica y artística le valió ser incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1990. Además, ha sido lugar de sepultura de siete papas: Honorio III, Nicolás IV, San Pío V, Sixto V, Clemente VIII, Pablo V y Clemente IX.
A esta lista se sumará el Papa Francisco, quien manifestó su deseo de ser enterrado en este templo, en un recinto detrás de la imagen de la Virgen Reina de la Paz, rompiendo con la tradición de los últimos siglos de sepultura en San Pedro.
La elección del Papa Francisco no es casual: refleja su veneración por la Virgen y su vínculo especial con esta basílica. Y es que desde su elección en 2013, el pontífice había visitado Santa María la Mayor de forma constante, especialmente antes y después de cada viaje apostólico internacional, para encomendarse. Este gesto repite una tradición significativa para él, profundamente arraigada en su espiritualidad personal y en su visión pastoral.
Su conexión con la basílica también tiene raíces en la historia de su orden religiosa. San Ignacio de Loyola, fundador de los jesuitas, celebró allí su primera misa en la Navidad de 1538. Como primer papa jesuita, Jorge Bergoglio retomó ese legado con un gesto simbólico y poderoso: elegir este templo como su lugar de descanso eterno, un acto que subraya la continuidad de su fe al apartarse de las normas protocolarias del Vaticano.
“Deseo que mi último viaje terrenal termine precisamente en este antiguo santuario mariano, donde siempre me detengo a rezar al inicio y al final de cada viaje apostólico, confiando mis intenciones a la Madre Inmaculada y dando gracias por su dulce y maternal cuidado”, se lee en el testamento del pontífice.
¿Cómo visitar la iglesia?
La Basílica de Santa María la Mayor ofrece acceso gratuito a su recinto principal todos los días del año, en un horario amplio de 7:00 a 19:00 (última entrada a las 18:30). Para ingresar, los visitantes deben pasar por un control de seguridad con detector de metales ubicado en la plaza. Una vez dentro, pueden recorrer libremente el templo y, si lo desean, enriquecer su visita alquilando una audioguía (disponible en italiano, inglés, español, alemán y francés) que proporciona explicaciones detalladas sobre los principales elementos arquitectónicos e históricos del lugar.
Además del espacio principal de culto, la basílica cuenta con el Polo Museal, un conjunto de espacios históricos que requiere entrada paga. Está abierto de lunes a sábado de 9:30 a 18:00 (última entrada a las 17:30), y ofrece acceso a:
- Museo Histórico Liberiano
- Logia de las Bendiciones, Sala de los Papas y Escalera Bernini:
- Excavaciones arqueológicas:
Tenga en cuenta que para acceder a ciertos espacios vinculados al Vaticano debe cumplir normas específicas, y si desea comprar boletas, debe visitar la página web de los Museos Vaticanos y completar el proceso de inscripción.
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