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En Cali se escucha salsa, se baila salsa, se camina salsa y se respira salsa cada día del año. No se necesita ser vallecaucano para contagiarse de los ritmos que se sienten en cada rincón, siempre tan bien acompañados de las sonrisas que transmiten los caleños en medio de su escena artística, tan intrínseca que cautiva en cada sonido del timbal.
Y es que más allá de un género musical como cualquier otro, la salsa es un estilo de vida para muchos y es de las manifestaciones culturales más representativas no solo de Cali, que es considerada la capital mundial de la salsa, sino de Colombia. Por eso, amerita ser resaltada como parte fundamental del patrimonio cultural inmaterial del país.
De esta necesidad, hace 16 años nació el Festival Mundial de la Salsa, un evento que no solo reúne a los caleños en su pasión por la música, sino a todo un país, un continente y un universo de amantes del ritmo, que, además, marca el inicio de toda una fiesta folclórica y llena de sabor en la Sucursal del Cielo.
Tras pasar por las dificultades que la pandemia trajo en todos los aspectos, incluyendo la escena artística, este año los bailarines y músicos volvieron a las tarimas a seducir a un público que anhelaba volver a disfrutar la presencialidad del evento, que en 2020 se realizó de manera virtual.
Detrás de los trajes cuidadosamente elaborados, del maquillaje que resalta el rostro de las artistas y de cada movimiento tan perfectamente sincronizado hay un esfuerzo tras bambalinas que habla por sí solo de la pasión que se respira por la salsa.
Ricardo Morales es el director de Baila Salsa Capital, una de las agrupaciones de baile que se presentó en el Festival Mundial de la Salsa del 25 al 28 de noviembre, que explica la importancia del evento para quienes consideran la salsa un estilo de vida.
“El Festival Mundial de la Salsa, en pocas palabras, es el mejor festival de salsa del mundo, no solo por ser nuestro, por estar en Cali y ser nosotros esos bailarines que estamos representando la salsa, sino porque es el más difícil. Muchos se preguntan por qué es de talla mundial si la mayoría de los participantes son de Cali. La razón es porque muchos bailarines del mundo lo conocen, pero pocos se atreven a venir, ya que el desempeño del bailarín caleño está demasiado arriba, así que quienes vienen lo hacen para gozarse la experiencia, pero no a participar ni ganar”, dijo Morales.
Asimismo, el director resaltó que volver a la presencialidad ha sido importante para la motivación de los bailarines, ya que, según él, “no es lo mismo ver a un bailarín a través de una pantalla a verlo en vivo. La reacción del público y el aplauso son motivaciones irreemplazables para un bailarín, que además tiene que retomar muchas cosas para tener el nivel en escena”, indicó.
Otra de las particularidades que hacen tan atractivo el evento es que ofrece una amplia oferta escénica en puntos emblemáticos de la ciudad, como el Acuaparque de la Caña, de manera gratuita, con el fin de que toda la comunidad pueda disfrutar de la escena cultural que ofrece el talento caleño.
La orquesta, el instrumento y el sabor
Cabe recordar que la escena artística que ofrece el Festival Mundial de la Salsa no solo la protagonizan los bailarines, sino también los músicos, que llevan el son cubano con diferentes ritmos caribeños y estadounidenses de la salsa en la sangre.
Uno de estos artistas es Mauro Castillo, un caleño que se ha convertido en un referente mundial de la salsa caleña, cuya pasión por la música lo ha llevado al mundo cinematográfico de Disney, como el doblaje de uno de los personajes de la película Encanto.
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Para Mauro, la salsa es su herencia y la herencia de nuestros ancestros. “La salsa está donde esté el tambor, por eso disfruto tocarla, sentirla, componerla y compartirla con la gente, no solo aquí en Cali, sino en todo el mundo. Por supuesto, acá hay una identidad que nos ha puesto en el espectro mundial y a diferencia de otras partes del mundo, donde se deben hacer esfuerzos y grandes inversiones para que la salsa esté presente, acá en Cali la salsa funciona de manera orgánica, simplemente existe y perdura porque a todos nos gusta y la gozamos como nadie”, expresó luego de terminar su show en vivo durante el Festival en la noche del sábado 27 de noviembre.
Para nadie es un secreto que más allá de apoyar la industria cultural de la ciudad, el Festival Mundial de la Salsa representa una contribución a la reactivación económica de Cali, impulsa el turismo y, sobre todo, es el inicio de toda una temporada de fiesta, caracterizada por el sabor y el folclor del pacífico colombiano, que sigue con el Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez, considerado el festival de la cultura afro más importante de Latinoamérica, que se llevará a cabo del 16 al 19 de diciembre.
Este, a su vez, es el antecesor de la Feria de Cali, el evento máximo de la ciudad y el símbolo más preciado de la identidad cultural caleña. Cada año, del 25 al 30 de diciembre, se abre este espacio de encuentro e integración de personas de diferentes procedencias, intereses, niveles formativos, estratos socioeconómicos, razas y credos, unidos en un solo sentimiento por las tradiciones del territorio, la gastronomía y el amor hacia la salsa.
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