Si tiene el desafío de alcanzar la cima de una gran montaña, el Nevado del Tolima le ofrece una experiencia extraordinaria. Con una altitud de 5.276 metros, este imponente volcán, ubicado en la Cordillera Central de los Andes, no solo pone a prueba a los amantes del montañismo, sino que también es un símbolo de la riqueza natural y cultural de Colombia. Además, es uno de los picos más altos accesibles en el país, brindando un recorrido que combina paisajes espectaculares y una profunda conexión con la biodiversidad andina.
Si bien Colombia cuenta con montañas de mayor altitud, como los picos Cristóbal Colón y Simón Bolívar en la Sierra Nevada de Santa Marta, que alcanzan los 5.775 metros, estas cumbres no están abiertas al turismo. Según Parques Nacionales Naturales, la Sierra Nevada, el sistema montañoso litoral más alto del mundo, es un territorio sagrado para los pueblos indígenas Kogui, Arhuaco, Wiwa y Kankuamo, por lo que para proteger su ecosistema y preservar su significado cultural, se han establecido restricciones que limitan el acceso a las zonas más altas, permitiendo únicamente la visita a ciertos sectores de menor altitud dentro del parque.
“Colombia alberga un tesoro natural conformado por seis nevados, cada uno con características únicas y un profundo significado ecológico e histórico. Estos glaciares tropicales representan un patrimonio invaluable y reflejan el delicado equilibrio de los ecosistemas de alta montaña. Entre ellos se encuentran la Sierra Nevada de Santa Marta, la Sierra Nevada del Cocuy y Güicán, el Volcán Nevado del Huila, el Volcán Nevado del Tolima, el Nevado de Santa Isabel y el Nevado del Ruiz, también conocido como Kumanday.. Actualmente, las autoridades ambientales han establecido rutas ecoturísticas en cuatro de estos nevados: la Sierra Nevada del Cocuy y Güicán, el Nevado del Tolima y el Nevado de Santa Isabel, permitiendo un acceso regulado y responsable”, explicó Belany Cortés, Lider de Roadtrip Colombia.
¿Cómo hacer senderismo en el Nevado del Tolima?
Conocido ancestralmente como montaña Dulima por los pueblos indígenas que habitaron la región, el Nevado del Tolima se encuentra bajo la jurisdicción de los municipios de Anzoátegui e Ibagué, en el departamento del Tolima. Junto con el Nevado de Santa Isabel y el Nevado del Ruiz, forma parte del Parque Nacional Natural Los Nevados, una de las áreas protegidas más importantes de Colombia, donde la biodiversidad y los ecosistemas de alta montaña son testigos de la historia geológica y cultural del país.
La característica más distintiva del Nevado del Tolima es su forma cónica, que evoca la silueta del famoso volcán Cotopaxi en Ecuador. Sin embargo, el Tolima presenta un desafío técnico aún mayor para los montañistas, debido a su pronunciado desnivel y la necesidad de establecer campamentos durante su ascensión. En su cumbre, coronada por un modesto glaciar, se encuentra un cráter volcánico de aproximadamente 180 metros de diámetro, testimonio de su naturaleza activa.
“La alta montaña presenta desafíos únicos debido a sus condiciones climáticas y altitudinales, por lo que su acceso no puede tomarse a la ligera. Actividades a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar requieren una preparación adecuada y un profundo respeto por el entorno. Es por esto que antes de emprender cualquier expedición a estos paisajes nevados, es esencial investigar sobre los lugares disponibles, los requisitos para visitarlos y las mejores prácticas para hacerlo de manera segura y sostenible”, subrayó Cortés.
La importancia del Nevado del Tolima trasciende su valor geológico, pues forma parte integral del Parque Nacional Natural Los Nevados, una de las áreas protegidas más importantes de Colombia. Esta reserva natural, ubicada estratégicamente en el corazón del Eje Cafetero, no solo preserva estos extraordinarios volcanes, sino que también protege ecosistemas únicos y fuentes hídricas vitales para la región, convirtiéndose en un símbolo de la rica biodiversidad y el patrimonio natural colombiano.
Cristian Alarcón, CEO de Colombian Summit una agencia especializada en turismo de naturaleza, senderismo y montañismo y que opera principalmente en el Parque Nacional Natural Los Nevados, la Sierra Nevada del Cocuy y la Sierra Nevada de Santa Marta, explica que, para ascender al majestuoso Nevado del Tolima, existen dos modalidades principales, cada una diseñada según la experiencia y preparación del montañista.
Primera modalidad: Ascenso como deportista independiente: Esta opción está destinada a personas que ya poseen experiencia considerable en montañismo de altura. El proceso funciona de la siguiente manera:
- El montañista debe enviar una solicitud formal al Parque Nacional Natural Los Nevados.
- Esta solicitud consiste en un correo detallado donde se manifiesta la intención de realizar un ascenso deportivo autónomo.
- En respuesta, las autoridades del Parque enviarán un listado completo de requisitos que deben cumplirse.
- Es importante tener en cuenta que la documentación requerida es bastante extensa y debe prepararse con anticipación.
- Una vez completados todos los requisitos y aprobada la solicitud, el deportista puede realizar el ascenso de manera independiente, sin necesidad de contratar un guía.
Segunda modalidad: Ascenso como turista: Para quienes no cuentan con experiencia previa en alta montaña, existe esta alternativa más accesible:
- El visitante debe contratar los servicios de una agencia que esté debidamente avalada por el Parque Nacional Natural Los Nevados. Estas agencias cuentan con guías profesionales que conocen perfectamente la ruta y los protocolos de seguridad.
- El guía se encargará de proporcionar la orientación necesaria durante todo el recorrido.
- Esta opción es ideal para principiantes o para quienes prefieren contar con apoyo experto durante la expedición.
“La elección entre una modalidad u otra dependerá fundamentalmente del nivel de experiencia del montañista, siendo la seguridad siempre el factor más importante a considerar cuando se planifica un ascenso a este imponente nevado colombiano”, puntualizó el experto.
Y es que el Parque Nacional Natural Los Nevados se destaca como un paraíso para los amantes de la naturaleza y los deportes de aventura, abarcando una extensión de 58.300 hectáreas donde los visitantes pueden disfrutar de una amplia gama de actividades al aire libre. Entre las opciones más populares se encuentran el ciclomontañismo, que permite recorrer senderos desafiantes a través de diversos ecosistemas; el senderismo, que ofrece rutas para todos los niveles de experiencia; y la escalada tanto en hielo como en roca, que atrae a deportistas más experimentados. La riqueza de su fauna se manifiesta especialmente en su avifauna, donde destaca la presencia del endémico colibrí de páramo, junto con especies emblemáticas como la majestuosa águila crestada, el pato andino, la colorida perdiz colorada y el imponente cóndor.
“Aunque existen diversos accesos históricos hacia el Nevado del Tolima, actualmente el Parque Nacional Natural Los Nevados ha establecido un ordenamiento que permite únicamente el uso de dos senderos oficiales para realizar el ascenso de manera legal y segura”, comentó Alarcón.
- Sendero de Salento: Esta ruta se inicia desde el departamento del Quindío, atravesando el Valle del Cocora. El camino ofrece paisajes espectaculares donde se pueden apreciar los emblemáticos bosques de palma de cera mientras se asciende gradualmente hacia la zona de páramo.
- Sendero Palomar/Anzoátegui: Esta ruta parte del corregimiento de Palomar, en el municipio de Anzoátegui, Tolima, y se puede llegar en vehículo desde Ibagué. Es una ruta que permite apreciar diferentes ecosistemas de montaña mientras se avanza hacia las zonas más altas del nevado.
“Es fundamental entender que, si bien los antiguos caminantes y pobladores locales conocen otras rutas alternativas, estas dos son las únicas autorizadas por las autoridades ambientales. El uso de senderos no reglamentados no solo constituye una infracción a la normativa del parque, sino que también puede representar riesgos significativos para la seguridad del montañista y para la conservación de ecosistemas frágiles”, puntualizó el experto.
Recomendaciones antes de subir
Para quienes desean explorar estos paisajes, la preparación física es un aspecto fundamental. Las condiciones de alta montaña exigen una buena condición física para afrontar el esfuerzo y la altitud, por lo que establecer una rutina de entrenamiento es clave para disfrutar de la experiencia de manera segura y placentera.
“El primer pilar es establecer una rutina constante de actividad física, con especial énfasis en el fortalecimiento del sistema cardiovascular y la capacidad respiratoria. Actividades como trotar, caminar y nadar son excelentes para desarrollar la resistencia cardiovascular necesaria. Sin embargo, esta preparación física básica, aunque esencial, es solo el punto de partida”, dijo Cortés.
Existen cuatro pasos esenciales antes de subir a los nevados:
- Aclimatación progresiva: Adaptarse a la altura es fundamental y debe iniciarse desde el lugar de residencia. Para quienes viven en ciudades como Bogotá, realizar caminatas en Monserrate o el sendero Las Moyas permite una exposición gradual a cambios de altitud, familiarizándose con el esfuerzo físico que exige el montañismo.
- Entrenamiento en páramos: Antes de aventurarse a rutas de mayor dificultad, es recomendable practicar en zonas de páramo como Chingaza o Chicaque. Estos entornos ofrecen terrenos irregulares y condiciones naturales que ayudan a desarrollar resistencia, técnica y adaptación a climas fríos.
- Desafíos físicos y técnicos: Las rutas hacia los nevados exigen un esfuerzo considerable. En expediciones como la del Cocuy, los recorridos pueden superar los 14-15 kilómetros diarios, atravesando pendientes pronunciadas y terrenos rocosos que requieren una excelente condición física y destreza en la montaña.
- Condiciones climáticas extremas: La alta montaña presenta cambios meteorológicos impredecibles, con posibilidades de sol intenso, vientos fuertes, lluvias, lloviznas heladas o nevadas en un solo día. La preparación debe incluir ropa y equipo adecuado para garantizar seguridad y comodidad ante cualquier escenario climático.
“El ascenso al Nevado del Tolima requiere una preparación meticulosa en cuanto al equipamiento, y este varía según la modalidad elegida para la expedición. Por ejemplo, si se opta por ascender como deportista independiente, la persona asumira la total responsabilidad de su equipamiento. Esto implica que ya debe contar con la experiencia necesaria para seleccionar correctamente cada pieza”, explicó Alarcón.
Por otro lado, cuando se contrata una agencia avalada, muchas de estas responsabilidades se comparten. La agencia proporciona todo el equipo técnico de seguridad como casco, crampones, piolet, arnés, mosquetones y cuerdas dinámicas para la progresión glaciar. También se encargan del equipo de campamento, suministrando tiendas de campaña de mínimo tres estaciones, sacos de dormir con temperatura de confort apropiada para alta montaña, y aislantes térmicos para el suelo. Adicionalmente, organizan toda la logística de transporte, incluyendo el traslado de equipaje pesado mediante mulas
Si viaja con una agencia, Alarcón explica que su principal responsabilidad es contar con el equipo adecuado, siguiendo el sistema de capas: una primera capa ajustada de material sintético o lana merino para regular la humedad, una segunda capa térmica como chaqueta de plumas o relleno sintético, y una tercera capa impermeable y transpirable para protegerse del viento y la lluvia. El calzado debe ser botas de senderismo o montañismo de caña media o alta, impermeables, con suela antideslizante y compatibles con crampones. Además, es esencial llevar una mochila técnica de 30 a 40 litros, con compartimentos para equipo de seguridad y protección contra la lluvia. Aquí le explicamos todo el equipo que debe llevar para hacer senderismo.
Otro factor clave es la altitud, pero la adaptación depende en gran medida del lugar de residencia. Quienes viven en ciudades como Bogotá, a 2.600 metros sobre el nivel del mar, pueden tener una ventaja inicial en la aclimatación. No obstante, esto no garantiza una adaptación completa para ascensos a mayores altitudes, como el Nevado del Tolima.
“Para lograr una aclimatación adecuada, se recomienda planificar una expedición de 4 a 6 días. El tiempo ideal dependerá de las recomendaciones específicas del guía y las condiciones individuales de cada persona. Un factor crucial durante este proceso es mantener una hidratación apropiada, no solo con agua sino con una solución electrolítica que incluya sales minerales para optimizar el funcionamiento del organismo”, explico el experto.
Como existen dos rutas principales para el ascenso, cada una con diferentes ventajas para la aclimatación, hay diferentes formas de aclimaticación. La ruta de Anzoátegui-Tolima comienza a 3.200 metros, mientras que la ruta de Salento inicia a 2.200 metros. La ruta de Anzoátegui ofrece una ventaja significativa para la aclimatación al comenzar 1.000 metros más arriba. Para aprovechar mejor esta ruta, se sugiere añadir un día adicional para alojarse en el lugar a los 3.200 metros antes de iniciar el recorrido principal.
En cuanto a las estrategias de aclimatación, existen dos métodos principales:
- Pernoctar en altitudes progresivamente mayores, permitiendo que el cuerpo se adapte gradualmente a la altura.
- Realizar ascensos y descensos tácticos: subir a una altura mayor durante al menos una hora, descender para dormir, y posteriormente realizar el ascenso definitivo.
“Es importante enfatizar que el mal de altura o soroche puede afectar a cualquier persona, independientemente de su nivel de preparación física. Aunque una mejor condición aeróbica puede reducir las probabilidades de padecerlo, incluso los deportistas de élite no están exentos de sufrirlo. Por lo tanto, es fundamental respetar los tiempos de aclimatación y estar atentos a los síntomas, sin subestimar los riesgos por el nivel de entrenamiento previo”, dijo
Cortés hace énfasis en esto tambien, pues la seguridad en la alta montaña debe ser una prioridad, ya que decisiones apresuradas o falta de preparación pueden tener consecuencias graves.
“Es fundamental conocer los propios límites y reconocer las señales de alerta del cuerpo. Si, a pesar de una preparación adecuada, se presentan síntomas como vómito o malestar general, lo correcto es detenerse y priorizar la salud. En estos recorridos, los grupos organizadores están preparados para asistir a quienes necesiten regresar sin afectar el avance del resto. Por ello, es importante asumir con responsabilidad cada travesía, escuchar al cuerpo y aceptar que no siempre se podrá alcanzar la meta prevista” Puntualizó la experta.
La seguridad debe ser la máxima prioridad, por lo que resulta indispensable contratar los servicios de guías profesionales certificados y trabajar exclusivamente con agencias de montaña que cuenten con una sólida reputación y experiencia comprobada en la región. Estos expertos no solo conocen las rutas más seguras y las técnicas apropiadas, sino que también comprenden las particularidades y los desafíos específicos que presenta cada montaña.
“La preparación de estos profesionales incluye una formación exhaustiva en técnicas de media y alta montaña, escalada, y procedimientos de rescate en situaciones complejas como el manejo de grietas. Como requisito fundamental, todo guía debe contar con una certificación en primeros auxilios para áreas remotas, conocida como Wilderness First Responder (WFR). Esta certificación los capacita para responder efectivamente ante emergencias en entornos alejados de centros médicos convencionales”, puntualizó el experto.
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