Si usted alguna vez ha soñado con caminar entre montañas nevadas sin salir de Colombia, el Parque Nacional Natural El Cocuy es un destino que debe considerar. Este lugar alberga uno de los últimos cinco glaciares del país y ofrece una experiencia única para quienes buscan explorar ecosistemas de alta montaña y conectarse con la naturaleza de forma respetuosa.
Ubicado entre los departamentos de Boyacá, Arauca y Casanare, El Cocuy es hogar de picos nevados, lagunas de origen glaciar, cascadas y páramos que se extienden hasta las nieves perpetuas. Su punto más alto, el Ritacuwa Blanco, alcanza los 5.330 metros sobre el nivel del mar, y representa no solo un reto físico, sino también una oportunidad para valorar la riqueza y fragilidad de los ecosistemas andinos.
Pero visitar este lugar no es cualquier viaje: exige preparación, respeto por las normas ambientales y una actitud comprometida con la conservación. ¿Cómo hacerlo de manera correcta? Aquí le contamos cómo practicar ecoturismo responsable en El Cocuy, sin dejar huella negativa y valorando todo lo que este territorio ancestral tiene para ofrecer.
¿Qué debe saber del PNN Cocuy?
El Parque Nacional Natural Güicán, Cocuy y Chita, también conocido como El Cocuy, es una de las áreas protegidas más estratégicas de Colombia con una extensión de 306,000 hectáreas. Ubicado en el centro-oriente del país, abarca jurisdicciones de los departamentos de Boyacá, Casanare y Arauca, siendo creado en 1977 mediante acuerdo del Ministerio de Agricultura. Su importancia radica no solo en ser un regulador climático crucial, sino también en albergar la masa glaciar más grande del país y extensas formaciones forestales que contribuyen significativamente a la regulación climática local.
Entre sus picos más altos se destacan el Ritacuba Blanco (5.410 m s.n.m.), el punto más elevado de la cordillera Oriental de los Andes colombianos, y el Ritacuba Negro (5.340 m s.n.m.). En total, la sierra cuenta con alrededor de 20 picos nevados, además de lagunas, cascadas y una biodiversidad propia de los ecosistemas de alta montaña, lo que la convierte en un lugar único en el país.
“Este patrimonio natural enfrenta hoy serias amenazas derivadas del cambio climático, en especial por el acelerado proceso de deshielo, que compromete la función reguladora del parque sobre importantes cuencas hidrográficas como la del río Chicamocha y la del Orinoco, a través de los ríos Arauca y Casanare”, señala Verónica María Velasco Salcedo, jefe del Parque Nacional Natural El Cocuy, ingeniera forestal con maestría en manejo y conservación de bosques.
El parque además enfrenta una creciente presión turística, especialmente sobre sus glaciares, lo que ha llevado a implementar medidas estrictas para proteger estos ecosistemas frágiles. Actualmente está prohibido hacer cumbre o pisar la nieve, y solo se permite el ingreso a senderos autorizados, siempre acompañado de un guía acreditado.
"Esta regulación responde a un proceso de concertación con la comunidad indígena U’wa, para quienes la Sierra Nevada es un territorio sagrado. El glaciar es considerado un lugar espiritual, por lo que su preservación también honra una visión ancestral del territorio" explicó Velasco, “esta reglamentación no es una imposición institucional, sino una respuesta respetuosa a la cosmogonía de las comunidades locales”.
Por otra parte, estas restricciones no solo buscan proteger un símbolo cultural, sino también conservar una fuente de vida. Y es que el glaciar alimenta directamente acueductos veredales, como el de la vereda El Tabor en Güicán de la Sierra, y cumple una función vital en la regulación hídrica y climática del ecosistema. Preservarlo es clave para garantizar el acceso al agua de las comunidades locales y mitigar los efectos del cambio climático. Por eso, la estrategia de ecoturismo del parque no se limita a ofrecer recorridos: busca generar conciencia entre quienes lo visitan. “Cuando las personas regresan a las ciudades y comienzan a usar el agua de forma más responsable, están haciendo conservación desde sus hábitos cotidianos”, enfatiza Velasco
Visitar El Cocuy implica entender que se está ingresando a un área protegida que hace parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP), con normas distintas a las de un parque urbano. Según Velasco, todo el turismo está regulado por un Plan de Ordenamiento Ecoturístico que define qué senderos están habilitados, en qué condiciones y con qué fines. El conocimiento directo de estos paisajes permite a las personas reconocer el valor del ecosistema y comprometerse con su cuidado. Esta experiencia va más allá del disfrute: busca transformar actitudes frente al medioambiente y fortalecer el vínculo entre las comunidades y su territorio.
Los senderos que están autorizados son tres: todos conducen hasta el borde del glaciar, por respeto a los acuerdos con la comunidad indígena U’wa, que considera estas zonas sagradas.
- El sendero Lagunillas – Púlpito del Diablo comienza en la zona conocida como La Plazuela, a unos 4.000 metros de altura. Desde allí, se camina por un sendero de 7,8 kilómetros (ida y vuelta) hasta llegar al glaciar del pico Púlpito del Diablo, pasando por parajes como El Hotelito. Es una ruta de dificultad media, ideal para quienes desean tener una primera experiencia de alta montaña.
- El sendero Laguna Grande de la Sierra es uno de los recorridos más largos. Tiene una distancia de 19,6 kilómetros (ida y vuelta) y lleva hasta el borde glaciar del pico Cóncavo. Durante el trayecto se pueden ver lagunas de origen glaciar y paisajes típicos del páramo. Es recomendado para caminantes con buena condición física y experiencia en caminatas de altura.
- El sendero Ritacuba permite ascender hasta el borde del glaciar del Ritacuba Blanco, el punto más alto de la cordillera Oriental de Colombia. Tiene una distancia total de 14 kilómetros (ida y vuelta) y ofrece una vista privilegiada de las nieves perpetuas. Es una caminata exigente, recomendada para quienes buscan un reto físico y paisajístico.
“Además de su importancia cultural e hídrica, El Cocuy alberga una biodiversidad única. En los sectores donde se desarrolla la actividad ecoturística habita el lagarto collarejo, una especie endémica cuya distribución está limitada exclusivamente a estos páramos. También es posible observar aves emblemáticas como el cóndor de los Andes y varias especies polinizadoras de frailejones, fundamentales para el equilibrio del ecosistema. La vegetación corresponde a zonas de páramo y superpáramo, dominadas por frailejones, entre los 4.000 y 4.900 metros de altitud. Muchas especies en este entorno se enfrentan a procesos de migración altitudinal debido al cambio climático, lo que convierte a la Sierra Nevada en un espacio clave para estudiar la adaptación de la vida a condiciones extremas de montaña”, puntualizó la directora.
¿Qué debe tener en cuenta para ir?
Según la directora, hay varios ítems que se debe tener en cuenta para subir esta masa glaciar. Algunos son:
1. Condiciones de altura y aclimatación previa
Los tres senderos autorizados del Parque Nacional Natural El Cocuy —Laguna Grande de la Sierra, Ritacuba Blanco y Lagunillas – Púlpito del Diablo— comienzan a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, una altitud que puede afectar a quienes vienen de regiones bajas como la costa Caribe, el Pacífico o ciudades como Bucaramanga, Medellín o Arauca dándoles mal de altura.
Por esta razón, es fundamental realizar un proceso de aclimatación, que incluye:
- Llegar al menos dos o tres días antes del recorrido principal.
- Hacer caminatas suaves previas para permitir que el cuerpo se adapte gradualmente a la altura.
- Recordar que a mayor altitud, el oxígeno es más escaso y la presión atmosférica mayor, lo que puede generar malestar físico si no se está preparado.
2. Preparación e indumentaria recomendada
La seguridad y el respeto por el entorno son esenciales. Para una visita responsable, se recomienda:
- Calzado de alta montaña, con buen agarre y suela firme. En condiciones de nevada, las superficies rocosas se vuelven resbalosas.
- Ropa térmica, impermeable y en capas, adecuada para clima de alta montaña.
- Evitar el ingreso de plásticos de un solo uso, prohibidos en todas las áreas protegidas.
- Llevar recipientes reutilizables y bolsas biodegradables para recoger y sacar todos los residuos generados.
En Entre Montañas le explicamos todo lo que debe saber para subir un nevado, tanto como la aclimatación como los ejercicios que debe hacer para subir.
3. Reservas, capacidad de carga y acceso
Cada uno de los senderos tiene una capacidad de carga, es decir, un número máximo de personas permitidas por día. Esta medida busca evitar el deterioro del ecosistema y minimizar el impacto ambiental en los senderos.
Dado que los cupos son limitados y se requiere preparación anticipada, el parque ha habilitado un sistema de reservas, disponible en las oficinas de Parques Nacionales ubicadas en Güicán de la Sierra y El Cocuy (Boyacá). Para completar el proceso, es obligatorio:
- Registrarse previamente en una de las oficinas autorizadas.
- Adquirir una póliza de accidentes y rescate, que brinda respaldo ante cualquier eventualidad.
- Contratar un guía o intérprete ambiental avalado, inscrito en el sistema REPS (Registro de Prestadores de Servicios Ecoturísticos), requisito indispensable para realizar cualquiera de las rutas.
Además, todos los visitantes deben asistir a una charla de inducción antes de ingresar al parque. En esta sesión se explica la reglamentación vigente, los valores ecológicos que se protegen y recomendaciones clave para una visita segura y responsable.
Tarifas de ingreso (vigencia de 4 días)
| Tipo de visitante | Valor |
|---|---|
| Nacional o extranjero residente en Colombia o CAN (10 a 25 años) | $29.000 |
| Adulto nacional, miembro de la CAN o extranjero residente en Colombia (mayor de 25) | $50.000 |
| Extranjero no residente en Colombia ni miembro de la CAN | $102.500 |
Importante: Esta tarifa cubre el ingreso a los tres senderos autorizados (la “trilogía”) con un único pago.
“El mensaje para quienes visitan este territorio es claro: se requiere conciencia, respeto y una transformación real de nuestras prácticas. La Sierra Nevada del Cocuy no solo es un entorno natural frágil, sino también un espacio con profunda importancia espiritual y cultural para las comunidades locales. Visitarla implica asumir una responsabilidad: no basta con tomarse la foto o disfrutar del paisaje. Se espera que cada persona regrese a su lugar de origen con un cambio de actitud, adoptando hábitos sostenibles que contribuyan al cuidado del agua, del clima y de la vida. Porque conservar los glaciares no es solo tarea del Estado, sino de todos", finalizó Velasco.
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