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Conquistar la cima de una montaña es más que un desafío físico, es una prueba de resistencia, técnica y determinación. Y es que no importa si la travesía dura un día o varios meses, lo esencial es contar con la preparación adecuada, tanto física como mental, para afrontar el reto. Es por esto que, si la idea de alcanzar la cumbre le entusiasma, esta guía le brindará las claves para dar el primer paso y adentrarse en el mundo del montañismo, una disciplina que abarca desde caminatas accesibles hasta escaladas en hielo y expediciones de gran altitud como la alta montaña, cada una con sus propias exigencias y recompensas.
El senderismo de alta montaña o montañismo requiere habilidades técnicas específicas, ya que implica recorrer terrenos variados, desde senderos bien definidos hasta zonas más exigentes como laderas empinadas, canales y crestas rocosas. En algunos casos, es necesario utilizar equipo especializado para avanzar con seguridad en sectores nevados de moderada dificultad.
Colombia cuenta actualmente con seis nevados: la Sierra Nevada de Santa Marta, la Sierra Nevada del Cocuy y Güicán, el Volcán Nevado del Huila, el Volcán Nevado del Tolima, el Nevado de Santa Isabel y el Nevado del Ruiz (también llamado Cumanday). Sin embargo, solo algunos tienen acceso autorizado para actividades ecoturísticas, bajo la supervisión de Parques Nacionales Naturales de Colombia: la Sierra Nevada del Cocuy y Güicán, el Nevado del Tolima y el Nevado de Santa Isabel. Esta regulación busca proteger estos ecosistemas frágiles, permitiendo que los visitantes disfruten y aprendan de su valor natural de manera responsable.
¿Cómo prepararse para hacer senderismo de alta montaña?
“Cuando surge el deseo de conocer los nevados colombianos, es fundamental comprender que la preparación adecuada es indispensable para una experiencia segura y enriquecedora. Esta preparación comienza con el acondicionamiento físico, que debe ser gradual y constante. El fortalecimiento del sistema cardiovascular y respiratorio es la base de este proceso, por lo que actividades como trotar, caminar, nadar y otros ejercicios aeróbicos son esenciales. Sin embargo, esta preparación física básica, aunque necesaria, no es suficiente por sí sola”, explicó Belany Cortés, Lider de Roadtrip Colombia, una empresa especializada en senderismo.
Para alcanzar un nivel óptimo de preparación, Roadtrip recomienda un entrenamiento progresivo de 10 a 12 semanas, ajustado a la condición física de cada persona. Las primeras semanas deben centrarse en desarrollar una base aeróbica mediante caminatas de 5 a 8 kilómetros en terrenos variados, prestando especial atención a la técnica y a la adaptación al equipo de trekking. Con el avance del entrenamiento, es fundamental incrementar gradualmente la distancia hasta recorrer entre 10 y 12 kilómetros, además de añadir peso en la mochila para simular las condiciones reales de una travesía en alta montaña.
Según Cortés, la mejor manera de prepararse es exponerse gradualmente a entornos de montaña antes de enfrentar mayores altitudes. En Bogotá, algunos lugares recomendados para iniciar este proceso son:
- Monserrate y el sendero Las Moyas: Estos espacios presentan cambios de altura significativos y características propias del terreno montañoso, como rocas, pendientes y zonas boscosas. Además, permiten experimentar condiciones donde no siempre se cuenta con servicios básicos, lo que ayuda a adaptar el cuerpo y la mente a la montaña.
- Zonas de páramo, como Chingaza y los senderos ecológicos de Guasca: Estas áreas ofrecen condiciones similares a las de la alta montaña, permitiendo desarrollar habilidades específicas para desplazarse en terrenos naturales sin infraestructura artificial, como barandas o senderos pavimentados.
“Quienes deseen explorar los nevados deben ser caminantes apasionados y conscientes de los desafíos que enfrentarán. La alta montaña exige una preparación integral, tanto física como mental, y un profundo respeto por el entorno natural. Es fundamental desarrollar habilidades para desplazarse en espacios naturales donde no habrá barandas ni senderos perfectamente planos. Esta experiencia, además de sacar a las personas de su zona de confort, permite evaluar y mejorar progresivamente la capacidad física y mental, preparando el camino para retos de mayor dificultad”, afirmó.
En la fase final del entrenamiento, se recomienda complementar el entrenamiento con ejercicios en escaleras para fortalecer las piernas y mejorar la resistencia. La distancia de los recorridos debe extenderse hasta los 15 o 18 kilómetros, manteniendo una frecuencia de 3 a 4 sesiones por semana con días de descanso. Las dos últimas semanas antes de la subida a la montaña deben enfocarse en la recuperación. Reducir progresivamente la intensidad de los entrenamientos y mantener recorridos más cortos de 5 a 10 kilómetros permitirá que el cuerpo asimile el esfuerzo previo. Es esencial priorizar el descanso, mantenerse bien hidratado y seguir una alimentación equilibrada.
Cristian Alarcón, CEO de Colombian Summit, una agencia especializada en turismo de naturaleza, con operaciones en el Parque Nacional Natural Los Nevados, la Sierra Nevada del Cocuy y la Sierra Nevada de Santa Marta, enfatiza que, aunque en Colombia no hay estaciones definidas, existen períodos en los que las condiciones suelen ser más favorables. Los meses más recomendables para ascender a los nevados son de diciembre a marzo y de junio a agosto. No obstante, el clima en estas zonas sigue siendo impredecible, por lo que es posible encontrar lluvias o nevadas en cualquier momento del año. Ante esta incertidumbre, la mejor estrategia es estar siempre preparado para temperaturas bajo cero, ráfagas de viento intensas y precipitaciones inesperadas.
Sin embargo, resalta que es esencial una buena aclimatación, por lo que explica dos métodos principales:
- Pernoctar en altitudes progresivamente mayores, permitiendo que el cuerpo se adapte gradualmente.
- Realizar ascensos cortos a mayor altura durante aproximadamente una hora, seguidos de un descenso al campamento base, antes de realizar el ascenso definitivo.
Por su parte, Cortés recalca que la preparación para una expedición a la alta montaña exige un equipamiento adecuado e innegociable. Intentar estas travesías con ropa deportiva convencional, como tenis, licras o buzos de algodón, no solo genera incomodidad, sino que también compromete la seguridad del caminante.
Para enfrentar las condiciones extremas de la montaña, es fundamental contar con un sistema de vestimenta por capas. Alarcón explica estas como:
- Primera capa (base térmica): Prendas ajustadas al cuerpo, fabricadas en materiales transpirables como poliéster o lana merino, que ayudan a regular la temperatura y mantener la piel seca al evacuar la humedad. Se recomienda evitar el algodón, ya que retiene la humedad y favorece la pérdida de calor.
- Segunda capa (aislante): Chaquetas o suéteres de fibra sintética o plumas, diseñados para conservar el calor corporal. Estas prendas deben ser ligeras y de fácil compresión para optimizar el espacio en la mochila.
- Tercera capa (protección externa): Chaqueta impermeable y cortavientos, con membranas transpirables que protejan contra la lluvia, la nieve y el viento sin acumular condensación en el interior.
Además de la vestimenta adecuada, el calzado es un elemento clave para una expedición segura. Se recomienda:
- Botas de senderismo: Preferiblemente de caña media o alta, impermeables y con suela antideslizante. Estas proporcionan estabilidad en terrenos irregulares y protegen los tobillos de torceduras.
- Polainas: Accesorio opcional pero útil para evitar que la nieve o el lodo ingresen en las botas.
El equipo complementario también juega un papel esencial en la experiencia de montaña, menciona Alarcón. Algunos elementos indispensables incluyen:
- Mochila ergonómica de 30 a 40 litros o más, diseñada para distribuir el peso de manera eficiente y llevar lo necesario sin generar incomodidad.
- Guantes térmicos e impermeables, esenciales para proteger las manos del frío y la humedad.
- Gorro y buff o pasamontañas, para resguardar la cabeza, el cuello y el rostro de las bajas temperaturas y el viento.
- Gafas de sol con filtro UV, imprescindibles en la nieve para evitar la ceguera por reflejo solar.
- Bloqueador solar y protector labial, ya que la radiación ultravioleta es más intensa a mayores altitudes.
- Bastón de senderismo, es una herramienta clave para mejorar el equilibrio, reducir el impacto en las rodillas y optimizar el esfuerzo en caminatas de alta montaña. Su uso proporciona estabilidad en terrenos irregulares, facilita ascensos y descensos, y distribuye mejor la energía al involucrar los brazos en el movimiento.
“Es crucial realizar una evaluación honesta de nuestra condición física y consultar con profesionales médicos, especialmente si se tienen condiciones preexistentes. Las personas que dependen de medicamentos, tienen cardiopatías o problemas de azúcar deben evaluar cuidadosamente si estas condiciones son compatibles con la actividad en altura. Para los caminantes frecuentes, la preparación y aclimatación en páramos puede ser suficiente, pero para quienes comienzan desde cero, es importante entender que un sendero nevado no debe ser su primera experiencia porque puede tener algo que llamamos el mal de altura. La alta montaña requiere caminantes que ya hayan experimentado y comprendan lo que implica una ruta de trekking exigente. ”, puntualizó Cortes.
Durante el trekking en alta montaña, una alimentación equilibrada y una hidratación adecuada son esenciales para el rendimiento y la seguridad. Para optimizar la experiencia, Alarcón mencion las siguientes recomendaciones:
- Alimentación: Lleve alimentos energéticos como barras de granola, frutos secos y snacks saludables. Evite comidas pesadas o poco saludables que puedan afectar su desempeño.
- Hidratación: Mantenga una ingesta constante de líquidos, tomando sorbos regularmente. Se recomienda consumir al menos 2 litros por sendero, complementando el agua con sales minerales o electrolitos para mejorar la absorción y el equilibrio de líquidos en el organismo. Es importante hidratarse antes de sentir sed para prevenir la fatiga y los efectos del mal de altura.
- Ritmo de ascenso: Priorice un paso constante y moderado en lugar de la velocidad. Conservar energía es clave para enfrentar las etapas más exigentes.
- Pausas estratégicas: Realice descansos regulares para hidratarse y reponer energía con snacks altamente calóricos diseñados para actividades de montaña.
Ruta para subir a los nevados en Colombia
Para los caminantes experimentados que buscan su primera exploración en nevados, el Parque Nacional Natural El Cocuy es una excelente opción. Este destino permite realizar caminatas hasta el borde glaciar, aunque es fundamental respetar las regulaciones establecidas por las comunidades indígenas locales. Está estrictamente prohibido tocar o pisar la nieve, y violar esta restricción puede acarrear sanciones severas y generar conflictos con las comunidades, algo que se debe evitar.
El parque cuenta con tres rutas principales, diseñadas para apreciar los glaciares desde una distancia segura y respetuosa:
- Púlpito del Diablo: Un recorrido exigente que ofrece vistas impresionantes del glaciar y una de las formaciones rocosas más icónicas del parque.
- Laguna Grande: Sendero que atraviesa valles de páramo y permite observar el glaciar reflejado en una laguna de origen glacial.
- Pan de Azúcar: Ruta que combina ascensos desafiantes con panorámicas privilegiadas de la montaña y sus alrededores.
Estas rutas son de un solo día y no permiten pernoctar dentro del parque, lo que las convierte en una opción ideal para una primera experiencia en alta montaña. Cada sendero brinda la oportunidad de familiarizarse con las condiciones extremas de los nevados, respetando al mismo tiempo las normativas locales y contribuyendo a la conservación del ecosistema.
Para aquellos montañistas que ya han recorrido las rutas del Cocuy y buscan avanzar en la exploración de los nevados colombianos, el Nevado Santa Isabel representa el siguiente paso, según Cortés. Este nevado permite alcanzar una cumbre glaciar, lo que supone un reto mayor que exige una preparación más rigurosa y un proceso de aclimatación específico.
Este proceso de adaptación a la altura es comparable, en cierto modo, con la adaptación progresiva que requieren los buzos al descender a mayores profundidades. Así como ellos deben ajustarse a la presión creciente bajo el agua, los montañistas deben aclimatarse a la disminución de presión y oxígeno en la altura. En el caso del Nevado Santa Isabel, la aclimatación inicia con una caminata a unos 4000 metros el primer día. Luego, en la madrugada del segundo día, tras un desayuno sustancial, se evalúan las condiciones climáticas y la respuesta física de cada persona antes de intentar el ascenso al glaciar.
“Este proceso es supervisado por guías especializados, quienes monitorean constantemente tanto el entorno como el estado de los participantes para garantizar un ascenso seguro y responsable”, aseguró.
Para ascender al Nevado de Santa Isabel, es imprescindible contar con un equipamiento técnico adecuado y la supervisión de profesionales certificados. La seguridad en estos ascensos depende del uso correcto de los siguientes elementos:
- Equipamiento técnico: arnés, crampones, piolet y casco.
- Acompañamiento profesional: guías certificados y avalados por Parques Nacionales, con formación en rescate en áreas remotas (certificación WFR) y conocimientos en primeros auxilios.
- Proporción de seguridad: un guía por cada tres participantes como máximo, lo que garantiza atención personalizada y control de riesgos.
- Equipos de emergencia: los guías deben portar radios y otros dispositivos para responder a situaciones imprevistas.
“La experiencia en el Santa Isabel sirve como preparación fundamental para enfrentar retos más exigentes como el Nevado del Tolima o el Nevado del Ruiz, Montañas imponente que representan el sueño de muchos montañistas. La ascensión al Tolima requiere una logística más compleja que se desarrolla durante aproximadamente cuatro días”, explicó la experta.
Las jornadas en el Nevado del Tolima comienzan en la madrugada, con especial atención al tercer día, cuando se realiza el intento de cumbre. Es fundamental destacar que se trata de un “intento”, ya que el éxito nunca está garantizado debido a la exigencia física y las condiciones cambiantes de la montaña. Aquí le explicamos que debe considerar para subir a esta montaña.
Los principales aspectos a considerar en este ascenso incluyen:
- Formación en cordadas: los participantes avanzan en grupos unidos por cuerdas, compartiendo la responsabilidad de seguridad y atención mutua.
- Experiencia previa: aunque algunos hayan recorrido bordes glaciares o incluso el Nevado Santa Isabel, el Tolima presenta retos más exigentes.
“En el ascenso a cumbres nevadas, la seguridad es la prioridad. Los guías monitorean constantemente a los montañistas, midiendo sus niveles de oxígeno y llevando una bala de oxígeno para emergencias. Ante cualquier signo de mal de altura, la única opción es descender de inmediato, sin excepciones. Cada ascenso es único, y el paisaje cambia con el retroceso glaciar, pero la verdadera cumbre es regresar a casa seguros. Una buena preparación, el respeto por la montaña y decisiones prudentes pueden marcar la diferencia entre una experiencia enriquecedora y un riesgo innecesario”, finalizó la experta.
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