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Los viajes largos tienen impactos en su cuerpo ¿cuáles y cómo lidiar con ellos?

Prepararse adecuadamente antes de un vuelo largo minimiza los efectos negativos en la salud.

18 de mayo de 2024 - 12:01 a. m.
Generalmente, durante estos vuelos el espacio para moverse suele ser muy limitado, el aire en la cabina es seco y la cantidad de oxígeno circulante es menor en comparación con lo que estamos acostumbrados.
Generalmente, durante estos vuelos el espacio para moverse suele ser muy limitado, el aire en la cabina es seco y la cantidad de oxígeno circulante es menor en comparación con lo que estamos acostumbrados.
Foto: Freepik

Viajar a destinos paradisiacos y llegar a lugares recónditos en países distantes es para muchos el deseo cuando se planean unas vacaciones. Sin embargo, se trata de desplazamientos que requieren recorridos importantes: kilómetros de distancia que obligan a permanecer horas sentados en posiciones incómodas, ya sea en la sillas de un aeropuerto o en las del avión. Y aunque en principio es posible que no se note la larga espera, a medida que transcurre el tiempo empezarán a aparecer incomodidades físicas y mentales.

¿Y cuáles son los síntomas? Según Juliana Andrea Corredor Angarita, residente de medicina aeroespacial en el Centro Médico Colsanitas del Aeropuerto El Dorado, pueden ir desde deshidratación, cefalea, fatiga, sequedad en mucosas de los ojos o de la boca, molestias en heridas quirúrgicas, aumento del tromboembolismo pulmonar, reducción de la movilidad y la descompensación de algunas enfermedades de base por cuenta de la disminución del oxígeno inspirado.

Corredor explica que para entender lo que le sucede al cuerpo durante un vuelo hay que tener en cuenta que la cabina de una aeronave comercial está presurizada “a una altitud equivalente a la que se encuentra en Bogotá - que es de aproximadamente 8.000 pies o 2.438 metros sobre el nivel del mar-. A esta altitud, la presión atmosférica es menor que a nivel del mar, lo que resulta en una disminución de la concentración de oxígeno en el aire que estamos acostumbrados a respirar”.

Eso puede provocar un desequilibrio entre el aporte y la demanda de oxígeno de los órganos y tejidos, lo que aumenta la frecuencia cardíaca, incrementa la contractilidad miocárdica, activa los factores de coagulación y provoca cambios en el volumen de los gases atrapados en el cuerpo (por ejemplo, en el oído, estómago, intestinos, senos paranasales y pulmones).

Permanecer en una misma posición durante un período prolongado también puede provocar la formación de coágulos de sangre en las piernas, especialmente al estar sentado en lugares con poco espacio para estirarse. Esto se debe a que la falta de movimiento de las extremidades inferiores puede causar estancamiento del flujo sanguíneo en esa zona debido a la fuerza de la gravedad, lo que resulta en hinchazón en la parte más distal de las piernas. Este fenómeno, según Corredor, se conoce como estasis venoso, caracterizado por una disminución del flujo venoso debido a la compresión de una vena o a obstáculos en el vaciado de la sangre y, si no se trata a tiempo, es decir, si no se alivia la presión en las piernas, puede transformarse en una condición conocida clínicamente como trombosis venosa profunda (TVP) o “síndrome del turista”, la cual se presenta en vuelos largos, especialmente en aquellos que duran de 8 a 10 horas o más.

Aunque es común que la TVP se disuelva por sí sola, existen casos en los que esto se puede agravar, haciendo que sienta dolor, hinchazón y aumento de temperatura en la pierna afectada o en casos mucho más graves llegar a un embolia pulmonar.

Corredor menciona que las personas que generalmente resultan más afectadas por todos estos síntomas son:

  • Personas con antecedentes de enfermedades cardiopulmonares.
  • Individuos en posoperatorio.
  • Personas con antecedentes de trombosis venosa profunda o tromboembolismo pulmonar.
  • Mujeres en estado de embarazo después de cierta edad gestacional o con embarazos de alto riesgo.
  • Pacientes con cáncer.
  • Personas que requieren oxígeno suplementario.
  • Individuos con enfermedades psiquiátricas no tratadas o con enfermedades mal controladas.

La Dra. Martha Ramos, médica general y especialista en Salud Familiar y Comunitaria, de la red de especialistas de la plataforma de salud DoctorAkí, menciona que también puede presentarse el jet lag o síndrome de cambio de horario, caracterizado por una serie de síntomas físicos o psicológicos como cansancio, somnolencia durante el día, dificultad para conciliar el sueño por la noche, ansiedad, entre otros. Sin embargo, este síndrome puede evitarse con una preparación adecuada en los días previos al viaje, intentando acostarse más temprano y levantándose más temprano de lo habitual para adaptarse al nuevo horario.

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¿Qué puede hacer para que no le afecten los vuelos largos?

Lo primero que Ramos aconseja es que las personas que hayan tenido una trombosis reciente de menos de 3 a 6 meses no tomen este tipo de vuelos, ya que puede afectar su salud, tampoco personas con enfermedades cardíacas graves como infarto reciente, arritmias cardíacas o angina de pecho. Asimismo, no es aconsejable que viajen personas con enfermedades respiratorias graves como neumotórax o derrame pleural, ni para aquellos que tengan anemia grave, infecciones activas o cualquier otra condición médica que su especialista le indique.

Fuera de eso, menciona que para contrarrestar todos estos síntomas, es recomendable llevar implementos que hagan el viaje más cómodo, como una almohada de viaje, tapones para los oídos y antifaces para los ojos. Las personas que tengan problemas circulatorios, adultos mayores de edad, y personas con problemas crónicos se le recomienda que usen medias de compresión para evitar los trombos, sin embargo, aclara que, “no se recomienda que los usen la gente que no tiene estas condiciones, porque haría una presión innecesaria en las piernas”.

Otro consejo es que hagan estiramientos periódicamente, similares a los que se hacen antes de practicar deporte. Estos pueden incluir movimientos de cuello, hombros, muñecas, espalda, piernas y rotación de los pies. Un consejo importante: evite cruzar las piernas, ya que esto dificulta la circulación sanguínea.

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Juliana Andrea Corredor hace otras sugerencias importantes a tener en cuenta a la hora de tomar vuelos largos:

  • Hidratarse: Beba mucha agua en los días previos al viaje, durante y al final del mismo, debido a que la baja humedad en el avión puede deshidratarlo, lo que empeora los síntomas del jet lag.
  • Productos que debe llevar: Haga uso de solución salina nasal, crema hidratante y ungüentos hidratantes labiales
  • Ajuste su horario de sueño: Comience a ajustar su horario de sueño unos días antes del viaje. Si viaja hacia el este, acuéstese una hora antes cada noche, en cambio, si viaja hacia el oeste, acuéstese una hora más tarde.
  • Evite el alcohol y la cafeína: Estas sustancias pueden deshidratarlo y dificultar el sueño. Lo que le generaría estrés adicional cuando esté en el vuelo.
  • Ajuste las comidas: Las comidas ricas en proteínas pueden ayudar a mantenerse despierto, mientras que las altas en carbohidratos pueden promover el sueño. En cambio, las comidas grasosas pueden causar sensación de fatiga. Es recomendable evitar dulces, alimentos con mucha fibra, verduras que generen fermentación bacteriana (brócoli, coliflor, repollo, col de Bruselas y coles de hoja) y bebidas gaseosas para prevenir la hinchazón abdominal.
  • Trate de llegar antes a su destino: Llegue un par de días antes de iniciar actividades importantes que requieran mucha energía o concentración intelectual para que tome un descanso, ya que esto le permite al cuerpo ajustarse gradualmente al cambio de horario.
  • Tome sol cuando llegue: La luz solar ayudará a regular su reloj circadiano.

Para finalizar, Corredor recomienda que “lo ideal es asegurarse previamente al vuelo de que no exista ninguna condición médica que pueda dificultar la adaptación del cuerpo a los cambios generados por las condiciones de la cabina. Por ejemplo, se debe evitar volar con gripe debido al riesgo del barotrauma, una lesión que ocurre en el oído debido a la diferencia de presión entre el oído medio y el ambiente circundante”.

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Pablo(88449)19 de mayo de 2024 - 10:34 p. m.
buena, buena esa cantidad de datos para viajeros nuevos.
Jose(11868)18 de mayo de 2024 - 02:39 p. m.
Interesante y practica informacion
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