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Penales hechos arte

En varias ciudades estos lugares sombríos, que ya no son utilizados y muchas veces sorprenden con su arquitectura, abrieron sus puertas para dar a conocer cómo es una vida en el encierro.

El Espectador
27 de febrero de 2013 - 12:36 p. m.
Penales hechos arte

Museo de Prisiones de Texas ?Estados Unidos
Una silla eléctrica, iluminada con una luz fuerte que refleja su sombra en la pared, es el objeto central de la exhibición. A muchos les hace erizar la piel, otros se sienten atraídos por el morbo de saber cuántas personas fueron electrocutadas. Entre 1924 y 1964, la cifra llegó a las 361. ?
Esta silla, al igual que una muestra de las primeras inyecciones letales, artículos decomisados en la prisión, fotografías e historias de los reclusos, una galería de oficiales asesinados, objetos como muebles de madera tallados a mano o ramos de flores hechos con servilletas de papel están expuestos a lo largo del recorrido.?
El museo abrió sus puertas en 1989, cuando varios veteranos que habían estado recluidos se interesaron en exponer las memorias de su dolorosa experiencia. Cada año, más de 27 mil visitantes se acercan para conocerlo.

Museo Nacional ?Bogotá
De la cárcel construida por el danés Thomas Reed en 1850 no queda ni el nombre. Solo muy pocos conocen su pasado como Penitenciaría Central de Cundinamarca o el panóptico más importante del país durante 72 años. ?
Esta correccional fue inaugurada como sede del Museo Nacional el 2 de mayo de 1948, después de que los arquitectos Manuel de Vengoechea y Hernando Vargas Rubiano restauraran el edificio que, por su belleza y solidez, fue declarado Monumento Nacional el 11 de agosto de 1975. ?
El acopio se divide en cuatro colecciones: arte, historia, arqueología y etnografía. La primera se clasifica en arte colombiano, latinoamericano y europeo, e incluye pinturas, dibujos, grabados, esculturas, instalaciones y artes decorativas.

Presidio de Ushuaia ?Argentina
Se dice que el clima y el aislamiento de la ciudad más austral del mundo fueron las razones para construir esta correccional, condiciones que lograron que la seguridad fuera mayor. Esta fortaleza albergó por años a los delincuentes reincidentes y a los más peligrosos presos políticos de Argentina.?
Entre las historias que se pueden escuchar en el presidio, que cuenta con cinco alas, está la del Petiso Orejudo, un joven de estatura pequeña y orejas grandes, quien fue uno de los primeros asesinos en serie. Por esta cárcel también pasaron presos políticos como Pedro Bidegain, un diputado radical, y varios obreros que llegaron bajo los gobiernos de José Félix Uriburu y Agustín Pedro Justo.?
Un ala interesante para visitar es la que está dedicada a la historia de la conquista del área de la Patagonia argentina y a la promoción de jóvenes artistas.

Kilmainham Gaol ?Irlanda
Inaugurada en 1796, esta cárcel sustituiría a su antecesora, situada a pocos metros. Está ubicada en Inchicore, un suburbio de Dublín y es reconocida por albergar en sus celdas a los líderes de las revueltas de la independencia de Irlanda. Muchos de ellos fueron ejecutados en sus instalaciones.?
En su tiempo, Kilmainham sirvió de modelo para el diseño de otras penitenciarías en el mundo, gracias a su infraestructura majestuosa e impecable. Recorrer sus pasillos puede resultar tenebroso. El comienzo del trayecto es en la capilla donde el poeta y periodista Joseph Plunkett se casó con Grace Gifford horas previas a su ejecución que llevó a cabo un pelotón de fusilamiento.

Por El Espectador

 

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