Electromovilidad, un respiro para el país

Las estrategias para promover esta modalidad en el transporte, muestran que para avanzar falta mayor engranaje entre el sector público y el privado, y superar retos como costos e infraestructura.

Felipe García Altamar (fgarcia@elespectador.com)
29 de marzo de 2020 - 02:00 a. m.
De 15,4 millones de automotores matriculados, hay algo más de 2.300 con motor eléctrico. / Getty Images
De 15,4 millones de automotores matriculados, hay algo más de 2.300 con motor eléctrico. / Getty Images

Si bien desde hace siete años se plantearon estrategias para renovar la movilidad, como el piloto de taxis eléctricos en Bogotá, el sistema de bicicletas públicas de Medellín o la renovación de flota del transporte público en Cali, Medellín y Bogotá, en realidad la primera piedra para la electrificación del transporte se puso apenas en julio del año pasado. Con la expedición de una ley, que fue acompañada de una estrategia nacional, el Gobierno dio lineamientos para promover el uso de estos vehículos y aclaró las acciones que deben adelantar alcaldes y gobernadores.

Estas medidas definieron una serie de incentivos para apostarle a esta modernización, como beneficios arancelarios y un número mínimo de parqueaderos para vehículos eléctricos y de estaciones rápidas de recarga para ciudades principales. También se establecieron normas para que las nuevas edificaciones faciliten la recarga y las metas a largo plazo para sustituir el transporte público.

Con la ruta clara, la misión ahora es definir los procedimientos para cada medio de transporte; acondicionar la infraestructura para el abastecimiento de electricidad y aumentar la cifra de vehículos eléctricos en el país, que hoy no llega ni al 1 %. De 15,4 millones de automotores matriculados, hay algo más de 2.300 con motor eléctrico. Sin embargo, para cumplir este propósito, las ciudades deben trabajar en otros retos que plantea la modernización.

Hoy el desafío más importante es que pocos pueden acceder a estos automotores, debido al elevado precio, que no obstante se compensa a largo plazo con los costos de mantenimiento y con el impacto en la salud pública. Para Carlos Mario Restrepo, vocero de Enel-Codensa, “uno de los pilares de la masificación de la movilidad eléctrica es la integración de entidades estatales, operadores de transporte, aseguradoras, banca, fabricantes de vehículos, fabricantes de cargadores, con el fin de romper barreras de precios y facilitar la recarga pública”.

La infraestructura es otro gran reto que tiene el proceso de electrificación del transporte, pues no solo se debe impulsar la instalación de electrolineras sino de puntos de carga en los conjuntos residenciales o cada hogar que cuente con un vehículo eléctrico. Al menos así lo cree Juan Luis Mesa, gerente de la marca china BYD, quien considera que “si hay sistema de suministro en las casas y se carga en la noche, uno ni tendría que volver a lo que hoy son las gasolineras. Hay varias limitaciones y retos para tener vehículos eléctricos, así que el Gobierno debe garantizar al menos que cada persona que opte por cargar su carro eléctrico, tenga siempre cómo hacerlo”.

Algunas ideas finales para aumentar la promoción de un nuevo transporte las da Édder Velandia, catedrático de la U. de La Salle y experto en movilidad eléctrica, quien dice que se necesita que cada ciudad establezca políticas en movilidad que permitan sumar cada vez más adeptos de los nuevos vehículos. “Para seguir generando incentivos y para que la brecha de precios se reduzca, se podría pensar en zonas cero emisiones, a las que solo se pueda ingresar con carros eléctricos. Por ejemplo, el centro ampliado de las ciudades. Por otro lado, definitivamente hay que completar el tema normativo para incentivar, no solo los vehículos livianos, sino también camiones, taxis y hasta patinetas y bicicletas”.

El proceso de modernización del transporte no se detiene y, aunque para muchos no es tan evidente, seguro lo empezará a ser cuando a las ciudades empiecen a llegar las nuevas flotas de transporte público con la que habrá cerca de 500 buses eléctricos en el país, con lo que Colombia se convertirá en líder en la región en este aspecto. No obstante, si se quiere ir por más, aún es necesario profundizar en determinadas acciones para lograr que el transporte privado también se sintonice con la idea de, por qué no, ser líderes absolutos en cuanto a electromovilidad en el continente.

Por Felipe García Altamar (fgarcia@elespectador.com)

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