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La esperada reforma de reequilibrio de poderes llegó al Congreso. Luego de que el presidente Juan Manuel Santos socializara su contenido en la Casa de Nariño, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, la radicó en la Secretaría del Senado. Y aunque ya la mayor parte del articulado se conocía, hay novedades que llaman la atención. (Lea: A equilibrar poderes)
Por ejemplo, hay una gabela para los congresistas. Podrán renunciar al Congreso para asumir cargos en ministerios, embajadas y altas consejerías. Así lo señala el artículo 9 de la reforma: “Las incompatibilidades de los congresistas tendrán vigencia durante el período constitucional respectivo. En caso de renuncia, se mantendrán durante el año siguiente a su aceptación si el lapso que faltare para el vencimiento del período fuere superior, excepto la prevista en el inciso 1 del artículo 180 de la Constitución”. (Lea: Congresistas perderán curul por hechos de corrupción)
Esa excepción es precisamente “desempeñar cargo o empleo público o privado”. De este modo, los congresistas que logren la confianza del Gobierno y crean que ya se ha cumplido su ciclo en el Legislativo, pueden pasar al Ejecutivo sin esperar a que se cumplan sus períodos, como lo hizo precisamente el hoy ministro Cristo. (Lea: “Reforma devolverá el equilibrio concebido por la Constitución de 1991”: Minjusticia)
De otro lado, aunque se trata de una reforma de ‘reequilibrio de poderes’, es un hecho que las facultades del presidente de la República no se tocarán. Por el contrario, salen favorecidas. La terna para la elección del procurador, que era responsabilidad de las cortes, ahora dependerá del mandatario y será el Congreso el que lo elija. Mejor dicho, la discusión de que el Gobierno puede elegir un procurador “de bolsillo” seguirá vigente. (Lea: Santos presentó proyecto para eliminar reelección sin ampliación de periodo presidencial)
Para contralor se hará por convocatoria pública, a través de hojas de vida que serán radicadas en el Congreso, encargado de escoger. Nuevamente surge la inquietud sobre el peso del Gobierno. Entre los parlamentarios existe la certeza de quien gane la elección será siempre el candidato apoyado por la coalición mayoritaria que en Colombia, por lo general, es la que conforma el jefe de Estado. (Lea: Elección del Procurador quedará en manos del Presidente)
Para garantizar la representación de todos los departamentos en el Senado se escogió como fórmula que las regiones con menos de 500 mil habitantes tendrán derecho a un parlamentario. No obstante, ya hay voces que señalan que eso podría prestarse para el oportunismo político y llegar con pocos votos, no como hoy, que la cifra repartidora exige cerca de 50 mil apoyos para una curul. Además, se ha acogido la propuesta del senador Eduardo Enríquez, quien planteó que como garantía de ejercicio de oposición, quien ocupe el segundo lugar en las elecciones presidenciales tendrá derecho a un puesto en el Senado. (Lea: Críticas desde el Congreso a posibilidad de que Presidente elija Procurador)
El contenido abordará otros temas ya conocidos, como la eliminación de la reelección presidencial —cuyo período se mantuvo en cuatro años, por ahora— y de los altos funcionarios del Estado, cambiar el sistema de listas con voto preferente al Congreso por listas cerradas, silla vacía para delitos de corrupción y eliminación de la Judicatura para crear tres niveles de administración: sala de gobierno judicial, junta ejecutiva y director ejecutivo. Habrá un tribunal de aforados y los magistrados de las cortes serán elegidos para ocho años, sin reelección y con edad de retiro forzoso a los 70 años.
Para impulsar la iniciativa, el presidente Santos se reunió ayer con los presidentes de las altas cortes para explicarles la iniciativa y conocer sus puntos de vista, “todo en aras de lograr el mayor consenso posible”, expresó.