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Sherry Johnson fue violada a los 8 años por un miembro de la iglesia a la que asistía su madre en Tampa, Florida. Johnson iba para el colegio, pero hizo una pausa en la casa de su tía, donde vivía el sujeto. “Ella no estaba. En ese momento él me forzó a entrar a su habitación”, cuenta la mujer, que ahora tiene 58 años, en diálogo con Noticias Caracol.
Sin embargo, la pequeña le contó lo que le había ocurrido a su madre, pero no le creyó. Los abusos continuaron y a los 9 años, Johnson esperaba su primera hija.
A los 11 años y sin saber qué era el matrimonio, su madre la obligó a casarse con el hombre que la violó, quien tenía 20 años. Las leyes de Florida permiten que menores de edad se casen. La aprobación de un juez es suficiente.
Johnson tuvo que dejar la escuela para dedicarse a un hogar y a unos hijos que no pidió. Con tan solo 16 años ya tenía 6 hijos. “Hice todo lo posible por cuidar a mis hijos y traté de hacer las cosas tan felices como se pudiera en una situación tan difícil como esa”, afirma la mujer en la entrevista.
El sujeto con el que la obligaron a casarse tampoco respondió por los hijos y fue arrestado. En ese momento, Johnson aprovechó para iniciar el proceso de divorcio.
Tras años de terapia, la mujer asegura que ya perdonó. “No guardo rencor ni odio contra nadie porque al final del día el odio me consumiría”, relata la mujer. Con el tiempo su mamá le pidió perdón.
“Nadie habló por mí, nadie le dijo a mi madre que no lo permitiría. Nunca escuché esas palabras. Muchos me fallaron. Ni el Estado, ni mi familia, nadie me protegió”. Por eso, Johnson ahora lucha para que en Florida se prohíba el matrimonio infantil y no se repita su caso. También creó una fundación para apoyar a niños abusados.