“Toda llegada y desembarco en un nuevo puerto genera una adrenalina especial. Mi trabajo se enfoca en cuidar no sólo los intereses y seguridad de mi tripulación sino también acompañar los objetivos de campaña y misión de la organización en el mundo”, dice Daniel Rizzotti, capitán del Rainbow Warrior III, el barco de la organización no gubernamental Greenpeace que, el pasado primero de febrero, arribó al muelle Edurbe de Cartagena.
El Rainbow Warrior III, que mide 58 metros de largo y pesa 872 toneladas, estará abierto al público los próximos 6 y 7 de febrero de 8:30 a.m. a 11:30 a.m. y de 4 p.m. a 8:00 p.m. Los visitantes pueden ingresar de manera gratuita y conocer su historia, las propuestas de navegación sustentable y los detalles de la incansable lucha por el cuidado del medio ambiente que Greenpeace adelanta hace 44 años. (Vea: Greenpeace aterriza oficialmente en Colombia)
Este barco fue adquirido en 2011, a propósito del aniversario número 40 de la organización. Le precedieron Rainbow Warrior y Rainbow Warrior II. El primero de ellos fue hundido, en 1985, por el servicio secreto francés, cuando el barco estaba a punto de partir hacia Mururoa para detener los ensayos nucleares que Francia estaba realizando. El segundo fue donado a una ONG sanitaria.
Tal como lo reseña la página web de Greenpeace- Colombia (www.greenpeace.org/colombia), el Rainbow Warrior III fue diseñado conforme a “los estándares medioambientales más altos, y tiene un sistema de velas de 1260 metros cuadrados en mástiles de 55 metros de altura. Además, cuenta con un completo equipamiento y herramientas de acción, entre ellos cuatro embarcaciones inflables y las instalaciones para un helicóptero, a la vez que proporciona alojamiento y equipos de comunicación con la última tecnología”.
Por más de 7 años, Greenpeace trabaja en Colombia con temáticas relacionadas al cambio climático y la conservación de las ballenas. Desde 2013, esta organización adelanta una campaña por la protección del Páramo de Pisba, uno de los ecosistemas colombianos más importantes para la preservación de la vida humana, vegetal y animal en el que, pese a sus virtudes naturales, se adelanta una actividad de explotación de diferentes recursos minerales.