En los últimos días ha aumentado el número de perros y gatos que son llevados por sus dueños al veterinario: la mayoría tiene los mismos síntomas: estrés, no quieren salir a caminar, están nerviosos y tienen ojos y mucosas irritados. De acuerdo con Gloria Pardo, dueña de Bruce, un labrador de seis años que vive cerca de la Universidad Nacional, los estallidos de los gases lacrimógenos y las bombas aturdidoras han afectado mucho a su mascota. Tanto, que ya no quiere salir y por cualquier cosa se asusta.
“Cada vez que comienza el ruido, los estallidos, Bruce sale a esconderse”, relata Gloria. Como ella son varios los dueños que se quejan del estado de nervios en el que han entrado sus animales de compañía en los últimos días. “Cometí el error de llevarlo a un cacerolazo, que terminó con antorchas y muchísimo ruido de tambores, trompetas y hasta pitos de carros; mi perrita Katy llegó muy mal a la casa”, dice Adriana Santos, una joven de 25 años que vive en el sector de Pontevedra.
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Como dice Adriana, es un error llevar a las mascotas a las manifestaciones. De acuerdo con Andrea Padilla, animalista, elegida el pasado 27 de octubre al Concejo de Bogotá, “los animales -domésticos y silvestres- suelen verse afectados en las protestas ciudadanas a causa del ruido y los artefactos explosivos. Colombia, obviamente, no ha sido la excepción. La principal causa de estas afectaciones son los gases lacrimógenos y los ruidos, que son percibidos por ellos con mayor agudez (explosiones, cacerolazos, etc.)”.
Padilla explica que algunos de los efectos nocivos de los gases lacrimógenos y otros artefactos químicos pueden ser: irritación de ojos, daños en la piel y afectaciones en la garganta. “En las aves, estos químicos pueden dañar sus huevos y nidos. Animales de fauna silvestre pueden desorientarse por los olores. Los efectos dañinos de los ruidos, por su parte, pueden ser los mismos de la pólvora, que ya han sido ampliamente documentados, a saber: abortos, infartos, abandono de nidos, extravíos y estrés (estados de shock).
No es lo único. Los animales también pueden ser víctimas de agresiones directas (vandalismo). “Durante las manifestaciones del actual paro nacional se han reportado casos de animales atropellados, paralizados y heridos”, agrega la experta animalista.
La Red Zoocial consultó a varios veterinarios que recomendaron, en primer lugar, no llevar animales a las manifestaciones. “Los gatos pueden ser incluso más sensibles con ruidos y otros estímulos que los perros, lo que pasa es que ellos suelen responder de manera diferente: buscan un sitio en donde se sientan bien y no salen de allí. Los perros reaccionan diferente”, explica Martha Rodríguez, veterinaria.
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“¿Ha sufrido usted un ataque de ansiedad? Bueno, lo que los perros sienten con la pólvora es muy parecido a eso?”, señala Rodríguez. Federico Vilaplana, presidente del Colegio de Veterinarios de Cádiz y quien lleva observando durante décadas los efectos de los fuegos, petardos y pirotecnia, lo explica así: “Sufren de forma desmedida cuando explota un petardo cerca de ellos… O lejos, ya que pueden sobresaltarse por petardos a 500 metros”. El problema de todo esto radica en que los perros tienen una capacidad auditiva muy superior a la nuestra.
Padilla recomienda no llevar animales a las manifestaciones y protegerlos del ruido, en la medida de lo posible, por ejemplo, cerrar ventanas. “La segunda es socorrer a los animales que veamos afectados (brindarles atención veterinaria o resguardo) y alejar a los que estén expuestos o en medio de las movilizaciones, corriendo riesgos. Finalmente, los gobiernos locales deben desplegar medidas de contingencia para ellos, básicamente, la atención de urgencias veterinarias”, concluye la concejal electa.
Durante los cacerolazos, Pedro Huertas, veterinario, recomienda llevar a un sitio calmado a la mascota. “Aislarla del ruido debe ser lo primero. Evítele pasar un mal momento. Usted puede hacer el cacerolazo, pero no exponga a su animal a ese ruido. No es bueno”, señaló.