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Jemma Lilley nació en Lincolnshire, Inglaterra. En 2010 se mudó a Australia y cumplió su deseo. El 13 de junio de 2016 ahorcó con un cable a Aaron Pajich, un adolescente a quien apuñaló y enterró en una tumba poco profunda en su jardín cubierto por concreto y baldosa.
La mujer, de 26 años, fue condenada en noviembre por el Tribunal Supremo de Australia a cadena perpetua en un juicio que duró cuatro semanas.
Lilley estaba obsesionada con las películas de terror, las historias de los asesinos seriales y particularmente, sentía una especie de fascinación por Freddy Krueger, personaje de la saga Pesadilla sin fin (1984).
Lilley tuvo una cómplice, Trudi Lenon, de 43 años, una amiga que conoció por un amigo en común. Incluso, vivieron juntas, compartieron deseos homicidas, compraron una sierra y dos meses después asesinaron al joven a quien invitaron con la excusa de arreglar un computador y según relató Lenon, Lilley se le acercó por detrás y lo estranguló hasta que el cable se rompió.
Nina, la madrastra de Jemma, le contó al medio The Times que su hijastra había escrito un libro sobre un asesinato como una manera para expresar los problemas que tuvo cuando niña.