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La llegada de diciembre está acompañada de celebraciones que suelen tener alimentos y bebidas en exceso que pueden generar complicaciones para la salud como aumento del colesterol, de la tensión arterial e incremento en los niveles de azúcar en sangre, por el consumo excesivo de antojos tradicionales como la natilla, los buñuelos y el licor.
Tenga en cuenta que esos antojos no deberían representar ningún problema ni afectar las celebraciones, cuando se lleva a cabo una adecuada selección de sus ingredientes y cantidades para no afectar estas celebraciones.
“Se puede consumir lo que más se le antoje sin caer en excesos, para evitar el impacto negativo que pueden generar algunos alimentos. Una buena opción es reemplazando formas de preparación, ingredientes y disminuyendo las porciones. La idea es balancear la alimentación para darle la cantidad perfecta que el cuerpo necesita”, aseguró el médico endocrinólogo, experto en metabolismo, Óscar Rosero.
Y añadió: “se puede preparar natilla sin azúcar, usar leche descremada y deslactosada en vez de leche entera, incrementar la dosis de proteína en los buñuelos agregando más queso o freír en aceites que no hayan sido reutilizados, preferiblemente de palma o girasol”.
Asimismo, es normal que la temporada decembrina sea propicia para los desbalances debido al aumento del consumo de productos con altos índices de azúcar, grasas saturadas o embutidos. Por lo tanto, los expertos recomiendan que en estas fechas se haga una escogencia proporcionada de los alimentos a ingerir y lograr balancear cada una de las comidas del día.
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“Todos los seres humanos normalmente tendemos a almacenar nutrientes, grasas, azúcares con el fin de utilizarlos en algún momento que haga falta la comida. Lo ideal es poder balancear esas comidas que siempre deban tener proteínas, carbohidratos, ensaladas y grasas. Por eso se recomienda incluir proteínas naturales y no ultraprocesadas, ensaladas sin cocinar; en vez de freír las carnes, se pueden preparar al horno o a la parrilla y eliminar las bebidas azucaradas y reemplazarlas por productos cero azúcares o sin calorías”, dijo el doctor Rosero.
Asimismo, el médico recuerda que comer de noche no es malo, lo malo es excederse durante el día. “Es necesario quitarnos ese imaginario de que el cuerpo engorda por comer de noche. Realmente el cuerpo se afecta es por la ingesta excesiva de comida por encima de lo que necesita. Para esta temporada es recomendable cuidarse durante el día, no excederse en el almuerzo o el desayuno para que la ingesta nocturna cubra la cuota de requerimientos calóricos diarios”, afirmó.
También es indispensable no aguar la fiesta con el exceso de licor, que puede provocar una ingesta de calorías inútiles. “La mejor manera para pasar un buen rato no es emborracharse y llegar a los excesos en diciembre. Yo recomiendo una o dos cervezas, un trago medio de whisky y dejar por el momento el consumo de los cocteles. Es clave recordar que con todas esas calorías que ganamos en una noche de celebración, es necesario hacer ejercicio al día siguiente para quemarlas”, aconsejó Rosero.
Cinco recomendaciones para una dieta saludable en Navidad
Consejos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para las fiestas decembrinas.
- Dieta variada: ningún alimento contiene todos los nutrientes necesarios, por ello es necesario incorporar diferentes tipos como trigo, maíz, arroz, legumbres, mucha fruta fresca y verduras, así como alimentos de origen animal y evitar alimentos procesados.
- Menos sal: según la OMS demasiada sal puede elevar la presión arterial, que es un factor de riesgo importante para las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares. La organización recomienda un consumo máximo de cinco gramos al día.
- Reducir grasa: es necesaria, pero demasiadas, especialmente los tipos equivocados, aumenta riesgos de obesidad, enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular.
- Limite el consumo de azúcar.
- El alcohol no es parte de una dieta saludable. Beber demasiado aumenta el riesgo inmediato de lesiones, además de causar efectos a largo plazo como daño hepático, cáncer, enfermedad cardíaca, entre otras.