Desarrollo Social Comunitario: más de 30 mil personas impactadas cada año

La articulación de redes, formación y capacitación, aprovechamiento de zonas comunes del proyecto y del entorno, y la autogestión y empoderamiento son los cuatro ejes del programa.

Foto: Cortesía Compensar

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Calidad de Vida del DANE que analiza las condiciones socioeconómicas de los hogares en Colombia, durante el 2020 se redujo el número de propietarios de vivienda, panorama que pone en evidencia la necesidad de fortalecer mecanismos que faciliten su acceso como un factor que influye directamente en la calidad de vida de los ciudadanos.

En este propósito, los colombianos cuentan con varios mecanismos que facilitan la materialización de este sueño, entre ellos, los subsidios otorgados por las cajas de compensación familiar, que el año pasado ascendieron a más de 1.1 billones, beneficiando a alrededor de 54.500 familias.

Sin embargo, a pesar del importante aporte que representa la entrega de un subsidio económico o lo significativo que pueda llegar a ser la adquisición de una vivienda propia, son muchos los cambios que de ahí en adelante experimentan los nuevos propietarios, tras empezar a formar parte de una nueva comunidad.

Y justamente allí radica la esencia del programa Desarrollo Social Comunitario de Compensar, una iniciativa pionera que, desde hace 8 años adelanta la entidad en los sectores donde están ubicados sus proyectos de vivienda, acompañando a las familias propietarias, residentes y comunidad aledaña en el fortalecimiento de sus capacidades, fundamentados en 4 ejes: articulación de redes, formación y capacitación, aprovechamiento de zonas comunes del proyecto y del entorno, y por último, autogestión y empoderamiento, promoviendo comunidades gestoras de su propio desarrollo.

“En Compensar, avanzamos en el propósito de consolidarnos como una plataforma de bienestar integral, y en ese camino la articulación de programas y servicios que integren al ser y al hacer de las personas y de las comunidades nos permite habilitar las capacidades necesarias para formar individuos sanos, felices y productivos”, aseguró Gloria Cristina Gutiérrez, coordinadora del programa.

De acuerdo con la directiva, el modelo de vivienda de Compensar trasciende la entrega del inmueble, es decir, no solo atiende el déficit cuantitativo, mediante la construcción de apartamentos, o el déficit cualitativo, al ayudar a mejorar las condiciones habitacionales, sino que realizan un trabajo definido de desarrollo de capacidades y habilidades en las familias propietarias y residentes, para que con esas competencias trabajen todos por el bienestar colectivo.

“Por ejemplo, trabajamos en el mejoramiento del bienestar financiero, pues el hecho de tener vivienda implica también diversos retos, ya que con ella llegan deudas, nuevas condiciones y cambios. Muchos de nuestros compradores se enfrentan por primera vez a lo que significa vivir en una propiedad horizontal y eso supone un desafío particular, enmarcado en la convivencia y la organización comunitaria”, explica Gutiérrez.

Precisamente, bienestar financiero es una de las modalidades de la Escuela de Formación Comunitaria creada en el marco del programa, de la que este año se han beneficiado cerca de 11.000 residentes de los proyectos de vivienda de Compensar, quienes además han podido acceder a capacitación en temáticas como habitabilidad, habilidades sociales y comunicativas, gestión comunitaria y propiedad horizontal, liderazgo, gestión ambiental y emprendimiento, entre otros.

“La escuela nace de la importancia de fortalecer las competencias blandas y el desarrollo del individuo como ser integral, para poder construir una familia y una comunidad”, señala Gloria Cristina Gutiérrez, quien además destaca la virtualidad como uno de los principales apalancadores del proceso, al facilitar el acceso y la diversificación de los programas de capacitación tanto en cursos cortos, que abordan temas de gran interés para las personas, como en los enfoques más formales, refiriéndose a los diplomados en gestión comunitaria y ambiental, que impactan de forma directa la vida en comunidad.

Otra de las iniciativas destacadas tiene que ver con estrategias de reactivación económica, a través de las cuales se identifican y potencian los emprendimientos de personas que residen en los proyectos de vivienda, con el fin de generar y activar micro-comunidades de negocio. Justamente, una clara evidencia del alcance de esta gestión es el programa “Hogares le Compra a Hogares”, que nació en medio de la pandemia en la comunidad del Megaproyecto de Vivienda Hogares Soacha, con el fin de conectar la oferta con la demanda local, para así dinamizar la economía de un sector donde gran parte de sus habitantes trabajan como independientes o perciben sus ingresos de actividades comerciales, impulsando el desarrollo de capacidades para emprender, además de identificar ideas de negocio, capacitar a las personas y ayudarles a visibilizarse en diferentes espacios.

Mediante esta iniciativa se han beneficiado 200 emprendedores, quienes también han participado en ferias, espacios de emprendimiento y se han hecho más visibles comercialmente a través de un marketplace diseñado para tal fin.

Comunidades sostenibles

Otro logro destacado dentro del programa está alrededor de las estrategias de formación en liderazgo, a través de las cuales en lo corrido del año se han capacitado más de 60 personas, así como los procesos de integración comunitaria, en los que cerca de 7.000 se han vinculado dando a conocer sus talentos y fortaleciendo vínculos con la participación en espacios culturales, deportivos recreativos o de prevención en salud. Sumado a ello, cabe mencionar las más de 200 personas que este año se han preparado en procesos de cultura ciudadana y propiedad horizontal, como ejes de la gestión comunitaria.

“Para nosotros, esta propuesta es de sostenibilidad y sustentabilidad. La primera, porque al potenciar a los líderes de la comunidad, al igual que el emprendimiento y el empoderamiento comunitario, sabemos que es un programa sostenible a largo plazo porque las raíces están dentro. Y la segunda es posible en la medida que sumamos esfuerzos y recursos institucionales”, anotó Gloria Cristina Gutiérrez. Otro aspecto por destacar es el acompañamiento familiar, que, en palabras de la coordinadora del programa, ha permitido fortalecer las relaciones entre los miembros del hogar, el amor y la cercanía, “con lo que se disminuyen los niveles de violencia intrafamiliar y contribuimos al bienestar integral de las comunidades que viven en nuestros proyectos de vivienda”.

De otro lado, resaltan los procesos orientados a fortalecer la agricultura urbana y la conciencia ambiental, en el marco de los cuales nació el programa “Huertas con amor”, que actualmente cuenta con la participación activa de 153 familias y busca promover una mejor nutrición, generar una conciencia de alimentación saludable y mejorar las prácticas del cuidado del medio ambiente.

“Lo más importante de todos estos resultados es que los proyectos ya están liderados por la misma comunidad, quienes son los responsables de jalonar estas estrategias, en una muestra de cómo las acciones que hemos puesto en marcha contribuyen a promover comunidades gestoras de su propio desarrollo, en capacidad de proponer, ejecutar y mantener en el tiempo las acciones de intervención definidas de manera conjunta, contribuyendo así a la consolidación de una sociedad más equitativa, solidaria, incluyente y con igualdad de oportunidades para todos”, concluyó la coordinadora del programa Desarrollo Social Comunitario de Compensar.