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Diciembre

Esta mañana, al ver en la cabeza del diario: “Miércoles 1º de diciembre”, ¿no sentisteis, amigos míos, una pequeña sorpresa? —¡Con que ya estamos en diciembre! —habréis exclamado abriendo la ventana, y luego, un mundo de proyectos que estáis rumiando desde hace días, se agolparían de nuevo en vuestras mentes, con inusitada intensidad.

Luis Tejada (Diciembre de 1920)
23 de diciembre de 2011 - 07:33 p. m.

Algunos, sin duda, pensaréis hacer un corto viaje de recreo; otros iréis acaso con las familias a pasar un tiempecillo en los campos vecinos; el que sea estudiante, marchará de vacaciones a su pueblo; quienes estarán de caza con los amigos y muchos preferirán quedarse en la ciudad, sin programa definido. En todo caso, este buen mes último significará para todos un trastorno grato y esperado en los métodos habituales de vida, estará para todos lleno de alegres promesas y de ilusiones radiantes, que si no se cumplen al fin, no será por culpa nuestra, ni por culpa del excelente mes de diciembre, que viene repleto de hermosas intenciones.

Sin embargo yo creo, amigos míos, que deberíamos rezar hoy, por lo que pueda suceder, una sincera oración matutina que conjure los genios de la mala suerte y atraiga sobre nosotros la benevolencia de las deidades tutelares, durante estos días que han de ser de paz y de júbilo en las ciudades y en los campos.

Yo creo que debemos decir con las manos sobre el corazón: que Dios guarde en diciembre al abuelo nevado y le dé cachivaches para poner en los zapatos de los niños;

Que Dios guarde en diciembre a la viuda doliente y

le dé un traje nuevo de crespón y un techo sencillo;

Que Dios guarde en diciembre a la doncella pobre y

le dé un novio formal para casarse en enero;

Que Dios guarde en diciembre al estudiante y le dé

otra vez a probar la natilla santa de su casa;

Que Dios guarde en diciembre al patrón para que

dé su aguinaldo al obrero;

Que Dios guarde en diciembre al empleado y no

permita que le rebajen el sueldo;

Que Dios guarde en diciembre al niño huérfano y

le envíe a Melchor, a Gaspar y a Baltasar para que

lo consuelen un poco;

Que Dios guarde en diciembre al ausente y le dé

valor para sufrir el recuerdo de las navidades lejanas;

¡Que Dios guarde a todos en diciembre y les deje

realizar siquiera una esperanza, entre sus esperanzas!

 

Luis Tejada

Periodista antioqueño considerado el padre de la crónica en Colombia. Nació en 1898 y murió en 1924. En abril de 1920 apareció por primera vez un escrito suyo en las páginas editoriales de ‘El Espectador’ de Medellín, con una columna titulada ‘Gotas de Tinta’. Posteriormente creó la columna ‘Mesa de Redacción’. Colaboró con ‘El Gráfico’, ‘Cromos’, ‘El Correo Liberal’, ‘Sábado’, ‘Universidad’ y ‘El Sol’. A los 27 años de edad, “tuvo el talento de morir a tiempo”.

Por Luis Tejada (Diciembre de 1920)

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